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Agricultura y naturaleza

La Regüerta del Aljarafe. El tesón de consumir ecológico

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La comarca del Aljarafe, a un paso de Sevilla, al otro lado del Guadalquivir, es un territorio de pioneros de la producción y el consumo ecológico, y de acciones prácticas para al mejora del medioambiente. Dicen que es la tercera «ciudad» de Andalucía, con una población dispersa en las urbanizaciones de sus once «pueblos», que oscila entre las 300.000 y las 500.000 almas. No es que oscile, es que no hay cifras definitivas, aunque la segunda es más probable. Sus ciudadanos son clase media crecida al calor de la Exposición Universal de 1992. Esto ha convertido el Aljarafe en un laboratorio de convivencia de familias de economía sólida de las más distintas procedencias, una gran mayoría de ellas con educación secundaria y también universitaria, muchos funcionarios, y también profesionales liberales. Es el territorio de acción de la Regüerta, Asociación de Consumo Ético, Solidario y Ecológico, y ADTA, Asociación en Defensa del Territorio del Aljarafe. En esta revista ya hemos hablado de ellos. Pero ahora presentamos una larga conversación con seis de sus activos implicados (incluido un labrador eco), que desgranan en detalle sus realizaciones, sus desilusiones, sus fortalezas y sus debilidades. La Regüerta y ADTA son dos proyectos punteros, activos y ejemplares, que ya forman parte de la historia de la sostenibilidad en la provincia de Sevilla.

Texto y fotos de F.Bellón. (En la fotografía de presentación, de izquierda a derecha, Pedro González, Félix de la Iglesia, Mercedes Santaella, Jordi Gesé y José Luís Bueno, en el jardín de Gines, uno de los «pueblos» del Aljarafe.)

Los xx se covoca a los socios para repartir las cestas y permitir compras al público en general.

Los miércoles se convoca a los socios para repartir las cestas y permitir compras al público en general.

En julio de 2016 publicamos un reportaje en el que describíamos las actividades de La Regüerta, Asociación de Consumo Ético, Solidario y Ecológico. Los encontramos en el mercadillo agroeco de la localidad del Aljarafe de Gines. Hoy el mercadillo y la actividad de La Regüerta se han trasladado a Bormujos, otra de las ciudades que conforman la macrourbe del Aljarafe, que ha puesto en efecto un reglamento que facilita las transacciones eco. La distribución de productos a los asociados sigue realizándose en un local de Gines, cedido por el Ayuntamiento. La conversación comienza explicando las razones de este traslado realizado hace pocos meses, debidas a un conflicto entre los intereses políticos y las sensibilidades de la sociedad civil.

Félix. Cuando se produce un encuentro entre sensibilidades y política, entendiendo que son distintas, tienes que reaccionar. Lo que para Gines era un problema sustancial, la reglamentación de los mercados ecológicos, licencias, sanidad, mil cosas, en el momento en que nos desplazamos a Bormujos se ha desarrollado un reglamento exquisito que se quiere replicar incluso en Sevilla capital. Lo están pidiendo los distintos pueblos a través del esfuerzo que hace la otra familia  de Podemos Bormujos, para hacer un reglamento que sirva, que esté bien hecho, porque en todos los pueblos donde se hacen mercados ecológicos, se hacen porque las autoridades municipales se tapan los ojos.

El ayuntamiento de Bormujos ha hecho un reglamento bastante serio, cumple todo, preserva a todos los efectos la economía de los productores ecológicos, resuelve muchos problemas, y es algo sustancial para que realmente se produzca el consumo.

En Sevilla está regulada la venta ambulante, Sanidad regula todo lo que le compete en consumo directo. Luego está Hacienda, con los temas de fiscalización y autónomos. Todo esto hace inviable la producción ecológica. Son productores con tierras pequeñitas, no tienen salida al mercado, se tienen que buscar segmentos de consumo con un perfil específico. Si le metes a todo esto la normativa del mercado global, en el que están interesadas las grandes superficies, los agricultores eco se quedan fuera siempre.

Hay agricultores eco sin certificado, y esta barrera se ha resuelto con las SPG, que se han incluido en el reglamento de Bormujos. Eso legitima que sea un mercado ecológico.

El agricultor eco de Huerto Aspero atiende a sus clientes en el local de distribución semanal de Gines.

Javier Martínez, agricultor eco de Huerto Aspero, atiende a sus clientes en el local de distribución semanal de Gines.

Cambios en La Regüerta desde 2016

Mercedes. Estamos estacionarios en relación a 2016, pero con algunos cambios. El número de familias se mantiene igual, pero porque unas entran y otras salen. El nivel de rotación es alto, menos los fijos, un núcleo estable desde el principio en el 2012. No hemos llegado a pasar nunca de 50 familias. Ha habido veces en que ha habido más consumidores, pero familias completas censadas haciendo un consumo estable, pero crecimiento no hemos llegado a tener. No perdemos, no decrecemos, pero no terminamos de crecer. No sabemos si hemos llegado al límite. Los mercados han conseguido atraer cada vez a más personas, que han convertido en rutina la compra eco. Acuden los sábados de mercadillo, esperan, preguntan… Pero en los grupos de consumo nos preguntamos cómo se puede consumir ecológico una vez al mes, que es la frecuencia de los tres mercados que hoy funcionan. Es verdad que están apareciendo pequeñas tiendas. Hay una cierta economía de intercambio formalizada al rededor de lo ecológico. Hay más grupos de consumo pequeños repartidos por el Aljarafe. El mercado de Bormujos es el tercer sábado de cada mes en un parque del pueblo. Lo hemos hecho una vez, y lo reanudamos en septiembre.

Félix. También es cierto que desde que montamos en el 2012 el grupo de consumo, teníamos claro que no podríamos tener muchos socios porque lo que no teníamos era productores. El problema a resolver es el equilibrio entre productores eco y consumidores. Nos consideramos “prosumidores”.

Mercedes. Los que aparecen en la página de La Regüerta son productores de transformados. Luego están los huertos, que son la base. Con compromiso tenemos dos huertos, que fue el objetivo que nos planteamos al nacer en 2012. Lo que queríamos era hacer viables, sostenibles los huertos ofreciéndoles sus consumidores más o menos fijos.

Félix. Eso ponía un límite en la inscripción de socios nuevos. No podíamos tener doscientas familias y un solo huerto abastecedor.

Mercedes. A lo largo de la vida de La Regüerta hemos tenido más de dos huertos suministradores de fruta y verdura. Hemos intentado fomentar la creación de huertos, tierras que tenían la posibilidad de ser declaradas eco porque llevaban muchos años sin cultivar, y personas que para crearse un empleo iniciaba un proyecto ecológico. Los hemos apoyado muy militantemente, porque el que empieza no consigue buenas cosechas desde el principio, pero nosotros nos hemos comido lo que cultivaban. Eso nos ha costado no crecer mucho, porque es un consumo militante.

De tres personas, el que primero inició un huerto abandonó. Y las otras dos son dos mujeres, una se sigue dedicando a la agricultura eco y hace formación, talleres y demás, y la otra colabora con ella en la formación. No sé si viven del huerto.

Las dificultades y novedades que ha afrontado el grupo nos ha obligado a buscar nuevos huertos.

Jordi. La Regüerta fue promotora de un proyecto de huertos sociales ecológicos urbanos en Gines. Dentro de ese espacio había unas parcelitas que llamábamos “de emprendedores”, para aquellos que no siendo agricultores quisieran practicar y aprender, o que habiendo sido agricultores no disponían de tierra. El problema fue que ese espacio municipal fue gestionado por el ayuntamiento, sin posibilidad de intervención gestionadora de fuera, y no se le prestó atención a la característica ecológica , y a día de hoy, los huertos de emprendedores están vacíos. No han hecho la más mínima promoción de este asunto.

Día de distribución de productos eco en Ginés.

Día de distribución de productos eco en Ginés.

Hablemos de los socios y sus motivaciones

Mercedes. Por razones de salud, los hay. En términos generales se puede hablar de clase media ilustrada o formada, con conciencia medioambiental. Por ejemplo, hay una alta proporción de profesores de colegios y universitarios.

Pedro. Para difundir el concepto de alimentación eco tenemos los mercados eco. Por eso luchábamos tanto por establecerlos en diferentes pueblos. El Grupo de Consumo estaba presente en donde hubiera uno para difundir estas ideas y acercar a todo tipo de personas esta posibilidad.

Félix. El mercado (de Gines) no se limitaba solo a la compraventa de productos ecológicos. Había actividades formativa. El año pasado se montó un ciclo de mercados de transición, siguiendo el programa de los movimientos de Transición fijándonos en los temas de consumo. Fueron doce charlas, con personas que hablaron de economía local, energías alternativas… Se trataba de construir una sensibilidad.

Mercedes. El sentido de lo ecológico que manejamos en el grupo tiene una base ideológica bastante amplia. Nuestro lema es “por el bienestar personal y social”, incluyendo la salud de las personas, pero también la justicia social, la equidad, una economía alternativa. Es cierto que no todo el mundo comparte un alto nivel de ideologización, pero sí los principios básicos. La ventaja de lo ecológico es que es tan amplio en relación con el bienestar humano, porque vivimos en un medio del que nos alimentamos.

Félix. Tres veces al día nos sentamos con un grupo de gente frente a un plato. Este escenario es el que nos permite intervenir y hacer reflexionar a la gente.

Mercedes. En el Aljarafe llegaron a existir tres mercados, con el nuestro, y el de Sevilla cuatro. Hoy el de Sanlúcar está lánguido, aunque el apoyo del ayuntamiento es bastante decidido. El mercado de Olivares ya no existe, debido a mal entendimiento entre los políticos, algo que no entendemos bien, porque no tenemos información. Hemos comprobado que esto es un asunto de perseverancia. Al contrario de otras acciones políticas, necesitan de retroalimentación y de éxito. Esto necesita mucho tesón. Es como la tierra. Se planta la semilla, se riega y termina saliendo la planta. No hay que retroceder ni abandonar, porque puede que la semilla pase mucho tiempo invernando, pero está ahí viva.

Félix. También tiene mucho que ver la implicación de las instituciones. No se trata de que un ayuntamiento se sienta satisfecho con la existencia de un mercado ecológico, sino que tiene que acompañar a los movimientos que los generan. Es una dificultad general. Aquí, en Gines, no nos acompañan ni parece que nos acompañarán.

Comprometidos con la agricultura eco y el consumo sostenible.

De izquierda a derecha, Montserrat Ligero (YEMAYÁ, productora: huevos, fruta), José Luis Blanco (socio consumidor de La Regüerta), Mercedes Santaella (consumidora y presidenta de La Regüerta Ecológica del Aljarafe) y Ornella Castielli (DOLCEZZE SALATE, socia y productora: pan, repostería, pasta).

Papel de la agricultura local, sea o no eco, frente a las grandes superficies

Mercedes. Aquí funciona ese mecanismo en el área de comercialización, no en la de producción. Me pongo a aventurar, y no sé si tiene que ver con el modelo de agricultura dominante en Andalucía, grandes superficies, pocos pequeños agricultores, que son casi residuales. En el ideario de todo andaluz está tener un huerto para comerse lo que siembren, apego a la tierra podríamos llamarlo. Si haces esta pregunta entre estas personas que nos rodean, te dirá que les encantaría tener un huertecito para plantar sus propios alimentos, o comer los del huerto de su padre. Pero eso no implica la creación de un mercado. Los productores convencionales tienen grandes parcelas, y gracias a la Unión Europea tienen la vista puesta en el mercado exterior.

Lo ecológico ha sido apoyado por una izquierda ilustrada muy importante, de hecho Andalucía creo que es la que más aporta en producción ecológica al conjunto de España. Fue un movimiento con apoyo institucional. La Universidad de Córdoba apoyó todo un modelo de desarrollo agrícola ecológico. Hoy hay todo un cuerpo de leyes creado por la Junta, con mayor o menos éxito. El problema es que todo eso se ha hecho para fuera, para vender a Alemania, a Francia… Un modelo parecido al de los invernaderos de Almería, pero en eco. Eso ha creado incluso desafección en la gente, porque ven lo ecológico como una cosa gourmet, cara, exquisita. Casi como una moda. Y nos toca a los grupos como el nuestro desmontar esa idea.

Pedro. Los mercados locales funcionan así. Se trata de que sea el propio productor el que venda lo que cultiva. Eso demuestra que los productos ecológicos no son tan caros como parecen, sino que tienen precios asequibles y que fluctúan menos que los productos convencionales. Otra de las utilidades de los mercados locales es deshacer ese mito.

Jordi. En un mundo globalizado como es el existente, hay una serie de contradicciones que se resuelven con la misma clave con la que se han ido resolviendo otras décadas atrás. Es esta: la economía es la que condiciona las decisiones para apostar por determinado tipo de producción y de localización. Por un lado somos capaces de construir modelos en los que incorporamos los conceptos de la ecología, del uso de productos naturales o por lo menos no dañinos. Esto tiene que ver con la polémica de los mercados locales, si crecemos o no, de qué forma pensamos que se podría extender el tema. Mi opinión particular es que es necesario un apoyo institucional, y el desarrollo de una política pública que apueste por un modelo de producción atomizado y basado en pequeñas explotaciones. Las interferencias que produce la incorporación de la moda ecológica en las grandes superficies se traducen en presión y extorsión hacia los productos ecológicos, igual que hacen con los convencionales. La consecuencia es que el labrador que plante verdura para esos grande mercados, sea labrador eco o convencional, no pueden vivir de su trabajo. Poner siempre la economía por delante lo condiciona todo, desde la producción hasta el consumo. Es un círculo vicioso que intentamos romper para que se pueda vivir del cultivo eco y de productos de proximidad.

Una instantánea del mercadillo de Gines en julio de 2016

Una instantánea del mercadillo de Gines en julio de 2016

Pedro. Ecológico no significa necesariamente sostenible. Los que producen y venden monocultivos de patata ecológica, eso no es sostenible. Un kiwi ecológico de Nueva Zelanda no es sostenible.

Mercedes. Nuestro mercado se llama “Mercado Ecológico del Aljarafe”. Es local. En relación con nuestra incidencia en la población, hemos de tener en cuenta de que estamos rodeados de grandes superficies. Sevilla se está convirtiendo en una de las provincias con mayor número de grandes superficies. Los ayuntamientos se están plegando a favorecer estas instalaciones, con la consecuencia de un daño irreparable al pequeño comercio. Nosotros pensábamos que también influía la política de la Diputación en los mercados, y el frenazo a la regulación de los mercados ecológicos. Había aspectos legislativos contradictorios, los que favorecían el mercado de proximidad, y los que favorecían las grandes superficies. Así que ha habido que hacer una arquitectura legal o encaje de bolillos, que , pensábamos, favorecía a las grandes superficies. Pero a la vez, la otra cara, hemos visto una incidencia de los mercadillos en los grandes supermercados, y es la introducción de la sección de productos ecológicos, algo inexistente hasta hace poco. Es positivo en lo que a información eco adquiere el cliente de estas grandes superficies.

Félix. Si estamos contentos con el mercado de Bormujos es porque hemos conseguido que lo que antes se quedaba solo en el preámbulo de la ley, declaraciones de buenos propósitos, se refleja en el articulado.

Jordi. En un régimen de economía de mercado es imposible hacer despegar cualquier proyecto alternativo con una buena base. Hables de economía circular, de economía colaborativa, de agricultura ecológica o de modelos de consumo basados en el comercio justo y en la salud… La competencia entre todo esto y el mercado convencional es una merienda de negros. En el fondo, el cambio de paradigma necesario es tan global, que por eso tienen problemas los movimientos de las Ciudades en Transición. En aquella ciudad donde inician un experimento de este tipo y da la casualidad de que han convergido una serie de personas que ocupan algunas esferas de poder, en el sentido de tener responsabilidad para hacer cosas, se tiene éxito. Donde no hay estas personas, las experiencias duran uno o dos años, lo que se mantiene el primer impulso, luego se vienen abajo porque es imposible competir en precios, salarios a los trabajadores, impuestos… ¿Qué pequeño agricultor puede competir a nivel impositivo, cuando estamos hartos de oír que las grandes empresas tienen facilidades para las desgravaciones, para contrataciones favorables a su contabilidad, etc.? Es una manera de asfixiar al pequeño emprendedor. Vivimos una época en la que las palabras son difíciles de usar. Hablas de capitalismo, y ya te salen con que eres comunista…

Pedro. También es una cuestión, como hablábamos antes, de convencimiento y de militancia. Algo tan básico como la competencia de las grandes superficies, no es solo en el tema de los precios, sino de productos inagotables. La producción ecológica se limita a producir lo que crece en cada temporada del año. No puedes tener calabacines en invierno. Contra esto también está compitiendo el agricultor ecológico, que ofrece acelgas cuando en el súper te venden berenjenas en enero. El que consume ecológico tiene que tener una mentalidad casi militante.

Félix. Si no es por una necesidad objetiva, por un cataclismo, como cuando en Cuba se quedaron sin el petróleo y los fertilizantes y pesticidas de la URSS, la gente no cambia de hábitos de consumo. Hay programas de bancos de tierra, de comercio de producción local, pero su éxito pasa por un acompañamiento de la administración. En eso han sido especialmente sensibles en Bormujos, han empezado a investigar lugares susceptibles de una ocupación, de concesiones temporales de tierra con apoyo a las cooperativas de producción o de distribución. Ha habido experiencias fallidas, como la de Zaragoza, el inicio de una reforma agraria que se ha parado. Cuando hablas de Parques Agrarios todo el mundo se echa las manos a la cabeza, ¿cómo se gestiona eso?, dicen. Funciona la del Llobregat, y podríamos importarla en torno a Riopudio. Hay por aquí pequeñas fincas a lo largo del río, resto de las expropiaciones que podrían convertirse en espacio de divulgación de lo agrario como paisaje. Tenemos una ventaja, y es que aquí hay personas, agentes, con experiencia medioambiental y agraria, solo se trata de aprovecharlos. El Aljarafe sería la tercera ciudad de Andalucía, con entre 300.000 y 500.000 personas, de Coria del Río a Valencina. Si reunimos los once municipios en una banda de cinco kilómetros de ancho por 14 de largo, tenemos los ingredientes necesarios para un gran parque agrario. Posibilidades, una componente agraria muy potente, una falta de identidad bestial, y por tanto la necesidad de crearla para que los vecinos no se queden dentro de su parcela, detrás de la valla, sin contacto con el resto de la comunidad. Eso puede ser una salida.

José Luís Bueno. La comarca del Aljarafe es una singularidad en Andalucía desde el punto de vista del poblamiento humano. En Andalucía hay núcleos de población humana de tamaño mediano, muchas pequeñas ciudades diferenciadas, a una cierta distancia unas de otras. Mientras que aquí en el Aljarafe hay muchos pequeños municipios muy próximos unos a otros. Eso empieza a desaparecer por la política de extenderse en horizontal con planes urbanísticos que pretenden llegar al municipio de al lado, y llenarlo todo de urbanizaciones. Y por otra parte, desde esta perspectiva, podríamos hablar de un modelo de ciudad distinto, donde la estructura no es un núcleo principal, sino un mosaico de instalaciones humanas pequeñitas y repartidas con un hinterland que podía seguir siendo agrario, y que mantendría la singularidad que históricamente ha tenido el Aljarafe en Andalucía. Un experimento muy interesante.

Félix. Y para ello tenemos el Riopudio, que lo articula todo, un arroyo que circula de norte a sur.

El Camino Colorao al atravesar el río Pudio.

El Camino Colorao al atravesar el río Pudio.

El Aljarafe una comarca prometedora para la sostenibilidad futura. Las oportunidades de Río Pudio

José Luís. El Aljarafe es una comarca más o menos circular, en forma de almendra, sobre elevada respecto a todo el entorno circundante. Hay quien dice que Aljarafe viene de “zona elevada”, otero. Está rodeada de cornisas de bajada, eso le da un microclima algo más suave. Y el arroyo Riopudio es un curso fluvial que la cruza prácticamente de norte a sur por completo, nace en la propia comarca y desemboca en el Guadalquivir justo a la altura de Coria del Río. Este hecho tiene un significado físico como elemento territorial porque está en medio. Además se da la circunstancia de que toda la vega del arroyo no ha sido ocupada por las construcciones urbanísticas. Así que mantiene un potencial de uso no urbanístico del suelo todavía grande. Queda bastante actividad agraria, tanto agrícola como ganadera, y eso es otra base para plantear cambios de actividad dentro de la producción agraria. Luego, hay una estructura muy rica de caminos públicos rurales, que en muchos casos se ha perdido, en otros casos siguen ahí pero no se usan apenas, y con el añadido de una cañada real que acompaña en buena medida el curso del arroyo en su margen derecha. La cañada viene de la antigua Castilla la Vieja, y tiene vías pecuarias de menor rango que atraviesan de este a oeste. Con lo cual tienes una infraestructura verde, según terminología de la UE, mal utilizada, que en algunos casos se deteriora y se pierde, pero que podría ser potenciada como una nueva forma novedosa de implantación humana en un territorio, esa gran ciudad de la que hablábamos, que puede tener 500.000 habitantes, repartida en una variedad de núcleos no conurbanados unos con otros, e integrados en una malla territorial de carácter agrario. Esto tiene un interés socioambiental muy interesante. Pero las administraciones no tienen esta perspectiva muy presente. Es cierto que el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía cuenta cosas fantásticas en su exposición de motivos, como decía Félix antes, y aparece como una ley estupenda. Pero luego viene una estructura de artículos y en los reglamentos que desarrollan las leyes, y aparecen los intereses ocultos, sesgando en cierto sentido, limitando en otros

Félix. La división administrativa es tremenda, porque anula cualquier posibilidad. Todo municipio quiere preservar su municipio, pensar en esa gran ciudad con once distritos que serían los pueblos antiguos, interactuando todos, sería fantástico, y no costaría casi esfuerzo. Pero las competencias municipales entran en conflicto.

El cauce del río Pudio fue acondicionado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Pero el mantenimiento, responsabilidad de los ayuntamientos, lo ha convertido en una selva. Bonito paisaje, pero poco aprovechable.

El cauce del río Pudio fue restaurado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Pero la falta de mantenimiento, responsabilidad de los ayuntamientos, lo ha convertido en una selva. Bonito paisaje, pero poco aprovechable.

José Luís. Volviendo a lo de antes. El arroyo Riopudio es un elemento articulador de primer orden del territorio en esta comarca, con un potencial importante de dar apoyo a formas de uso del territorio que se aparten de las corrientes dominantes de más construcciones, más rotondas, más urbanizaciones. Y luego también tiene un potencial articulador importante en lo que respecta a la administración local, porque al ser un montón de municipios, entre trece y diecisiete según hagas los cálculos, y esto permite actuar con un territorio compartido por todos en formas colaborativas, más allá de las competencias administrativas de cada término municipal. Esto es uno de los grandes retos, cómo conseguir que al menos nueve de los municipios que tienen cauce, ribera, sepan encontrar un elemento coordinación y de colaboración. Hay una pieza clave que es la Diputación Provincial de Sevilla. Como la mayor parte de estas instituciones españolas juega un papel un poco raro, que básicamente consiste en apoyar financieramente a los municipios en asuntos que a la diputación provincial correspondiente, es decir, a quien dirija la diputación provincial correspondiente le venga bien para ganarse fidelidad en los equipos gobernantes en los ayuntamientos, en lugar de jugar el papel de dar apoyo institucional a proyectos que requieran salirse de los términos municipales y hacer cosas en conjunto. Desde ADTA estamos planteando que la Diputación Provincial de Sevilla, a través de una mancomunidad que existe, no habría que crearla, fuera el órgano en el que residenciar un modelo de gestión con una pequeña estructura de administración y gestión de esta realidad territorial que concitara la coordinación de los municipios implicados, y contara además con la colaboración de la Junta de Andalucía, que también tiene competencias desde el punto de vista medioambiental de ordenación del territorio, más la administración general del Estado, porque interviene la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, a quien compete la restauración ambiental, realizada, pero sin nadie que la cuide.

La cañada real que sigue el cauce del Pudio es un paseo relajante y didáctico.

La cañada real que sigue el cauce del Pudio es un paseo relajante y didáctico.

Acciones en Ríopudio

Felix. Han sido acciones conjuntas con ADTA. Como lo “transmunicipal” no va a surgir de los propios municipios, los vecinos asociados en ellos son los que hemos empezado a actuar “transmunicipalmente”. La estrategia coincidió con una red aparecida en la ciudad de Sevilla llamada “Sevilla por el clima”, que reclama la mejora las condiciones medioambientales de la ciudad con plantaciones de árboles y creación de sombras, tratamiento de fachadas y cubiertas. Ellos estaban muy circunscritos al término municipal de Sevilla, y lo que planteamos desde ADTA y La Regüerta es que era un tema común, porque la mayoría de esas trescientas o quinientas mil personas que duermen en el Aljarafe trabajan en la capital. Se trataba de abrir el panorama, y salir del término municipal de Sevilla y meternos en el ámbito del Aljarafe. Para ello, el arroyo Riopudio era fundamental, porque era la opción más fácil, visibilizar el Riopudio, que toda la gente que vive en este ámbito lo llegara a conocer porque para la mitad es el atajo para bajar a Sevilla.

La acción más fácil que se nos ocurrió fue reforestar los caminos que van desde los distintos municipios a Riopudio, como escenarios de proximidad, y otros más simbólicos y estratégicos en el encuentro con el área metropolitana, con Sevilla y el río, la cañada real, conexión de municipio con municipio, no había que hacer un proyecto global para los quince municipios, sino que casi lo “intermunicipal” podría actuar entre dos municipios, según el escenario y los actores. Buscábamos el acompañamiento de los municipios interesados. La última plantación ha sido de casi quinientos árboles de un camino de Bormujos al arroyo Riopudio, el camino del Molino Colorao. Vamos a continuar ahora en ese mismo camino hasta Bollullos, y así lograremos el reconocimiento de una transversalidad, con dos poblaciones importantes. Nos ha fallado la participación de Valencina, que iba a ser la primera. Pero por temas de gestión de la administración no salió, y está pendiente para este año. Queremos hacer esos puntos de visibilidad en el Riopudio a partir de cada ayuntamiento y de su población.

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Olivares e higueras flanquean la cañada real.

Olivos e higueras flanquean la cañada real.

Colaboración espontánea de agentes sociales «civiles»

José Luis. Hay agentes sociales que han colaborado en estas iniciativas, que se lanzan y se apuntan. Por ejemplo, ha sido interesante la colaboración de grupos Scouts, que además ponen gente joven y herramientas, cosas fundamentales. Y también ha habido una experiencia interesante a mediados de la primavera de este año con una asociación de padres de un colegio público que linda con la autopista de Huelva, se ha hecho una barrera vegetal que sirva de barrera contra el ruido y de filtro de la contaminación, con implicación de muchas personas, en especial los alumnos.

Félix. Dentro de la “clase media ilustrada” de la que que hablábamos antes, nos parecía bien las actividades locales, pero también llevar esto al marco del pensamiento. Así hemos participado en un proyecto de investigación de la Universidad de Sevilla, con participación transdisciplinar, con arqueólogos, pintores, guionistas de cine, antropólogos, de todo. Se llamaba “Periferia lugares corrientes”. Hubo una primera plantación muy simbólica de arrayanes y algarrobos en la Cañada Real, donde no podíamos plantar nada. Formó parte de un seminario con participantes de Barcelona, Madrid, para encontrar referentes de buenas prácticas, y seguimos trabajando en ello.

Mercedes. Como grupo, como La Regüerta, todo este aspecto está buscando su espacio particular y verdadero. Esta vertiente ambientalista exige de una “hipermilitancia” extra a la anterior de la que hemos hablado, que disuade a mucha gente. Si ya disuade la otra, el cambio de hábitos, de maneras de comprar, de reunirse y participar… Es primer paso exige un proceso de transición personal bastante intenso que se lleva mucha energía y tiempo. Así que sumarse a proyectos que desbordan el ámbito original del grupo es difícil. Porque los que llevamos esto tenemos una edad que nos ha enseñado que semejantes actividades son “además del compromiso político”, y no en el lugar del verdadero compromiso político. Convencer de que esto es un compromiso de acción y cambio y no “además de”, es complicado, debido al aprendizaje que llevamos todos encima de la época de la Transición, cuando parecía que el cambio estaba en la acción política pura y dura.

Jordi. Nos creíamos eso de la evolución de la sociedad.

Félix. Hemos aprendido a optimizar esfuerzos. ADTA viene a los mercado y cuenta acciones como la del arroyo Riopudio. Nosotros vamos a ADTA y contamos lo del consumo…

Mercedes. Se trata de ser transmisores, no un grupo de elegidos, sino alguien que exporta la idea.

Pedro. En el caso de Riopudio la cosa era implicar a toda la red, asociaciones, etc. Hacer de difusores, más que ser los que íbamos a hacer la plantación. Empieza a consolidarse una red. De esta forma, una vez consolidada la red, los pequeños proyectos de cada uno empiezan a encajar en su sitio y ayudar a los otros.

Javier amrtínez en Arroyo Aspero, su propiedad de cultivo ecologico, en Sanlúcar la Mayor

Javier Martínez en Arroyo Aspero, su propiedad de cultivo ecológico, en Sanlúcar la Mayor

 Arroyo Aspero y orgánico en Sanlúcar la Mayor

Dice Javier que la cañada en la que tiene sus cerca de cinco hectáreas para el cultivo de frutas y verduras ecológicas se llama Valdezorra o Valle de la Zorra, pero que es un nombre que a los locales les gusta poco, por sus evocaciones ambiguas. Él le ha puesto el nombre de Arroyo Aspero, con acento en la segunda sílaba. De familia de agricultores, Javier se dedicó a otros oficios hasta el cambio de siglo. Desde entonces, vive de, para y por la agroecología, según el método biodinámico.

Javier Martínez.- Esto lo compramos en el 76, pero yo me dedico a la agricultura desde el 2004. Siempre he tenido contacto con el mundo agrícola, pero no me ganaba la vida con ella, y ahora tampoco. Tenemos una extensión de huerta, con verduras, y los frutales y olivos. La extensión es de 4,700 Ha. Proporciono los productos a dos asociaciones, una semana a una y otra semana a otra. También tiene clientes particulares.

Vive en la misma cañada, en la parte alta, porque la más profunda está sometida a unas temperaturas bárbaras en verano, algo que de lugar a unos productos adaptados a esos extremos. Corre un arroyo, el Aspero, con muy poco caudal y que en agosto se seca. 

este tomate apenas ha sido regado, aunque las temperaturas en verano suelen superar los cuarenta grados.

Este tomate apenas ha sido regado, aunque las temperaturas en verano suelen superar los cuarenta grados.

Javier.- Es un valle con microclima. La cola de caballo, por ejemplo, no crece en todas partes. El mastranto, una variedad de la hierbabuena, también necesita cierto clima. Conseguimos tomates prácticamente sin agua de riego. No se pueden poner a pleno sol, porque su rendimiento es menor. Están plantados en una zona sombreada, de forma que no les da el sol de la tarde. Hay varias plantas que las puedes cultivar sin agua, por ejemplo el melón, que no crece tanto, pero se puede cosechar.

Asegura que se levanta y empieza a trabajar, y se acuesto también trabajando. Trabajan su hermano y él. Solo necesitan ayuda cuando cosechan ja aceituna, y este año hay mucha.

Javier da explicaciones a Félix y a José Luís.

Javier da explicaciones a Félix y a José Luís.

Javier.- Tengo certificación, y utilizo la biodinámica para las siembras. Los lechos de paja son para acolchar la tierra, para evitar la evaporación, y para proteger el suelo en verano, para que no lo queme el sol. El agua viene del arroyo. Tengo un pozo conectado con él a través de la capa freática. También tengo un pozo más arriba, para cuando el arroyo deja de correr. Esta zona tiene muy poca agua, yo tengo media hora de agua al día. Del arroyo no sacamos agua, porque no se puede tocar.

En priemr término, los cultivos de verduras, en los que trabaja, a la derecha, Damaris, una voluntaria que está aprendiendo.

En primer término, los cultivos de verduras, en los que trabaja, a la derecha, Damaris, una voluntaria que está aprendiendo.

Ninguno de sus hijos quieren dedicarse a la agricultura, de momento. Pero reconoce que él tampoco quería cuando tenía su edad. La vida da muchas vueltas, y te das cuenta de cosas, filosofa.

Javier.- Mi abuelo me enseñó un poco las técnicas agrícolas. Luego mi segundo maestro fue mi padre. Yo tenía otro negocio, pero poco a poco me fue tirando la tierra. Al decidir trabajarla, me di cuenta que no me atraía la fórmula convencional, quería algo diferente, algo que sirviera y quedara ahí, poder decir, “el cachito de tierra que me ha quedado lo he cuidado, no lo he quemado.” Mi escuela ha sido la práctica, estar atento al resultado de tu trabajo, darte cuenta de lo que haces.

En la zona del Aljarafe hay otros tres agricultores ecológicos a baja escala. No hay cultivos ecológicos extensivos. También hay cultivos tradicionales que no echan herbicida, pero que usan fitosanitarios si creen que lo necesitan.

El arroyo aspero corre al pie de esa maraña de zarzas, en el fondo de un talud que se eleva cincuenta metros de espesa vegetación, y forma una de las paredes del valle de la Zorra.

El arroyo Aspero corre al pie de esa maraña de zarzas, en el fondo de un talud que se eleva cincuenta metros de espesa vegetación, y forma una de las paredes del valle de la Zorra.

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