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Agricultura y naturaleza

La Regüerta de Gines, Ecollaures de Valencia y Mercats de la Terra de Alicante

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En todos los mercados hay actuaciones para el público infantil

En todos los mercados hay
actuaciones para el público infantil

Texto y fotos de Fernando Bellón

El tercer sábado de cada mes se monta el tinglado del Mercado Agroecológico del Aljarafe en el parque municipal de Gines, localidad sevillana de la comarca mencionada.

Lo organiza la Regüerta, Asociación y Grupo de Consumo ético, solidario y ecológico del Aljarafe. Colabora la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos de Sevilla.

La Asociación se hace cargo de la logística, montaje y desmontaje de las carpas, selección de vendedores, y programación de actividades paralelas, lúdicas o pedagógicas. Entre ellas, las visitas a los huertos que producen los alimentos que se venden en el mercado.

La Regüerta la forman unas cuarenta familias de Gines y alrededores. Dice Mercedes Santaella, una de las coordinadoras, que por encima y por debajo de este número, se empieza a romper el equilibrio del reparto de trabajos y responsabilidades, porque formar parte de la asociación y grupo de consumo obliga a sus socios a mantener viva la actividad.

Empezaron en el año 2012, un grupo de amigos con conciencia ecológica, que se plantearon asociarse en torno a la idea fértil y sabrosa de la agricultura orgánica.

Al principio, el mercado de Gines era estacional, cuatro veces al año. Y en 2014 se hizo mensual, los terceros sábados de cada mes, salvo los más tórridos, porque en julio y en agosto, incluso debajo de la arboleda del parque se aguanta mal el calor.

Pan artesanal y ecológico.

Pan artesanal y ecológico.

Han conseguido reunir a unos veinte vendedores de diversos productos, fundamentalmente los de huerta, productos frescos, pero también acuden panaderos y panaderas, queseras, productores de vino, aceite, miel, plantas aromáticas y embutidos. También se instala un bar donde se ofrecen tapas y bebidas. Todo ha de ser eco, certificado o avalado por una certificación SPG (Sistemas Participativos de Garantía), que lleva a cabo la propia asociación mediante visitas a las huertas o explotaciones.

El mercado de Gines tuvo como modelo el ecológico de la Alameda de Sevilla, que tiene lugar los segundos sábados de cada mes, organizado por COAG, y con seis años de experiencia.

La diferencia entre uno y otro es que el de Sevilla convoca a productores de diversas provincias, mientras que el de Gines intenta centrarse en los ganaderos, agricultores o transformadores (pan, aceite, vino) del Aljarafe o de un entorno no superior a los cien kilómetros, y en los productos frescos, que son los que componen las cestas semanales de los socios.

Mantener viva una asociación de consumidores requiere empeño y constancia, asegura Mercedes Santaella. Pero las satisfacciones que se obtienen también son de categoría.

Hay un trabajo burocrático y tedioso, dice Mercedes, pero también se hacen amistades duraderas. No se queda todo en la recogida de cestas a diez euros, sino en actividades como las que se realizan mensualmente en el mercado, actuaciones teatrales, musicales, cursos de cocina o de instrucción agroecológica. Y también excursiones en grupo y en bici, o las visitas a los huertos.

Mercedes dice que una de las mejores realizaciones de la Asociación ha sido animar a jóvenes en paro a dedicarse a la agricultura eco o a la transformación alimentaria. Garantizar al productor la salida de parte de su producción, se les da una seguridad, y esto les amarra a su trabajo.

Verduritas de la zona

Verduritas de la comarca

Alberto Calderón, técnico de COAG Sevilla, participa en el mercado de Gines y en el de la Alameda de Sevilla. En Gines, las carpas son del ayuntamiento y en la Alameda, de la Consejería de Agricultura, una aportación imprescindible por parte de la administración, que se involucra así en estas iniciativas ciudadanas. A la Alameda acuden entre veinte y veinticinco agricultores, agricultoras, ganaderos y ganaderas y transformadores y transformadoras, porque muchas de las personas que se dedican a estos menesteres agroecológicos son mujeres.

Otro mercado agroeco que acaba de empezar es el de San Lúcar la Mayor, también en el Aljarafe. Se hace los primeros sábados de cada mes, y lleva funcionando desde primeros del año 2016.

La periodicidad está buscada para que los agricultores que quieran y puedan, acudan a cada uno de los mercadillos.

También hay presencia agroeco en algunos mercadillos de barrio en Sevilla, dice Alberto Calderón, como el de San Jerónimo.

No es una casualidad que la comarca del Aljarafe sea la que lleva la iniciativa en el fomento de lo orgánico. Se trata de una serie de municipios que han crecido a raíz de la Expo, y donde han ido a vivir matrimonios más o menos jóvenes de funcionarios, profesionales liberales y una clase media con un índice significativo de estudios superiores.

En ellos ha nacido la necesidad de integrarse en un territorio que hasta hace poco o estaba desmembrado o tenía como vínculo definitorio el folklore. Los ciudadanos y ciudadanas que han ido conformando la nueva población del Aljarafe se complacen en sentirse vecinos de una comarca con características propias muy valiosas, como es la agricultura. Surgen iniciativas aquí y allí, y van conformando una red cívica que cuaja en la zona, y sirve de ejemplo para otras.

 

Al fondo, el Skyline de la ciudad de Valencia expandiéndose por l'Horta Nord

Ecollaures, premio al comercio de cercanía

Una muestra ejemplar de lo que se puede conseguir con el trabajo colectivo es el de Ecollaures de Valencia. En diciembre de 2015 recibió el premio del Ayuntamiento de Valencia a la mejor acción social, en su caso en el comercio de cercanía. Para presentarse tuvieron que redactar una memoria de los años que llevan trabajando, y al completarla se dieron cuenta por primera vez de todo lo que habían conseguido, partiendo de cero. Este curioso descubrimiento de lo obvio les dio ánimos para emprender más acciones.

Ecollaures trabaja siempre a base de asambleas y comisiones de trabajo. Es su fuerza y también su debilidad, porque consumen tiempo que es precioso para un pequeño agricultor que se debe a las tareas inaplazables de su huerto. La experiencia acumulada les está haciendo pensar si sería una buena idea especializar a alguno de los socios, «reciclarlo» y dedicarle a la gestión y los contactos con otras experiencias de las que obtener lecciones útiles. Es pasar de la asamblea a la representación, más dúctil y eficaz.

De momento, representantes de Ecollaures acuden a reuniones de sistemas SPG. Por ejemplo, al encuentro estatal de SPGs de Vigo, que tuvo lugar en junio. Hay en las diferentes autonomías españolas un movimiento emergente de  jóvenes labradores bío que empieza a sentirse como un cuerpo heterogéneo, pero de intereses y experiencias comunes. Me cuenta Francesca, de l’Hort de Carmen que en sus reuniones con otros SPGs españoles con frecuencia recibe parabienes y admiración sobre el buen funcionamiento de Ecollaures, algo que les sorprende y les estimula a la vez. La próxima reunión SPG estatal se realizará en Madrid en octubre de 2017.

También han acudido representantes de Ecollaures a una reunión de SPGs de las Marinas y de l’Alacantí en Alicante. Otra visita ha sido al mercado semanal de proximidad de Zaragoza, un ejemplo como el citado más arriba de Sevilla, o el de Granada. Pero de mayor categoría, pues se hace cada siete días, no cada treinta. Cuenta con 80 paradas, y con unos 6.000 visitantes que compran una cosa u otra.

Francesca insiste en que comprar productos SPG no es un acto desprovisto de trascendencia política o social, como comprar unos zapatos en un centro comercial. Comprar en los mercadillos donde acuden labradores SPG es colaborar y comprometerse en algo muy positivo, fomentar otra forma de entender el mercado, de un instrumento dirigido al lucro a un instrumento de transformación social.

Francesca y Raul, dos componentes de Ecollaures

Francesca y Raul, dos componentes de Ecollaures

En septiembre Ecollaures volverá a implicarse en el mercado del barrio del Grao, que el Ayuntamiento intenta promover en beneficio de los productores hortofrutícolas. Se trata de que acudan una vez a la semana con sus frutos y hortalizas. El ayuntamiento tiene una línea subvencionada para que los labradores ocupen algunas de las 85 paradas vacías (solo funcionan cinco ahora).

Por otro lado valoran la experiencia del mercado de l’Horta de enero pasado en la plaza del Ayuntamiento, pero creen que no es un ejemplo eficaz, y se trata de buscar mercados en barrios, com el del Grao. Los pasos adelante los están dando con organizaciones ciudadanas o cívicas como Per l’Horta o Cerai, que tienen una larga experiencia en gestión comunitaria.

Por último están valorando la posibilidad de establecer un local donde pueda realizarse un intercambio de productos, algo que ahora se hace de un modo espontáneo, articulado de acuerdo con las necesidades y las posibilidades de los labradores, que intercambian sus productos, los que sobran a unos y faltan a otros. De este modo podrían abastecer, por ejemplo, a empresas de cáterin.

Una consecuencia de este mecanismo, o más bien, una de las causas para crearlo es que los agricultores de Ecollaures están avanzando hacia un punto intermedio entre la biodiversidad radical y el monocultivo. Al sembrar y cosechar menos productos se garantiza una calidad imprescindible y un volumen para intercambiar, sin caer en la restricción de cultivos de la agricultura convencional.

 Mercats de la Terra en Alicante

En la Marina Alta funcionan los llamados Mercats de la Terra, en los que se venden productos de allí, y no solo los alimenticios. Los hay en Jesús Pobre, pedanía de Denia, en Xaló, en la Vall de Laguar, en la Vall de la Gallinera y en Benissa. Se abren por la mañana en sábados alternativos, de modo que los productores puedan acudir a cada uno de ellos. En verano, algunos como el de Jesús Pobre abren los domingos por la tarde, a la caída del calor, y en lugar de ser mensuales se convierten en semanales, debido a la afluencia de turistas extranjeros. «Los Mercats de la Terra han sido creados para que agricultoras/es y artesanas/os dispongan de un canal corto de comercialización de sus productos sin intermediarios/as y las/los consumidores/as un lugar donde encontrar el producto y a las/los productores/as», se lee en La Sembra. «Además, promueven el consumo de productos locales a un precio justo, fomentan la economía local y mantienen vivas las tradiciones agrarias, artesanas y culturales de la comarca», y promueven actividades culturales y educativas relacionadas con tradiciones locales, que tienen un notable éxito, sobre todo en la población extranjera que suele pasar parte del año en esas tierras paradisíacas.

Mercat de la Terra de Xaló el sábado 2 de julio

Mercat de la Terra del Riu Rau de Jesús Pobre, en la III Edición de los Cants de Batre, el domingo 10 de julio

El Mercat de la Terra de la Vall de la Gallinera se hace en una calle de Benisivá. Las fotografías que acompañan estas líneas corresponden al sábado 4 de junio, cuando se celebró una jornada especial dedicada a la cereza, que allí cuenta con una variedad propia y muy sabrosa, y que suele recogerse a lo largo  del mes de junio.

Otros Mercats de la Terra de Alicante son Arrels, en Sant Joan, al norte de la capital y el de La Xara, entre Ondara y Denia.

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