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Agricultura y naturaleza

Alquería de «Bona Gent» en Valencia

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Juan Solaz: «La agricultura les hace sentirse seguros»

Un reportaje ilustrado de Gaspar Oliver

El día de enero que visito la alquería de Bona Gent en Tavernes Blanques hay ocho alumnos presentes en el Curso de Agricultura Ecológica para personas con discapacidad intelectual que imparte Juan Solaz, del grupo Agrolife de Alcàsser. Me dicen que hay algunos más apuntados, pero que o están enfermos de gripe o tienen un trabajo temporal que les impide asistir hoy.

Desde la alquería de Bona Gent se ve el monasterio de San Miguel de los Reyes, hoy Biblioteca Valenciana. Media un amplio espacio de huertas, casi todas aprovechadas. Algunas forman parte del término de la capital, que se las ha ido comiendo en acciones urbanísticas, la última de las cuales es la Ronda Nord, una ancha vía de circunvalación urbana.

 

Juan Solaz dirige este curso desde el otoño de 2013. Bona Gent acondicionó hace un año la alquería gracias al apoyo de diversas empresas e instituciones. Cuenta con ordenadores, una pantalla-pizarra para usos pedagógicos, muebles adecuados a la enseñanza, y los aperos necesarios para la labranza, entre ellos una máquina de movimiento de tierras para el cultivo, un rotovátor o mula mecánica.

Solo les faltaba atreverse a dar el paso decisivo. En Juan Solaz encontraron el instructor adecuado, un hombre dedicado a la agricultura desde hace tiempo, y uno de los integrantes de Agrolife, iniciativa agroecológica en la huerta de Alcàsser, de la que se ha hablado en Perinquiets.

La apuesta era fuerte, porque un fracaso sería más que decepcionante. Se trataba de ver si el instructor poseía la capacidad, la paciencia y la voluntad de llevar a cabo su tarea, y si los alumnos encontraban la motivación necesaria.

 

Se habían fijado el mes de diciembre como límite de la primera prueba de funcionamiento.

La pasaron con creces. Las cuatro terrazas llenas de hortalizas de invierno son testigos irrebatibles. Juan Solaz estaba satisfecho de lo conseguido, y los chicos contentos de ver el fruto de sus esfuerzos.

Aquellos a los que interpelé para hacer este reportaje tienen entre 18 y 35 años. Son:

Nieves Pafundo, nacida en Argentina como delata su acento porteño. Dice que su madre fue quien la introdujo en Bona Gent. Se ha apuntado al curso porque en su tierra adquirió cierta experiencia agrícola.

José Ramón. El año pasado hizo un curso de otra temática. Su propósito es aprender labores agrícolas para ayudar a su tío y a su padre en un huerto que cultivan. Le gustan las lechugas, el tomate y las acelgas.

David Juan Parra. Se inscribió en el curso por indicación de Bona Gent, de la que forma parte. Tiene un título de jardinería, obtenido en una escuela taller de Puzol.

Fernando Primo. Le gusta la agricultura ecológica por su contacto con la naturaleza y porque promueve la salud. No tenía experiencia agrícola, salvo la de cuidar el jardín de su casa.

Amadeu Ureña de la Fuente. Le interesa cultivar alimentos sanos y colaborar a la preservación del medio ambiente, tan estropeado por los pesticidas. Cree que se podrá ganar la vida con lo que aprenda en el curso.

David Mocholí Moreno. Trabaja en la alquería desde el año pasado, como agricultor, y posee un título. Encuentra muy bonito trabajar en el campo, y se siente a gusto cuidando la naturaleza y disfrutando de los frutos del campo.

José Vicente Monfort. Se apuntó al curso por sugerencia de Bona Gent. Ayuda a David Mocholí con el motocultor.

Javier Pedrón García. Tiene experiencia en informática. Estuvo trabajando en un invernadero de cactus. En Bona Gent le indicaron que sería conveniente que hiciera el curso, y se apuntó.

 

Nieves, David y José Ramón.

Nieves, David y José Ramón.

Las clases se realizan los lunes y los jueves por la mañana, y son eminentemente prácticas, como es natural, en el sentido literal del término. Los miércoles, otra monitora de Bona Gent, Rocío, realiza su clase de animación sociocultural, que completa la formación de los inscritos.

El objetivo del curso es dotar a los alumnos de la técnica necesaria para la horticultura, y a la vez incitar en ellos el sentido de la responsabilidad que les permita llevar a cabo las tareas agrícolas. La capacidad de persuasión de Juan, su habilidad pedagógica y su constancia son las claves de este empeño. La ventaja de la agricultura es que al cabo de pocas semanas salta a la vista el resultado del trabajo, si se ha hecho bien. Algo que es evidente en esta hanegada de huerta que ahora cultivan, y que se extenderá pronto a nuevos cultivos, en especial cuando llegue la primavera.

 

Fernando y Amadeu cosechando.

Fernando y Amadeu cosechando.

De momento han conseguido preparar entre 9 y 14 cestas semanales con una variedad de productos. El objetivo es llegar a las 25 cestas semanales.

Juan dice que diseñó el proyecto de Gona Gent basándose en su experiencia en Agrolife, que ha copiado con éxito. De un trabajo pedagógico se ha pasado a un rendimiento eficaz, gracias a la sabia combinación de la teoría con la práctica.

Antes de salir al campo adjunto a la alquería, Juan explica a los ocho alumnos las tareas a corto plazo.

– Vamos a hacer el diseño de la cesta del jueves, con Amadeo y Fernando, responsables de este trabajo. Luego, vamos a diseñar lo que vamos a producir en verano. Cosecharemos todo lo plantado hasta ahora, coles, espinacas y demás, y en marzo empezaremos con los tomates, la berenjena y el pimiento. Luego vamos a empezar poniendo un valor a la verdulería de unos 100 euros cada sábado, objetivo de valor monetario. Diseñaremos las rotaciones en el campo. Y al final de febrero habrán acabado esta fase.

La idea es cultivar algo que sea rentable. En invierno, puerros, lechuga hoja de roble verde y roja, coliflor, brócoli, rúcula, acelga, espinacas, hinojo.

 

– Empezamos en dos terrazas –dice Juan-. Ahora mismo tenemos cuatro plantadas, y una por arreglar que no tardaremos en cultivar, todavía con productos de invierno. Venimos dos días a la semana de momento, no da para más. Pero va saliendo la producción. Empezamos con algunas dudas, pero los chicos están respondiendo al cien por cien. Les gusta. Se sienten mucho más útiles que en otros trabajos, como una oficina, donde están incómodos y no tan seguros. Yo creo que muchos de ellos se podrán ganar la vida con la agricultura, con la ayuda de Bona Gent que gestionará las ventas y ellos produciendo.

La idea inmediata es preparar unas nóminas, para que los chicos tengan una recompensa estimulante a sus esfuerzos. Otra idea es que algunos de ellos pasen a gestionar la distribución comercial. Todo indica que la evaluación positiva de los casi cinco meses de cultivo y de curso se mantendrá y aumentará con la llegada de la primavera, la estación de la prosperidad agrícola.

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