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Los Informativos Electrónicos Series

«Los Informativos Electrónicos». La corta vida de la noticia. (Capítulo 6)

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Este es un capítulo basado en hechos empíricos. Los mecanismos o las rutinas de trabajo en una redacción de Informativos de una televisión convencional. Se describen desde cuatro puntos de vista: el periodista o redactor (autor de este libro); el realizador o «director técnico» del informativo, en este caso Carlos Navascués; el documentalista, que proporciona recursos informativos, texto redactado por Carlos Benito Amat; y el productor, que facilita el trabajo, los contactos, los permisos, las disposiciones administrativas y técnicas con otras emisoras, firmado por Rafael Alborch. Los tres fueron compañeros de Canal 9, y el autor se confiesa en deuda con ellos por su amable colaboración en este libro

En los veintitantos años transcurridos desde la redacción del libro y la actualidad, el mecanismo básico de las rutinas no ha cambiado mucho, del mismo modo que los zapatos de hoy se hacen más o menos igual que los de antes. La diferencia es la intervención tremenda de la tecnología digital, la programación, los teléfonos móviles, internet, etc. Todo esto ha servido para facilitar el trabajo en los medios de comunicación. Tan grande ha sido este avance que hoy en día la transmisión de noticias (o algo que pasa por noticia porque se parece a una noticia como una silla de plástico a otra Luis XIV) es algo que puede hacer literalmente un niño. De hecho las llamadas “redes sociales” utilizan las fórmulas técnicas que antaño se usaban en la comunicación audio y visual. Y ya conocemos el valor de la mayoría aplastante de información que transmiten las redes sociales…

La ilustración es la reproducción de un grabado de Txemacántropus, que fue grafista en Canal 9

Este capítulo tiene por objetivo que el lector conozca las rutinas básicas de elaboración de una noticia en una redacción de televisión.

Aunque se basa en mi propia experiencia, no se refiere a ningún caso concreto. En el siguiente capítulo se encontrará un caso práctico. En éste intento resumir en seis pasos, en forma analítica y muy breve, el nacimiento, desarrollo, madurez, vejez, enfermedad terminal y muerte de una noticia en el medio televisivo.

Lo hago de un modo que puede valer para cualquier emisora de las que se citan en este libro, aunque cada una tiene sus particularidades, que son las que se describen oportunamente. Pero para que el lego, estudiante o aficionado al periodismo, pueda asimilar mejor el aluvión de datos que se va a encontrar en los capítulos posteriores, es conveniente que eche un vistazo a este apartado.

Uno.

Nace una noticia. Nace en cualquier parte, y quizá hasta nace huérfana. Cuando en la redacción la detectan, se lanzan a por ella. Salen en su busca un redactor, y un cámara. El redactor lleva su cuaderno de notas y su bolígrafo. El operador de cámara, la cámara, claro, un trípode para sujetarla cuando haga falta, un grueso cinturón de cuero o de polipiel cargado de baterías que proporcionan alimentación al foco, el foco, halógeno, de entre 125 y 250 watios, que va en una bolsa junto a los cables para el micrófono, el micrófono, las baterías para la cámara —unas piezas planas que parecen ladrillos—, cintas de grabación, y además todo un instrumental de electricista.

Cuando el redactor y el cámara son ENG (Electronic News Gathering), es decir, si están entrenados los dos para utilizar la cámara y recoger y redactar información, echan a suertes el reparto del trabajo, tú hoy grabas y yo recojo los datos.

Si la noticia ha nacido lejos, y van a hacer un directo o a pasar varios días fuera, y tienen que enviar piezas de video para diferentes informativos, lo normal es que les acompañe un productor para gestionar los envíos, reservar el hotel, conseguir permisos pertinentes, billetes de avión, etc.

Dos

Crece la noticia. Crece delante de la cámara. El redactor se dedica a recoger datos, si tiene padres, cuánto pesa, qué enfermedades le han detectado, las vacunas que le han inoculado, etc. El operador graba todo lo que puede, ve y le dejan, y entrevista con el auxilio del redactor, que sostiene el micrófono, a quienes se ponen a tiro o a quienes demuestren o parezcan tener algún parentesco con la noticia.

Tres

Madura la noticia. El equipo que ha capturado la noticia se la lleva a la redacción (o al hotel, o al lugar desde donde se enviará cuando esté lista). Allí la preparan, que es como si alimentaran a la criatura. Visionan y minutan lo que han grabado, es decir, apuntan los códigos de tiempo de los planos más interesantes y de los cortes de voz más convenientes. Cuando hay mucha prisa, esto no puede hacerse, el redactor ha de confiar en su memoria y en su intuición.

Si es preciso, el redactor recaba los últimos datos que necesita a base de algunas llamadas telefónicas, o pide a documentación que le sirva información —por lo general, recortes de periódico archivados sobre el asunto— sobre los antecedentes familiares de la noticia.

El redactor escribe la información, pensando siempre en las imágenes que ha grabado, y ciñéndose al tiempo que le ha asignado el editor del informativo (entre 40 segundos y un minuto y medio máximo). También escribe la entradilla que leerá el presentador. Pasa las redacciones al editor (en Canal 9, en TV3, en TVGa, y en Euskal Telebista, los textos los revisa antes un lingüista, ignoro si ocurre lo mismo en TVM y en Canal Sur, donde se supone que al redactor le han instruido en la gramática y las sutilezas de la lengua de Cervantes). El editor los mira, los retoca si lo considera oportuno, hace las sugerencias que se le ocurren, por lo general inoportunas, imprime el texto, también llamado “off”, y el redactor corre a una cabina de grabación.

Cuatro

La noticia envejece. El redactor, con ayuda de un operador de equipos, o solo si él mismo es un ENG (Electronic News Gathering), y está entrenado también para montar, se sienta ante un par de magnetoscopios (en uno de ellos coloca la cinta grabada, en el otro, la cinta donde va a editar la noticia), una mesa de sonido y un micrófono; lee el “off”, (en algún lugar de Inglaterra he oído que al “off” le llaman VOT, “voice on tape”) y sobre él, edita o monta las imágenes que ha grabado el operador de cámara (o su compañero ENG). Asimismo coloca los cortes de voz seleccionados, que nunca durarán más de quince o veinte segundos, salvo rarísimas excepciones.

Finalizadas estas tareas, rotula la cinta. Esto es, escribe un nombre en una etiqueta autoadhesiva o marca la cinta de alguna manera para que no se confunda con las otras. En un folio (el “script”) con una serie de apartados o casillas, escribe el nombre la de la noticia, su duración, el lugar en el que se desarrollan los hechos, los segundos en que entran y salen los cortes de voz, el nombre de quienes hablan, las cuatro últimas palabras del texto, y su firma y la del cámara.

A partir de este momento la noticia está gravemente enferma y entra en la UVI.

Cinco

La noticia agoniza. La cinta de video cae en manos del editor y del realizador. La visionan, le pegan nuevas etiquetas con un número de referencia que corresponde al que tiene la noticia en la escaleta. También puede ocurrir que le peguen una banda magnética si la cinta es colocada en la máquina llamada “betacar”, o armario del que salen automáticamente las cintas durante el informativo para entrar en la ávida bocaza del magnetoscopio que reproducirá las imágenes que la gente ve en su casa. Se llevan la cinta al control de emisión o al lugar desde el que se vayan a lanzar las imágenes, donde, junto a las demás cintas que componen el informativo esperará su final.

Seis

La noticia fallece. Una vez iniciado el informativo, las noticias, ordenadas según su aparición y según lo establecido en la escaleta, van saltando al aire desde el magnetoscopio de emisión, a una orden del realizador, que domina la navegación del informativo desde el control junto a un montón de personas. Las riendas de la noticia se llevan desde el control a través de unas pantallas de televisión, conectadas a unas “líneas”, (uno, dos, tres o cuatro, según el número de magnetoscopios). Cuando le llega su turno, sale al aire y se disipa en la inmensidad de la actualidad diaria. Nada más apagarse su último eco, le sucede otra noticia, y sufre la maldición del olvido.

Esta no es la única forma de noticia que se emite por televisión. Cada vez más, los informativos juegan con las imágenes sin texto y con las declaraciones de personajes. Lo hacen porque prestan un dinamismo especial al telenoticiero y porque hacen el efecto de un ritmo sincopado, cosa que “engancha” a la audiencia, y más cuando los temas que se tratan son llamativos.

A las piezas con imágenes sin texto grabado en la cinta, y que salen en pantalla al tiempo que el locutor (invisible) lee la noticia, en algunos sitios les llaman “colas”, y en otros “platós”.

Las piezas con declaraciones de un personaje, que suceden a una introducción breve del presentador, se les suele llamar “totales”, “pastillas” o “cortes de voz”.

El mecanismo de captación y edición de estas imágenes o declaraciones es el mismo que el arriba mencionado. La diferencia es que el redactor, en el caso de las “colas” o “platós” escribe el texto, pero no lo graba en ninguna cinta; el editor lo pasa directamente al “prompter” (también “autocue”), o máquina que proyecta líneas de texto en una pantalla de ordenador reflejada en el objetivo de la cámara de estudio, donde el presentador las va leyendo, como si recitara de memoria.

EL REALIZADOR EN TELEVISIÓN

(Por Carlos Navascués, Coordinador de Realización de Informativos de C-9, en la época en la que se redactó este libro)

Imaginemos una persona que tiene la facultad de hacer que algo escrito pueda ser llevado a imágenes y para ello utiliza elementos tan variados como la música, decorados, sonido, e iluminación. Pensemos ahora en un individuo que se sienta ante diez monitores de televisión y selecciona la imagen más adecuada para que la gente entienda un acontecimiento, desde un partido de fútbol a una boda real. Y ya puestos, hagamos un esfuerzo por ver a alguien que de un guión o parte escrita lleva a cabo una transformación de todo ello en imágenes en colaboración con los cámaras y con los llamados montadores, personas que siguen las instrucciones de esa persona hasta que el texto ha sido llevado a imagen. Transformar algo escrito en imágenes para su comprensión, esa sería una definición simple pero clara para entender qué es un realizador de televisión.

Con el paso de los años, los realizadores se han especializado en deportes, documentales, magazines o noticiarios. Cuidan de esos detalles que para una persona normal pasan desapercibidos, pero que sirven para mejorar lo que se ve en pantalla. Se preocupan de que el vestuario del presentador o periodista sea el adecuado para el programa en que se está. Que la iluminación sea la correcta, que los planos que hacen los cámaras ayuden a entender al público lo que está viendo, que lo que se dice sea nítido etc..

Requieren de un especial conocimiento de todas estas labores, aunque sólo de un modo general. Por ejemplo, un realizador le contará al iluminador qué quiere conseguir con una determinada luz, a qué hora se emite el programa en cuestión y lo que va a salir en imagen, si son personas u objetos.

Pero, en un telediario, ¿a qué se dedica el realizador? Cuando se deciden las noticias que se van a dar, éstas se ordenan en un texto llamado escaleta, que es lo que el realizador utilizará para organizar su trabajo. Ahí se integran los elementos que luego saldrán en imagen, como la cabecera que identifica el telediario, los rótulos o textos que tienen que aparecer y su momento exacto, así como ordenar que los presentadores se vayan alternando la lectura de las noticias. Junto al realizador, en estos telediarios es importante la figura del ayudante de realización, que es la persona que se sienta al lado del realizador y en todo momento le informa de los tiempos de las noticias así como de los momentos donde van los rótulos de las personas que salen en pantalla. Pero hasta llegar aquí, estas dos personas han visto imágenes y utilizado recursos audiovisuales para apoyar lo que el editor o responsable de los contenidos ha decidido emitir. Durante treinta o cuarenta y cinco minutos, el equipo de realización lleva el peso del directo y cuida que todo siga el orden pactado en la escaleta anteriormente mencionada. Ellos darán las órdenes necesarias al encargado del sonido, de la iluminación, al mezclador y sobre todo a la persona que maneja el “prompter”. Este es un aparato fundamental en los informativos de hoy en día, mediante el cual los presentadores disponen de lo que tienen que leer bajo la cámara que les está captando.

Físicamente, los realizadores trabajan, durante los directos, en los llamados controles de estudio, una sala perfectamente organizada y distribuida para tener todo bajo control. Desde allí sale una compleja red de comunicaciones con locutores, cámaras, regidores, periodistas en lugares lejanos y editores. Son precisamente éstos los que informarán al realizador de algún cambio o última hora, que casi siempre exige reflejos ante las modificaciones cascada que esa alteración suele producir

El plató es el otro lugar clave de un informativo. Allí se encuentra el decorado, los cámaras, los presentadores y el regidor. Es el sitio sagrado, donde el silencio es fundamental. Desde aquí abajo, generalmente siempre son plantas bajas, todo se ve de otra forma.

Gráficos, mapas, músicas etc., son otros elementos que pasarán por las manos del realizador para decidir su modo de elaboración dentro de las noticias, siempre con la colaboración del periodista/redactor que es quien escribe la información que luego saldrá en pantalla. Aunque los informativos de las cadenas de televisión sean distintos en imagen, presentación, locutores y sintonías, todos tienen en común múltiples detalles de organización, como son la existencia de una escaleta o guión previo numerado de lo que se va a emitir, sin la cual todos se sentirían un poco perdidos.

Se dice que el realizador impone en su trabajo su determinada personalidad o visión de la vida. Esto es cierto y de ahí surgen las especializaciones. Sin embargo, aspectos como la imaginación o la creatividad son esenciales en esta profesión, y sin ellos difícilmente se podría entender una actividad al servicio de la imagen.

Muchas veces se compara al realizador de televisión con el director de cine. En cierta medida sus trabajos se asemejan y puede ayudar a comprender lo que se hace en televisión, pero al ser formatos distintos las formas de trabajo difieren profundamente, sobre todo por un factor decisivo en la televisión: el tiempo. Todo está condicionado por el tiempo que se tenga para llevar a cabo un producto en televisión, y la experiencia dice que este es un bien escaso, que está provocando un cambio en las formas de trabajo.

EL SERVICIO DE DOCUMENTACIÓN EN LA TELEVISIÓN

(Por Carlos Benito Amat, Jefe del Departamento de Documentación de C-9, también en la época en la que se escribió este libro)

Si alguien pretende averiguar cuántas noticias emitió Canal 9 en sus informativos diarios a lo largo de 1997, obtendrá de los responsables de los servicios informativos una respuesta dubitativa o, como mucho, aproximada. Si la pregunta, en cambio, se dirige a un documentalista, no tardará en contestar “18.725 noticias”. El contraste no se basa en el descuido de los profesionales del periodismo y en la sapiencia de los especialistas de documentación. La diferencia es una diferencia de perspectiva y de actitud ante la información. Durante muchos años, se ha dicho del periodista que trabajaba “al día”. Sólo la aparición de los editoriales, los suplementos dominicales y los semanarios en los medios impresos, y de los reportajes e informativos semanales, en los medios audiovisuales, concedieron al trabajo del redactor cierto margen para la reflexión sobre los hechos inmediatos y su puesta en relación con otros similares o conexos. Los redactores de informativos diarios, aunque se encuadren en bloques especializados, aunque la entidad de los acontecimientos a cubrir aconsejen el seguimiento de determinados asuntos, están sujetos al día a día. Los documentalistas están sometidos, como poco, al año a año.

La unidad de documentación de RTVV, como el resto de servicios de similar naturaleza, recopila, analiza, organiza y conserva las grabaciones resultantes de las emisiones de Canal 9. Además, trata del mismo modo a los materiales que intervienen en la cadena de producción de cualquier emisión, no importa si se trata de un original de cámara a partir del cual se ha montado un soporte de 39 segundos, de la retransmisión de un partido de balonmano, de las interminables tertulias en plató de una noche electoral o de los master previos de un reportaje sobre la sequía. ¿Y esto por qué? Por muchas razones: porque los asuntos de actualidad están sometidos a repeticiones cíclicas, porque los documentos audiovisuales son compuestos y, por tanto, de valor múltiple, porque ciertos documentos audiovisuales exceden su mero valor episódico y se convierten en grabaciones genéricas, históricas, patrimoniales, irrepetibles, porque la inversión económica que representa la grabación de unas imágenes se debe rentabilizar…

Antes de profundizar en los aspectos que se derivan de esa diferente perspectiva de los documentalistas, conviene también ilustrar las diferencias de actitud. Los documentalistas son, por encima de todo, solidarios con el trabajo de productores, guionistas, redactores y demás profesionales de los medios.

Un redactor típico se halla solo ante su tema o sus temas al inicio de su jornada diaria. Brotes de meningitis, erupciones volcánicas, niveles de pobreza, extensiones y estadísticas de países, trayectorias de personajes públicos premiados, nombrados o fallecidos, accidentes previos similares, fiebres y plagas animales… Por otra parte, el periodista difícilmente puede retroceder en el tiempo para asistir a hechos pasados, o viajar en un tiempo récord como para que el cámara que con él colabora capte imágenes en un escenario lejano.

La documentación no puede hacer imposibles, pero sí que consigue resolver en buena parte las lagunas o francas ignorancias de los profesionales de la información que abordan temas totalmente ajenos a su experiencia habitual. En Canal 9, cinco personas se ocupan diariamente del análisis de las noticias publicadas en 2 diarios nacionales y 7 regionales, más un número variable de revistas y semanarios. Además, analizan y seleccionan los envíos diarios de agencias de noticias. En total, unas 220 noticias, 25 artículos de revistas y una media de 10 teletipos se seleccionan, se analizan, se organizan y se almacenan cada día. Además, se adquiere una media de 2 monografías diarias.

Los archivos biográfico y temático de prensa, las bases de datos de teletipos y de artículos y la biblioteca de referencia quedan a disposición de las preguntas de los redactores sobre temas, fechas, personas, países… y un sin fin de cuestiones a veces casi indescriptibles. Pocas preguntas quedan sin responder a través de esa especie de biblioteca de Babel.

Por otra parte, todas y cada una de las noticias emitidas en los informativos diarios de Canal 9, los reportajes de los informativos semanales y los resúmenes deportivos, la mayoría de las retransmisiones deportivas, los materiales previos a la emisión de muchas producciones, el contenido de los envíos de las agencias de noticias y los sistemas de intercambio de imágenes y los originales de cámara de informativos y programas se someten a un proceso de análisis, organización y conservación. En ocasiones, el nivel de análisis incluye una descripción de los planos contenidos en las grabaciones. Sólo así es posible recuperar el momento de cada uno de los goles de Raúl, las entradas y salidas de los jueces de la Audiencia Nacional, los efectos de un terremoto en el momento en que se produce, los cruces de declaraciones que se elevan de tono hasta llegar a las manos, el aspecto del centro de Argel, de Hong Kong o de Buenos Aires. Los documentalistas del área de audiovisual de Canal 9 incorporan a la base de datos del archivo de imágenes los datos de 120 grabaciones al día por término medio. Mediante esa organización del material, afrontan casi 48.000 peticiones de imágenes al año: un plano de conjunto de Aznar y Chirac, la foto de familia de los jefes de gobierno de la CEI, el momento de la lesión de un “crack”, el ambiente de un mercado en Praga, la escena de un atentado terrorista, el panel de votación de una proposición de ley, las fauces de un caimán, los tiros al palo que pudieron alterar el resultado de muchos partidos de la pasada liga…

En un entorno de trabajo tan masivo y de ritmo tan exigente, los conflictos son inevitables. La documentación, como se ha dicho, no hace milagros ni resuelve imposibles. El redactor que solicite imágenes de las conversaciones secretas entre el FIS y el gobierno argelino, aquél otro que demande “imágenes de embarazos no deseados” se irá de vacío del servicio de documentación. Precisamente, una de las más antiguas aspiraciones de los documentalistas se refiere a la comprensión de su trabajo y al reconocimiento de su aportación a la confección de mensajes periodísticos y televisivos de calidad.

QUIÉN ES Y QUÉ HACE UN PRODUCTOR DE INFORMATIVOS.

(Por Rafael Alborch, Jefe de Producción de Informativos en aquel momento)

En un sector nuevo como el de la televisión es muy difícil explicar y delimitar las funciones de los diferentes puestos de trabajo que son necesarios para llevar a cabo un determinado proyecto audiovisual.

Cuando alguien ajeno a este mundo me pregunta a qué me dedico y le respondo que soy Productor de Informativos, siempre tengo que improvisar un cúmulo de definiciones de “andar por casa” para intentar cambiar la “cara de póker” de la persona que tengo delante. En un país cuya ración de televisión diaria es de tres horas por habitante, existe una lógica curiosidad por saber cómo se hace y quiénes están detrás de lo que se muestra en esa caja que todo el mundo tiene delante del sofá.

Esta incómoda “situación existencial” de tratar de responder a las preguntas de “quién eres” y “a qué has venido a este mundo” no se puede solucionar respondiendo con la síntesis de funciones que figura en mi contrato de trabajo y que dice lo siguiente:

“Elaboración de los Presupuestos de Programas de Gestión de los Recursos Técnicos y Humanos asignados a la Grabación y Postproducción de los Programas. Coordinación, Planificación y Supervisión de la ejecución de la Grabación y Postproducción de los Programas”.

Existe otra definición rescatada de uno de esos libros sobre Televisión que tuve que estudiar para presentarme a las oposiciones:

“El Productor es la persona responsable de organizar los recursos humanos y técnicos necesarios para elaborar diferentes productos audiovisuales”.

Es decir , y esta es de cosecha propia:

“Con un grupo de periodistas, realizadores, presentadores, cámaras, técnicos y gente de esa calaña y un montón de máquinas, tienes que sacar un informativo en directo, varias veces al día, sin pasarte del Presupuesto”.

Más tarde entraremos en detalle de cómo es una de esas “jornadas” de trabajo, pero antes quería dejar caer un asunto importante:

El Productor de Informativos está condenado a entenderse con una serie de personajes, los periodistas, que hacen que su trabajo se desenvuelva con mayor o menor agilidad; de la misma manera, que el Productor de Programas está vinculado a los guionistas, aunque esta relación es bastante diferente.

Como decía Enzensberger, ”Todos somos víctimas del periodismo”, pero en el caso de los productores, se trata más bien de una relación amor odio .

Otra cita: “Los medios no tienen jamás tiempo, sufren una especie de eyaculación precoz reiterada que abandona el conocimiento a su insatisfacción”. Jean Claude Guilleband.

Y en esta lucha constante contra el tiempo —el informativo tiene que salir a las dos, pese a quien pese— el trabajo en equipo se hace tenso y estresante por naturaleza.

El productor siempre pide al periodista, en la medida de lo posible, previsión, antelación. Nos consta que un alto porcentaje de noticias o acontecimientos son previsibles, se debería saber que van a ocurrir y de esta manera se podría planificar de una forma más ordenada ,organizando mejor los medios humanos y técnicos. En definitiva, una racionalización de los recursos que tiende a llevar consigo un ahorro económico considerable.

El periodista, en cambio, pide que la producción del informativo se desenvuelva con agilidad y rapidez, poniendo los medios necesarios para permitirle trabajar con comodidad concentrándose en la información que debe elaborar .

Aquí está la clave, saber jugar con las variables recursos y tiempo, en un trabajo esencialmente de equipo, para llegar a lo que todos deseamos: un Informativo digno, del cual tanto Redacción como Producción puedan sentir cierto orgullo.

Tomemos como ejemplo una jornada de Mayo del 97 para ver en la práctica los problemas cotidianos con los que se enfrenta la Producción de Informativos de un canal autonómico como Canal 9:

9:00 horas. Palacio de Justicia. Tercer día del Juicio de Alcàsser. Canal 9 ha sido elegido coordinador de los medios de comunicación ante la Audiencia. Esto significa que es la única T.V. que tiene cámaras en el interior de la Sala donde se celebra el Juicio y debe ceder el sonido integro y las imágenes permitidas por el Juez. Para ello Producción además de pactar con el Juez la colocación de las cámaras y micrófonos, ha tenido que organizar una Sala de Prensa contigua comprometiéndose a que nadie podrá utilizar las imágenes no autorizadas. También ha habido que tramitar las acreditaciones, ofrecer servicio de edición (montaje), envíos de imágenes y conexiones en directo para las televisiones autonómicas que se han desplazado a Valencia. Para todo ello se coordina el trabajo de más de cuarenta profesionales de la Empresa que trabajan para cubrir este acontecimiento.

10:00 horas. Centro de Producción. Comienza el Juicio. Debemos comprobar que la señal llega correctamente a nuestro Control Central y se distribuye a los puntos donde los redactores están minutando las cintas de grabación y elaborando el contenido de los espacios dedicados al Juicio. Todo va bien de momento. Otros Productores y Auxiliares ya se han incorporado a su trabajo para organizar los medios del resto del Informativo: Se deben asignar los cámaras para las diferentes salidas de los redactores de la mañana, teniendo en cuenta la hora de vuelta . Algunos necesitarán vales de taxi para sus desplazamientos si no hay suficientes vehículos. Otros reclamarán sus dietas ya que no vuelven hasta la tarde: necesitamos tener la caja preparada para gastos imprevistos.

11:00 horas. Es la hora del primer intercambio de noticias entre las autonómicas. El ayudante de realización que se ocupa está terminando de montar las últimas imágenes del inicio de la sesión del Juicio y la producción de Telemadrid está llamando por teléfono para ver si ya las tenemos.

12:00 horas. El ajetreo en el despacho de Producción nos indica que estamos a dos horas del Informativo: además del trabajo administrativo habitual, llámese facturación, presupuestos, solicitudes, etc., hay un trasiego de cintas de corresponsales, faxes de las delegaciones, periodistas y cámaras que quieren cobrar ese ticket de parking o ese vale de autopista.

13:00 horas. Los teléfonos no paran. El intercambio de imágenes de la una está en marcha y siempre falta algo. El editor quiere saber el número del móvil del redactor que tiene que hacer el directo desde la Audiencia, abrimos el informativo con el Juicio de Alcàsser. Realización también pide números de teléfono para coordinar el directo Los periodistas reclaman cintas que llegan por diferentes vías: mensajeros, taxis, etc. Empiezan las carreras.

14:00 horas. Aunque el informativo acaba de iniciar su hora y media de emisión, muchas noticias siguen llegando. Ya hemos comprobado que la señal que viene de la Audiencia es correcta, no obstante un productor acude a Control de Realización por si acaso. Los periodistas van llegando después de entregar sus noticias en difusión y los cámaras ya han descargado sus equipos y también vuelven a la Redacción. Es el momento de acordarse de ese día libre que necesita para un examen o de entregar la solicitud de vacaciones al productor encargado de esos menesteres.

15:00 horas. Todo está más tranquilo. Está llegando el equipo de la tarde y hay que comentar algunas cosas. Aprovechamos para recapitular y ordenar los papeles de la jornada. Mañana, más.

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