All leer algunas narraciones contemporaneas de ciencia ficción y fantasía, me pregunto si la causa de su fragilidad es el profesionalismo de sus autores. Enseguida me digo que no puede ser sólo eso: en los años dorados de la ciencia ficción, que coinciden con los años dorados de la fantasía, los autores norteamericanos, británicos y soviéticos (y algún alemán, algún francés) también eran escritores profesionales, y la mayoría de sus obras respiran frescura, desbordan ingenio, están bien plantadas en la imaginación, son bastante coherentes en su planteamiento-nudo-desenlace.