CARGANDO

Escribir para buscar

Cultura y comunicación

José Víctor Martínez, escritor y n.o.e. mexicano

Compartir

El difícil equilibrio entre la narración oral escénica y el cuento hiperbreve

JOSÉ VÍCTOR MARTÍNEZ GIL, autor mexicano de cuentos hiperbreves y narrador oral escénico es Director Ejecutivo de la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE) y de sus eventos por el mundo, el último de los cuales ha sido “Contar con Valladolid” en el Teatro “Calderón de la Barca”. También es Director Ejecutivo de las Ediciones COMOARTES. Premio Iberoamericano “Chamán” / España/México 2005. Premio Comunicarte / Uruguay 2009. Medalla de Honor del CELCIT entregada en Almagro / Ciudad del Teatro / España 2011. Reside en Madrid. Uno de los más prestigiosos artistas contemporáneos de lo oral. Narrador oral escénico y escritor, profesor y experto internacional en oralidad y comunicación. Es el Director Artístico de la Compañía La Aventura de Reinventar (CIINOE) y trabaja con Arte Promociones Artísticas (Madrid) y, entre otras instituciones, colabora desde 1998 con la Universidad Complutense de Madrid.

Una entrevista de Fernando Bellón. Fotos Gerardo Sanz y CIINOE.

José Victor Martínez. Nací el 14 de marzo de 1967 en México, D.F. Después de la primaria y la secundaria, estudié Técnico en Construcción en el Instituto Politécnico Nacional. Continué estudiando Ingeniería en Electrónica y Comunicaciones en la Universidad Autónoma Metropolitana e Ingeniería Industrial y Electrónica en el Politécnico nuevamente. Trabajé como diseñador y delineante técnico arquitectónico en un estudio de arquitectos. Desde agosto de 1995 dedico mi vida a la narración oral escénica con la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica, y más recientemente también a la literatura y lo editorial con mis libros de hiperbrevedades y con nuestras Ediciones COMOARTES (CIINOE).

 ¿Cómo dividiría su vida en períodos que se correspondan no con el curso cronológico sino con el curso emotivo de su existencia?

 Puedo dividir los períodos de mi vida en infancia-intensidad, adolescencia-emotividad y juventud-descubrimiento. Ahora en la adultez joven sigo de descubrimiento en descubrimiento desde la convicción de que lo que descubro hay que compartirlo.

 ¿Qué lugar ocupa la infancia en la construcción de su personalidad artística?

 Mi infancia lo fue todo: alegría, tristeza, carencia, abundancia, y jugar, jugar mucho y felizmente con lo que tenía a mi alcance para conseguir emociones grandiosas, para ser. Y mi familia, que me dio la libertad para jugar y para ser. Muchos de los juguetes de mi infancia eran juguetes que yo me inventaba desde la imaginación. Me fascinaba jugar a construir con los elementos de la cotidianeidad a mi alcance. Algo que he podido continuar haciendo desde otros modos con la narración oral escénica que me permite participar en la arquitectura de personalidades más comunicadoras y solidarias.

 ¿Quiénes fueron sus primeros modelos y sus referencias literarias?

 Edmundo de Amicis y Juan Rulfo, los más presentes de los más conocidos. Y Armida de la Vara, escritora sonorense, en mi etapa de estudiante: sus cuentos estaban en todos los libros de lectura tanto en primaria como en secundaria. Y debo añadir que el periodismo mexicano, el de calidad, pues me apasionaba, me apasiona leer la prensa. Puede que la síntesis de lo periodístico me haya aportado de manera sobresaliente a la hora de escribir hiperbrevedades. De niño, de adolescente, cuando me caía en las manos un periódico lo leía de principio a fin. También la literatura es una referencia desde el cine, desde la televisión de calidad, desde lo cinematográfico o televisivo que parte y/o se sustenta en lo literario. Y soy igualmente apasionado de lo visual, que a la vez puede ser síntesis.

 [one_third last=»»]JVMartinez[/one_third]

[two_third last=»column-last»]La literatura en España es un oficio de elites privilegiadas, generalmente por un golpe de suerte o tras infatigables trabajos que repercuten en el amor propio y creativo del oficiante, mientras que en Iberoamérica la práctica de la literatura es una actividad tan natural como respirar. ¿Qué hay de verdad, de falsedad o de ambas cosas en esta afirmación?[/two_third]

Puede que hubiera que añadir “muchas veces”, pero sin absolutizar ni en un caso ni en el otro. Y sin idealizar lo que ocurre en Iberoamérica con la práctica de la escritura literaria y con sus posibilidades editoriales y otras referidas a la difusión de lo creado. En mucho dondequiera depende del hambre, del hambre primero de leer y como consecuencia de esto –y de más, como la oralidad en los orígenes, en la formación– del hambre de escribir y de irradiar lo que se escribe. En España hay tanta literatura como oxígeno, y alguien me dijo una vez que la necesidad tiene pies.

¿Por qué caminos llegó a la narración oral escénica?

Por el camino de querer ser mejor en mi comunicación en el trabajo. En agosto de 1995, en México, asistí al taller «Cómo contar un cuento oralmente y conversar mejor» de y con Francisco Garzón Céspedes. Yo quería ser más hábil y correcto en mi manera de hablar. Cuando finalizó el taller, lo tuve clarísimo: Descubrí un universo nuevo, y quería saber cómo dedicar mi vida a este deslumbrante arte. De inmediato, y desde entonces, mi vida entera es este hacer, esta profesión.

¿Cómo se complementa la creación, la escritura, con la interpretación?

Es complejo. Históricamente los cuentos no se crean para la narración oral artística, sino que, los de las tradiciones orales son consecuencia de la necesidad y la práctica humana de contar. Y los de la literatura son hechos literarios, arte en sí, uno que la oralidad artística puede tener como una de sus fuentes siempre a reinventar. De donde se puede afirmar que sí, que se puede ser creador de textos para la narración oral escénica, o de unos que sea posible versionar por ésta o que ésta pueda tomar como puntos de partida, sin haber tenido la experiencia de contar oral artísticamente –porque recordemos que contar oralmente contamos todos dentro de nuestras conversaciones cotidianas–. Así que reiteraré que “sí”, y precisaré que, por otra parte, los cuentos orales no se representan sino se presentan, y no se interpretan, sino que se transmiten, y se transmiten respetando la propia personalidad de quien cuenta y el juego de equilibrios de las cinco personalidades de la oralidad. Partiendo de esta reflexión, de esta certeza, un narrador oral es no solo un creador, sino un co-creador con su público interlocutor, uno que técnicamente, desde una fuente escrita o no, puede contar de modo oral. Y se me ocurre que si se entiende esto como escritor, entonces se puede ser creador de textos pensando ya en el momento de escribirlos en el propiciar su futura oralización; pero en sí, quien cuenta oralmente respetando las leyes milenarias de la oralidad –entre las principales: la de invención y reinvención– es ya un creador.

 ¿Cual es el papel del público en su trabajo, como creador, como ejecutor, como narrador oral?

 Como comentaba en el punto anterior, el narrador oral es co-creador con su público interlocutor. Por lo tanto el público es absolutamente indispensable. Sin él no hay oralidad ni cuento oral. Ese juego co-creador que es un juego de conciencia permanente de uno y del otro u otros permite más que improvisar, reinventar a cada momento el cuento oral en el aquí y ahora, dependiendo tanto del estado anímico del público como del narrador oral y de las circunstancias que rodean. La capacidad de reinvención es una herramienta vital para que el cuento oral exista, y para ello el público no sólo debe existir, sino ser copartícipe, debe estar vibrando y haciendo el cuento suyo para que simultáneamente lo devuelva al narrador oral.

 Sorprende su juego de equilibrista entre lo hiperbreve y lo retórico (en el primer sentido del diccionario de la RAE). ¿Cómo lo consigue?

 Lo descubrí a través, una vez más, de un taller de Francisco Garzón Céspedes, del suyo denominado “La Burbuja de la Síntesis / Taller del Cuento Breve e Hiperbreve”. Me fascina esa posibilidad que aprendí de desarrollar una historia en unas pocas palabras, quizás por la necesidad de vivir intensamente. Tengo la sensación de que ese juego de equilibrista está presente precisamente por la intensidad con la que vivo.

 ¿Cómo se encontró con Francisco Garzón Céspedes y qué riqueza creadora y expresiva se aportan uno a otro?

 Supe por la prensa mexicana especializada del prestigio del taller de Francisco, y luego descubrí que numerosos académicos, profesionales y periodistas lo habían cursado, lo cursan. Encontré a Francisco con su «Cómo contar un cuento oralmente y conversar mejor» en un reconocido centro de psicólogos. No sé si lo descubrí de modo casual o predestinado, y desde su primer “había una vez” hasta ahora puedo decir sin lugar a dudas que sólo me ha aportado riqueza: humana, intelectual, científica, sensible, visual, de futuro, de generosidad, de oportunidad y de trabajo, de entrega y paciencia, de infinitas cosas más. En resumen: sabiduría. Y en recibir todo eso está mi aportar: saber percibir y recibir para después dar.

 

 

Deja un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.