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Agricultura y naturaleza

Jornada de puertas abiertas de Agrolife

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La hermosa conjunción del caos de la naturaleza

Una reseña ilustrada de Fernando Bellón

¿Quién mira hoy las nubes por el placer de hacerlo, solo por verlas deshilacharse, agruparse, adquirir formas insólitas, inexplicables?

La física y la química revelan qué son las nubes, cómo y por qué se forman. A la deriva en el cielo, imprimiendo en él una identidad que no se repite jamás. ¿Cuántas moléculas de agua son necesarias para formar una nube? ¿Qué otros elementos, qué otras sustancias hay suspendidas en las alturas acompañando a los cristalitos de hielo que ha dejado allí arriba el vapor de agua? ¿Qué condicionantes intervienen en los contornos que adquieren? ¿Qué acciones y reacciones se ejecutan en la atmósfera para que una nube empiece a navegar, para que una tormenta precipite un torrente sobre la tierra o el mar?

Insondable mundo el de la matemática. Miles de millones. El número es tan elevado que no merece la pena formularlo. El curso de la Naturaleza está lleno de números invisibles, números que se representan en encerados, en papeles, en pantallas de ordenador.

¿Qué son los números en comparación con la serena belleza de un toldo de nubes desplazándose sobre nuestras cabezas? ¿Explican los números el orden misterioso de la naturaleza?

Cobijados bajo el pino patriarcal

Cobijados bajo el pino patriarcal

Ayer, domingo 9 de febrero, hice una visita a un lugar del reino de los seres humanos. Casi todo lo que había allí era artificial, creado por la mano del hombre o de la mujer: una casa, bicicletas, una cabaña, productos elaborados para la alimentación, caballones plantados de alcachofas, de habas, de coliflores o lechugas, huertos de naranjos, un pino patriarcal que cubre casa y patio. Era la Jornada de Puertas Abiertas de Agrolife, la iniciativa agraria de Juan, Enrique, Paco y Mario y sus numerosos amigos, que da frutos en Alcáser, cerca de Valencia.

El cielo estaba cubierto. Las nubes danzaban caprichosamente (es una figura del lenguaje, nada hay de capricho en la naturaleza, un lecho de algas matemáticas lo regula todo), y un montón de vecinos de l’Horta Sud y de la capital se habían reunido para observar el progreso de Juan, de Paco, de Enrique, de Mario, de Irene… y celebrar sus modestos pero consolidados éxitos. Un grupo de ciclistas se habían acercado desde Valencia, recorriendo 17 kilómetros de carril bici, la mayoría han venido en automóvil, algunos quizá en transporte público, recorriendo los últimos metros desde la estación a Agrolife a pie. Había una feria de artesanos y distribuidores de productos poco convencionales, concebidos y construidos calmosamente, sin sofisticadas maquinarias.

Aprendiendo qué es la stevia

Aprendiendo qué es la stevia

¿Cuánta energía hay concentrada en esta ocasión festiva? Miles de millones de moléculas, de átomos, de partículas elementales. Veo las cuatro fuerzas de la naturaleza (la gravedad, el electromagnetismo, la fuerza nuclear débil y la fuerza nuclear fuerte) combinando sus movimientos, sus acciones, su pasividad, en este enjambre de niños en columpios, de adultos exhibiendo sus realizaciones, de ciudadanos escuchando las explicaciones de Juan sobre el cultivo de los huertos periurbanos (cómo se diseña un huerto en función de lo que comes y del terreno del que dispones, aprende cómo afectan lasfases lunares), de un sabio agroquímico ilustrando a los visitantes sobre la producción de la stevia (extracto líquido que se usa para endulzar), veo la energía que fluye de las manos que preparan la paella, de la voluntad sanadora de quienes ofrecen remedios chinos a dolencias occidentales, de los que ofrecen salsas de chufa, mermeladas de higos, café arábigo con hongo ganoderma, artículos de fieltro o lacón natural de Galicia.

¿Qué misteriosa conjunción de voluntades, ilusiones y complicidades se ha producido en esa parcela de huerta ocupada por Agrolife para que este aparente caos adquiera una forma y se convierta en un acto de cooperación de seres humanos que desean escapar de la rutina, de la convención, del aburrimiento de una crisis que nos rodea y nos amenaza como un gas inodoro e insípido?

Teresa, de Burjassot, y sus fieltros artesanos.

Teresa Jordà, de Burjassot, y sus fieltros artesanos.

No lo sé, pero ayer tuve oportunidad de ver, oler, escuchar, degustar y tocar el orden activo de la naturaleza aliada con la humanidad. Fue un día hermoso.

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