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Agricultura y naturaleza La botánica de Rafael Escrig Series

Las raíces

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La Botánica de Rafael Escrig (6)

Las plantas, conforme fueron evolucionando y alejándose del agua, crearon el tallo y las raíces, éste para poder ponerse derechas y buscar la luz, y las raíces para poder agarrarse y fijarse al suelo. Actualmente, podemos ver el embrión de esa raíz en la radícula que se desarrolla durante la germinación de la semilla. Esa radícula crece hacia el interior del suelo por geotropismo positivo y se multiplica hasta formar todo el sistema radicular. El extremo de la raíz ya desarrollada dispone de un tejido protector llamado cofia o caliptra que penetra en la tierra en busca del agua y las sales minerales que impulsará hasta el extremo más alejado de las hojas. Ese transporte se realiza a través de los vasos conductores, por la presión debida a la absorción del agua. Pero hay mucho más: las raíces, además de servir de sostén y de absorción de agua y minerales, también colaboran e interactúan entre sí por medio de una vasta red de comunicación formada por micorrizas, que son la simbiosis entre los hongos y las raíces de las plantas. Gracias a dicha comunicación las plantas se informan, por medio de fitohormonas, sobre cualquier alteración o amenaza de su hábitat y crean las respuestas más adecuadas. Desde esa perspectiva, podemos entender que las raíces de las plantas desarrollan una función que tiene cierto paralelo con el cerebro de los animales.

Bajo este texto se encuentra el enlace para descargar este artículo al completo, con útiles ilustraciones.

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