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Cultura y comunicación

Marta Hofmann, una artista rebelde, pero fiel al Sozialismus

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Marta Hofmann, nacida en Argentina en una familia de comunistas alemanes emigrados, se trasladó con su madre y sus hermanos a la República Democrática Alemana en 1964. Dotada para la plástica, se matriculó en Bellas Artes. Pero su carácter rebelde le enfrentó con el establecimiento académico, que había heredado del capitalismo viejos vicios. Una casualidad le llevó a conocer al fotomontador y muralista español José Renau, que necesitaba un ayudante y un traductor. Marta le vino como anillo al dedo. De hecho, se trasladó a la casa del artista, donde permaneció una década trabajando con él y para él en su serie de fotomontajes American Way of Life y en diversos murales, algunos de los cuales todavía subsisten en la ciudad de Halle.

En 1978 Marta esperaba su admisión en la  Asociación de Artistas de la República Democrática Alemana, tras haber completado sus estudios oficiales como alumna externa, pues no se le permitió matricularse en los estudios presenciales después de los encontronazos con la dirección. La intervención de Renau, un artista respetado en la RDA, evitó que la expulsión de Marta fuera total.

A continuación publicamos dos textos, una introducción escrita por Marta Hofmann para situar los hechos en su contexto, y la carta que dirigió a la Asociación de Artistas en la que argumenta con pasión pero con inteligencia su derecho a ser admitida en el sindicato de artistas para poder ejercer como tal.

Marta subraya que con esto no pretende añadir una las crítica más a las que se vierten sobre la RDA, sino exponer con claridad que aquel Estado tuvo defectos, pero también virtudes, y que la fama de dictadura arbitraria y feroz con que se le suele vestir no responde a la realidad, porque ella se enfrentó al Sistema sin que este la fulminara, si bien reconce que el hecho de ser argentina y estar respaldada por un español antifascista pudieron ayudarla.

Fernando Bellón En la foto de arriba, Marta Hofmann a la izquierda, con el autor y Teresa Renau, hija de José Renau, en el salón de la casa que el pintor ocupó durante años en Berlín Capital de la RDA

En este lugar se abrió el primer boquete del Muro en 1989 (Potsdamer Platz) Foto F.B.

En este lugar se abrió el primer boquete del Muro en 1989 (Potsdamer Platz) Foto F.B.

El porqué de una carta

Antes que nada quiero explicar porqué traduje mi vieja carta a la dirección central del «Verband Bildender Künstler der DDR» (Asociación de Artistas Plásticos de la hoy finada República Democrática Alemana, en adelante lo llamo VBK) y además hablar del contexto en que fue escrita.

Los antiguos participantes del círculo de dibujo en casa de Renau y yo estamos preparando una exposición en la que mostramos trabajos en los cuales puede verse como Renau nos enseñaba a dibujar y hablaba de sus teorías sobre el arte. En relación con esto apareció un problemita que tiene mucho que ver con lo que escribo en la carta. Como presentamos cada uno además uno o dos trabajos modernos, y yo por cierto además de pintar cuadros hago caricaturas, pensé que no estaría mal mostrar algo de ellas, y ahí empezó el problema, ya que los demás piensan que las mismas no combinan con lo que hacen ellos. En sí no lo tomo como muy importante para mí, ya que sobre todo se trata de mostrar el trabajo en el círculo de dibujo, pero la cosa me mostró en qué lío está metido el arte hoy. La «gran pintura» trabaja para galerías y para vender lo más caro posible en el mercado de arte las obras, y además para entrar en el templo de la pintura, el museo. Que no se me comprenda mal, yo creo que los museos son importantísimos, y tampoco creo que está mal pintar cuadros. La cuestión está en el «para quién trabajo» y eso lo explico creo que muy claramente en mi texto. Escrito en tiempos donde aún existía el socialismo real, muestra cómo, también allí, en lo relativo al arte regía la misma manera de pensar que en el mundo de hoy, que se califica a sí mismo de libre. Yo diría más bien que el tamaño de la libertad de cada uno es proporcional al tamaño del bolsillo del mismo. Antes, el VBK decidía (o quería decidir) qué era arte, hoy decide (o quiere decidir) un sistema regido por el mercado de arte, que compra nombres y no cuadros, porque lo que le interesa es el valor financiero de las obras ,mil veces mayor que el artístico. ¿Por qué sino se compran «Picassos» «Renoirs» «Van Goghs» y no «paisajes», «retratos», «naturalezas muertas». Nombro a pintores verdaderamente grandes; de los pintores de hoy, sólo un pequeño porcentaje puede vivir de sus cuadros, y de los que llegan a ser famosos hoy y que venden bien sus obras, la historia demostrará si son la elite del arte o no. Otra cosa importante es que, al publicar mi vieja carta, no quiero hincar el diente en un vencido, la RDA (lo que hoy hace multitud de gente), sino al contrario mostrar que aquel sistema cometió errores grandes, pero que en muchos e importantísimos asuntos, este sistema egoísta en el que vivimos tendría que cortarse una rodaja bien gorda y básica del pasado para sí misma (eine Scheibe abschneiden, se dice en alemán, e ilustra muy bien lo que quiero decir). Hablando solo de lo que se refiere a mi carta, quiero nombrar dos pequeños ejemplos, que solo son marginales: ¿En que país hoy un estudiante de una escuela superior de arte les dice a sus profesores que no le enseñan nada, que encontró otro maestro mejor, y no lo echan de la institución? A mí me exmatricularon, pero se me permitió terminar el estudio en forma externa, con Josep Renau como mentor. Claro que Renau en aquel tiempo armó la de san Quintín, y yo era argentina, pero como se ve laquella dictadura «no era ni tanta ni tan calva», por lo menos en los años que yo viví en la RDA (1964 a 1989), y uno podía defenderse si le sucedían injusticias, que sí las había; y admito que no a todos le salían las cosas como me salieron a mí. El segundo: ¿en qué país hoy se le proporciona a los graduados en pintura, durante 3 años, una suma pequeña pero que alcanza para vivir modestamente en el arranque de su carrera profesional? En aquellos tiempos, 400 marcos de la RDA. Antes de vivir en casa de Renau, yo pagaba 3o marcos de alquiler. El lío en el que yo me metí en aquellos tiempos, tenía sobre todo que ver con la forma radicalmente individualista de pensar, que no se la había inventado el sistema socialista real, sino que le venía de tiempos mucho más viejos a la revolución rusa, y que sigue vigente. Y es por eso que traduje el texto, porque hoy aún tiene algo que decirnos. Importante: en la RDA , para poder trabajar de pintor había que o ser miembro de la Asociación de Artistas o tener un permiso para trabajar, y este permiso lo otorgaba la asociación. Marta Hofmann

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Una acuarela de Marta Hofmann

Carta a la Verband Bildender Künstler der DDR

Marta Hofmann

115 Berlin, Kastanienallee 11 Berlín, el 4 de octubre de 1978

Dirección central de la Asociación de Artistas de la República Democrática Alemana

102 Berlín, Inselstr. 12

Hasta hoy no he recibido la carta prometida por la comisión de admisión del distrito de Berlín de la asociación de artistas, explicando el motivo por el cual no se me acepta como miembro. Como tengo que presentarme el 10 de octubre con mis trabajos a la central, quiero fijar aquí mis argumentos por escrito. Me baso en lo que se me dijo el 13 de septiembre.

Como nadie me preguntó sobre mi trabajo en estos últimos tres años, ni se me dio la posibilidad de explicarlo y defenderlo antes de decidir, quiero  informar aquí sobre mi trabajo, y al mismo tiempo comentar los argumentos de la comisión para no aceptarme.

Se me dijo lo siguiente: Que no me presenté a la concurrencia en exposiciones como es costumbre en la asociación de artistas. Que no tengo nada propio y que estoy bajo la influencia del profesor Renau (mi mentor) y sus ideas sobre el arte. Que no me he desarrollado y que, además, no me había acreditado como artista autónoma. Que yo ya había sido un problema al presentarme como candidato de la Asociación, y en realidad solamente se me había aceptado, porque tenía un diploma. Además dijeron compasivamente que quizá el profesor Renau me había utilizado demasiado para sus propios fines.

La tarea que se me había dado a cumplir en el contrato de apoyo para candidatos de la Asociación la terminé ya en el primer año y medio. Se trataba del mural en la Escuela Superior de Economía en Berlin Karlshorst «Bruno Leuschner». Los estudiantes de esta escuela me habían encargado el mural con el título»El mundo debe ser de todos los seres humanos». Ya que este encargo en un principio era sin pago, me permitió el contrato de apoyo el cumplirlo. Además dibujé, pinté cuadros de caballete e hice fotomontajes y dirigí un círculo de dibujo en la Escuela de Economía.

En el segundo año y medio de la candidatura (3 años) utilicé la posibilidad que me daba el contrato para aprender cosas nuevas para mí. Ya que me interesa la pintura mural, pregunté al profesor Renau si podía ayudarle en el trabajo que tenía en aquel entonces ,un encargo de 13 pinturas murales en Erfurt [al final fue uno solo, yo, hoy] .Renau analiza en cada nuevo encargo de mural con exactitud los problemas del espacio en la pintura mural. Para mí una buena oportunidad para aprender.

Si aprender los métodos racionales del profesor Renau significa «estar demasiado influenciada por sus ideas sobre el arte», quiero decir «Sí, lo estoy». Si «me utilizó para sus fines» , yo también lo utilicé para mis fines, si uno quiere llamar así al trabajo conjunto de experimentado y no experimentado, ya que no puedo decir de mí que podría tener la experiencia de una persona de 71 años, pero sí puedo esforzarme de que la experiencia no se pierda.

Estoy convencida que es mi derecho aprovechar lo que yo he reconocido como importante para mí . Otros se aprovechan hoy de Dalí. No estoy en contra. Pero si se habla de libertad y diversidad, pido también para mí esa libertad, ya que no puedo encontrar en lo que hice absolutamente nada contra el socialismo real.

Si se me acusa de «no tener nada propio», quiero argumentar que no me interesa antes que nada tener algo propio, sino sobre todo si mi trabajo tiene una utilidad para los demás o no. Es la función del arte para mí lo más importante.

Un dibujo de 1979

Un dibujo de 1979

Así la función del cuadro de caballete es estar colgado en cuartos o salas privadas o también sociales. Estar expuestos en exposiciones es un caso excepcional, aunque se hagan con regularidad. El mercado de arte no es el destino de los cuadros, sino el comprador y el público. Así que las exposiciones son una especie de mediación entre el beneficiario y el productor (además una mediación que toma caminos bastante tortuosos), y no la función propia del arte. Si fuera así, habría que suponer que la pintura no tiene más posibilidad de cumplir en la sociedad una misión vital y necesaria, y está por eso condenada a ser mostrada como algo marginal, como los animales en el zoológico, encerrados en jaulas porque en nuestras ciudades no tienen más función y posibilidades. Pero a nadie se le ocurrirá decir que la función vital de los animales es el zoológico.

Quizás lo digo un tanto duramente, pero es mi opinión y sobre todo por eso no envié cuadros a exposiciones «para hacer frente a la concurrencia». Repito: no me interesa tener «algo propio» o «la concurrencia». Ambos son para mí conceptos que tienen que ver con el individualismo radical (también en el campo intelectual y mental), que la propiedad privada ha fomentado en el ser humano.

¿Por qué tendría uno que tener «algo propio», cueste lo que cueste, si el problema es cumplir un encargo o una función social? Un carpintero tampoco hace una mesa sin patas, sólo para que esta sea «algo propio» suyo.

Además tengo otro argumento: Si se mira en la historia del arte, pueden encontrarse muchos ejemplos como el siguiente: El Greco fue un epígono de Tintoretto, hasta que llegó a Toledo, donde después de mucho trabajo encontró su propia manera de pintar, lo que se puede llamar su personalidad.

La personalidad es un resultado de un largo desarrollo del artista.

Yo pienso que no es cosa de la asociación de arte el determinar cuándo yo debo encontrar mi personalidad, eso es sólo cosa mía.

Los cuadros de caballete que pinté, así como muchos dibujos, los regalé a personas a las que les habían gustado y que se alegraron mucho. O sea que cumplieron su misión, si fue grande o pequeña es otra pregunta. Y si se me acusa de que no me he acreditado como artista autónomo, tengo que contestar que en todo caso no me acredité como independiente al ganar dinero, pero pienso que esto con seguridad no debe ser el criterio para entrar en la asociación de artistas.

Uno de los más importantes argumentos de la comisión es que estoy «bajo la influencia de Renau» y que no tengo nada propio. ¿Habría la comisión utilizado este argumento si me hubiera encontrado bajo la influencia del Profesor Willi Sitte? Ni el profesor Sitte ni el profesor Renau son enemigos del socialismo real, pienso yo.

No se me ha demostrado que no sé dibujar o pintar, o sea que tengo que suponer que se trata (ya que tampoco se me ofreció un permiso de trabajo) de prohibirme trabajar en mi profesión por causas ideológicas.

Y otra cosa importante: Si se está tan en contra de que se aprenda de los mentores, ¿porqué es necesario tener dos de ellos para ser aceptado como candidato de la asociación de artistas? Esto induce a pensar que se ponen muchas piedras en el camino de la gente para que entre la menor posible cantidad de ellos en la Asociación. ¿Quién gana con esto?

Me da mucha pena tener que escribir esta carta, pero tengo que defenderme contra el absoluto menosprecio que sufro al estudiar pintura desde que conozco y aprendo de Renau.

Prueba es que fui excluida de la matricula de la escuela de arte, y que recién recibí el diploma como estudiante externa después de una larga lucha. Ahora constato que ya como candidata sólo me tomaron por poseer un diploma, y ahora no me aceptan como miembro y, aún peor, ni siquiera me ofrecen un permiso de trabajo.

No quiero demostrar que soy una gran maestra. Lucho por el permiso de trabajar en mi profesión porque no pienso de ninguna manera tirar el contenido de mi vida a la basura.

¿Cuántos grandes maestros hay en la Asociación? ¿Se trata ésta de una organización de elites o de una agrupación de trabajadores del arte? Estoy a su disposición para completar mis argumentos.

Con saludos socialistas, Marta Hofmann

 

 

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