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Cultura y comunicación

Pompeu Martins, concejal de Cultura, Turismo, Juventud y Deportes de Fafe

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LA CULTURA TIENE QUE LLEGAR A SER TAN POPULAR COMO EL FÚTBOL

Entrevista realizada por Fernando Bellón. Fotos F.B. y Naturfafe

Fafe pasa por estar en la lista de las cien ciudades portuguesas donde la vida es más amable. En estos casos, las unidades de medida y comparación son meras estadísticas. Para verificarlo hay que visitarla y pasar unos días en ella. Se descubren valores y virtudes auténticos: es una ciudad ordenada urbanísticamente, limpia, cómoda, con una buena dotación de servicios (escuelas, institutos, hospital, mercado tradicional, centros comerciales), renovada, con varios polígonos industriales (si bien tocados por la crisis), un entorno rural que abastece de frutas, verduras y cabaña, y unos recursos turísticos excepcionales, propios de la fragosidad galaico-portuguesa. Además, Fafe es un paraíso de la tranquilidad: los fines de semana solo abre un bar después de las diez de la noche. Las personas con ganas de juerga se van a Guimarães o a Braga, donde el frenesí y la farra también son raros.

“La impresión de quien nos visita es que ésta no es una ciudad en crisis”, admite el concejal Pompeu Miguel Martins, encargado de Cultura, Turismo, Juventud y Deportes.

Pompeu Martins es nativo de Fafe, profesor, escritor y poeta. En Portugal, excepción ibérica, el hombre de ciencia y de letras es una personalidad respetada, aunque de ello se puede derivar también su aislamiento.

Fachada del Teatro Cinema de Fafe

Fachada del Teatro Cinema de Fafe

“La distancia entre artistas e intelectuales que se dedican a ello de forma profesional y las comunidades normalmente resulta demasiado grande. Habíamos constatado que nuestros artistas e intelectuales eran respetados por la población, pero estaban solos. Todo el mundo dice: ‘Un artista es una persona muy especial’. Nosotros tenemos mucho respeto por los poetas, los pintores, los músicos, pero colocados en un mundo aparte. Claro, todos ellos comen y cenan, y si sólo hay respeto y nadie les compra sus obras, acaban muriéndose de hambre. Lo importante para que haya cada vez más gente produciendo arte es que el arte sea más accesible a la población, que forme parte de su cotidianeidad, de la misma forma que lo es el fútbol y las fiestas populares. Nosotros creemos mucho en el encuentro entre todos. De ahí el interés en crear una zona en la cual este encuentro pueda ser moderado. Se precisa gente con conocimientos artísticos que trabajen en el empoderamiento de las poblaciones, para después, todos juntos, celebrar el acto cultural. Estamos ya viendo los frutos de este encuentro, no sólo en las asociaciones sino también en los jóvenes y menos jóvenes, que individualmente van dándose cuenta de lo que el proyecto significa, y toman decisiones como ir a estudiar teatro a la universidad”.

El vereador (concejal) se refiere al proyecto Fafe Cidade das Artes, del que ya se ha hablado en Perinquiets.

Cidade das Artes es una plataforma que reúne a las personas que quieren trabajar en el Arte. Tenemos ya algunas instituciones como la Academia de Música, que forma anualmente a 300 jóvenes adolescentes que estudian música. Algunos de ellos continúan su profesión como músicos y van a trabajar en orquestas o en bandas filarmónicas. Tenemos grupos de teatro locales que ya funcionaban antes de Cidade das Artes, que van a mejorar, porque tienen profesionales que les ayudan a crecer en su actividad. Ahora estamos entrando mucho en el tema de la Cultura Popular, consideramos que es muy importante y estamos recuperando algunas tradiciones con los jóvenes, para entablar un diálogo entre lo contemporáneo y la tradición. El gran reto es mostrar a la gente y a los intelectuales que todo esto forma parte de nuestra vida. El arte y la cultura no deben estar aparte, sino incluidos. Al igual que no somos jugadores de fútbol, pero vamos al estadio a ver los partidos. El arte debe verse con la misma naturalidad. Igual que vamos al fútbol, también podemos ir al teatro o al cine”.

Los jóvenes son la gran preocupación de los políticos portugueses, aunque no todos (los políticos) tienen las ideas, las ganas y los medios para obedecer al instinto y trabajar en la creación de oportunidades para las generaciones que todavía están formándose.

 

Una antigua residencia "brasileira", hoy Casa de la Cultura

Una antigua residencia «brasileira», hoy Casa de la Cultura

“Tenemos un programa para los jóvenes llamado ‘Ser solidario’, una beca que concedemos anualmente para los jóvenes que no han entrado en la universidad y están un año parados, en espera de acabar una asignatura o de tener notas mejores para entrar. Esta beca les ayuda a tener vida social: tomar un café, comprar un libro, ir al cine… Y, al mismo tiempo, les estimulamos a experimentar dentro de una institución, sea el ayuntamiento o en asociaciones culturales y deportivas del municipio. Obtenemos tres beneficios: Ocupamos a los jóvenes para que no estén en casa todo el año sin hacer nada, ayudamos a las familias y ofrecemos una experiencia que les va a hacer crecer como personas y llegar a la universidad con un bagaje social importante. Hay una media de 60 a 70 candidatos por año. El año pasado conseguimos becar al 100% de los candidatos.

“Por mi profesión estoy acostumbrado a trabajar con jóvenes. Anteriormente, estuve dirigiendo la Escuela Superior de Educación de Fafe, que es un Instituto Politécnico de Enseñanza Superior, una institución privada que forma a los profesores, educadores infantiles, profesores de Arte y de Educación Visual y Tecnológica. Yo soy profesor de Ciencias Sociales. Siempre he estado involucrado en la Cultura, he publicado poesía, novela, teatro. Desde hace más de veinte años trabajo diariamente en ese sentido. Y tengo un vínculo fuerte con asociaciones culturales del municipio y de la región”.

 

Ponte Barroco, uno de lo bellos rincones turísticos de Fafe.

Ponte Barroco, uno de los bellos rincones turísticos de Fafe.

Otra de las responsabilidades del vereador Pompeu Martins en el municipio es el turismo.

En cuanto al turismo, Fafe ya tiene infraestructura suficiente para poder hacer todo aquí. Tenemos un Pabellón Multiusos donde se han realizado eventos nacionales e internacionales, con las condiciones exigidas por toda federación deportiva. Tenemos un Teatro Cinema que es una perla arquitectónica de principios del siglo XX, y marca una determinada época. Tenemos una respuesta, desde el punto de vista del turismo rural, con alojamientos bien diseñados y con calidad suficiente. Tenemos gastronomía típica. Tenemos una gran memoria histórica. Fafe es la ciudad más brasileña de Portugal”.

La emigración de fafenses, primero a Brasil y luego a la Europa Central en crecimiento, fue un rasgo distintivo que compartía con toda esta región del Norte de Portugal y con Galicia. Algunos de los que volvieron del otro lado del Atlántico con grandes fortunas construyeron fincas que hoy la ciudad mantiene y protege, cual es la que alberga a la Casa de la Cultura, residencia de un emigrante retornado.

Una de las atracciones culturales de Fafe es su Museo de las Emigraciones, instalado en la Casa de la Cultura, junto al Museo de la Imprenta. Ambos pequeños, pero muy bien organizados sobre las experiencias locales, la aventura de los ciudadanos que salieron a buscarse la vida, y los periódicos locales, que llegaron a ser 100 a lo largo de un siglo.

 

Museo Hidroeléctrico de Santa Rita

Museo Hidroeléctrico de Santa Rita

Un espléndido Museo del Automóvil y el Museo Hidroeléctrico se añaden a esta nómina cultural poco común en una ciudad de provincias. El primero está formado por una serie de vehículos que distintos propietarios han legado al museo, y el segundo está ubicado en la central eléctrica que abastecía de energía a la ciudad desde 1914, al poco de instalarse la república en Portugal.

En cuanto a las posibilidades turísticas, las hay para diferentes gustos. Rilhadas se presenta como un Countryside Resort, y cuenta con un campo de golf de 12 hoyos, kartódromo o pequeño circuito para mini-fórmulas, restaurante de alta cocina y residencias bien equipadas, todo ello en un entorno rural y urbano a la vez, porque las instalaciones siguen el curso del río Vizela, tributario de otro que va a parar al Duero, y la ciudad de Fafe es un conglomerado disperso de freguesías o parroquias, en una de las cuales se encuentra Rilhadas.

El paladar más campestre encuentra en Fafe varias rutas o percursos pedestres de una belleza casi alpina, un centro interpretativo con un molino de viento secular en Aboim, y una encantadora aldea restaurada con todas las comodidades, Pontido, en un paraje agrestre insuperable, a un tiro de piedra de un pequeño embalse hundido entre montañas.

“Queremos unir todo esto en una respuesta diferente a la de las grandes ciudades. No podemos competir con Oporto, con Guimarães, con Braga o con Lisboa. Tenemos que dar a entender a las personas, a los turistas, a los inversores, que si quieren mostrar sus productos, tienen más posibilidades de hacerlo en Fafe que en Oporto o Lisboa, porque allí cada día hay encuentros de todo tipo, mientras que aquí en Fafe el alcance mediático es mayor. Y hay posibilidad de costos más bajos para ofrecer servicios de mayor calidad. Queremos ligar todos estos equipamientos y ponerlos a la disposición de empresarios, políticos, artistas y todo el que lo necesite. Ahora es importante que Fafe se integre en las redes de turismo ya existentes. Que el turista organizado que venga a Guimarães sepa que tiene en Fafe un producto turístico de interés. El gran desafío es organizar internamente lo que tenemos, crear un producto y colocarlo en las redes que ya existen del turismo nacional e internacional”.

La cohesión social es clave en la prosperidad de una población. El vereador Pompeu Martins subraya los esfuerzos de su ayuntamiento.

“Desde hace muchos años hacemos hincapié en las políticas sociales, con unas inversiones elevadas. Queremos estar junto a esas familias que están pasando dificultades. Concretamente hay programas enfocados para resolver los grandes problemas sociales. Por ejemplo, las personas mayores que viven en casas degradadas. El Ayuntamiento de Fafe, a lo largo de estos años, ha reconstruido más de 500 casas para aquellos que no tienen ni edad ni capacidad de trabajo para adquirir una vivienda. ¿Por qué sus propias casas? Podríamos haber seguido una línea que no se mostró como la más correcta, de crear barrios habitacionales sociales. Nosotros estamos contra esa filosofía, porque lo que hace es juntar toda la miseria. Son guetos que juntan problemas. Y además, retiran a los mayores de sus vecinos, de su entorno, de su vida. Lo que estamos haciendo es mantener a las personas en su red de sociabilidad, dándoles condiciones dignas de vida. Estamos muy felices con los resultados.

El marco europeo acaba saliendo en la conversación. Pompeu Martins hace una perspicaz valoración crítica, porque a su juicio, las iniciativas legislativas y administrativas europeas con frecuencia se han convertido en un lastre para el desarrollo y la identidad ibérica.

“Con respecto a Europa, no sé si sucede lo mismo en España, yo tengo una posición un poco diferente. A veces, países con grandes tradiciones, como España y Portugal, para estar integrados en Europa han hecho cosas contra natura, con esfuerzos superiores a los que han hecho en Europa Central, aplicando reglas innecesarias que contradicen los códigos culturales propios. Por ejemplo, en nuestra gastronomía tradicional pasamos ‘de ocho a ochenta’. Es una expresión portuguesa que significa pasar de muy poco al máximo. Innecesariamente. En la elaboración gastronómica tradicional utilizábamos elementos artesanales manufacturados, hechos como la antigua tradición mandaba. Se hicieron en Portugal una serie de leyes más restrictivas que las europeas. Una señora que haga chorizos según los métodos tradicionales, no puede venderlo porque no tiene el certificado de higiene, de seguridad, etc. Tenemos todo eso prohibido. Yo lo encuentro contra natura. El consumidor no puede ser engañado. Si no quiere comer un producto artesanal casero, porque no sabe cómo fue hecho, simplemente no lo come. Pero tenemos que tener la posibilidad de elegir, no sólo productos esterilizados, higienizados… Portugal pasó al otro extremo, y eso no fue bueno. Pero, al mismo tiempo, hubo también una serie de reglas europeas, que nos han hecho, desde el punto de vista civilizador, avanzar.

“Tenemos en las Escuelas unas reglas respecto a equipamiento, materiales que protegen a los niños, climatización. Las políticas medioambientales europeas eran mejores que las que teníamos aquí, en Portugal. Ese es el lado bueno, que nos ha hecho crecer con unas ciertas reglas que debíamos respetar y no respetábamos”.

Pompeu Martins señala un defecto de necesaria corrección en Europa, las diferencias de salarios y de condiciones de vida en los distintos países, por un lado, y la uniformidad consumista por otro.

“Europa tiene que ser una Europa de las Naciones’. Aunque pronunciarnos por una Europa Federal suponga pagar un precio, creo que sería interesante. Ahora Portugal tiene ayudas del FMI y del Banco Central Europeo. En Estados Unidos eso es inconcebible, porque los estados más pobres tienen un régimen de solidaridad con los más ricos, que ayudan a resolver el problema. Todos ganan los mismos salarios, todos pagan los mismos impuestos, hay una uniformidad de derechos sociales en toda Norteamérica. En la Unión Europea, el salario de un portugués es muy diferente al de un español, un francés o un alemán. Uniformar estos niveles es bastante impensable. Pero, desde un punto de vista cultural, Europa deberá ser siempre una ‘Europa de las Naciones’.

“España, siendo una nación, es también un conjunto de naciones con características culturales muy fuertes. Cuando miramos a España vemos que esa es una gran riqueza cultural. Eso mismo debía suceder en toda Europa. Es terrible cuando uno viaja y va a los mercados, y ve que se vende exactamente la misma ropa en Madrid que en París que en Copenhague. A mí me gustaba comprar un champú en cada lugar por donde pasaba, porque luego al olerlo me recordaba aquel sitio donde lo había comprado. Hoy tengo una gran dificultad, porque el jabón que se vende en Fafe es el mismo que el que se vende en Copenhague.

“Está habiendo respuestas interesante. Hay pequeños fabricantes de productos más artesanales, que están ofreciéndonos productos diferenciados. Volvemos a tener jabón y otros productos artesanales, aunque por ahora es un mercado ‘gourmet’ de cultura, más caro, sólo para algunos. Pero ya están volviendo los mercados artesanales que parecían haber acabado”.

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