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Agricultura y naturaleza

Ecologicval, un vergel de granadas y verduras ecológicas en la Ribera de Valencia

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Una entrevista de Fernando Bellón. Fotos Ecologicval.

En Ecologicval les gusta considerarse labradores de sueños, “Llauradors de Somnis”. La empresa tiene cultivos en l’Horta Sud y en la Ribera Baixa de Valencia. Emplea a dos decenas de técnicos y trabajadores sin cualificar, y produce verdura ecológica y granadas extratepranas de calidad, también ecológicas.

Salvador López, su gerente, empezó con las naranjas y los kiwis en tierras de la familia. Hoy, junto a su mujer Pepa Torres, sus hijos y un compacto equipo, espera sacar provecho de una fuerte inversión de granadas extratempranas en casi 40 hectáreas, que empezarán a dar frutos en sazón este año. El pionero en agricultura ecológica Mariano Bueno es uno de los asesores de Ecologicval.

La verdura eco la cultiva entre las filas de los granados, y exporta la mayoría de los productos, aunque reserva parte para el puesto que tiene en Mercavalencia, el único que ofrece en la Tira de Contar verdura ecológica certificada.

Ecologicval emplea a personas con discapacidad funcional y también a mujeres, dentro de un objetivo, asegura Salvador, de potenciar los valores de la economía social.

Salvador López Juan nació en Picassent en 1964. Junto a su mujer, Pepa Torres, son propietarios de “Walker Pack MPL S.L.”, una empresa logística que abastece a Ford en Almusafes. Y son socios fundadores de la SAT “Lluradors de Somnis”, con la marca comercial “EcologicVal”, dedicada a la producción de granadas y verdura ecológicas.

Salvador es uno de esos valencianos hechos a sí mismos, que venera la iniciativa personal y la libre empresa, ambas cosas puestas a prueba en sus carnes con un resultado del que se siente satisfecho. No ha pasado del Bachillerato, pero ha adquirido los instrumentos que iba necesitando en la escuela de la vida, incluidos los idiomas.

La perspicacia y la experiencia empresarias de Salvador y de Pepa se fundamenta en sus años de gestión de Walker Pack. Esto les permite planificar su trabajo agrícola de un modo poco habitual en quienes se dedican a esta práctica. Vale la pena conocer sus hábitos y sus destrezas.

Salvador, orgulloso de sus granadas extratempranas.

Salvador, orgulloso de sus granadas extratempranas.

Salvador López, gerente de EcologicVal

“Invertimos en nuestro territorio con un doble objetivo: la reinserción laboral y la rentabilidad económica en el sector agroecológico”

Salvador López.- Yo no tengo formación agrícola. Soy hijo de labrador, y mi formación es la del garrote. Yo no he ido nunca a jugar al fútbol. Cuando llegaba el sábado y le decía, “Papá, que tengo partido”. Y él, “¡Al campo!”

Su afición a la huerta le viene de su padre, que cultivó naranjos de atrevidas variedades, y tenía buena vista en los negocios, por ejemplo, una carnicería que mantuvo su clientela en el pueblo a pesar de la competencia de los supermercados en los últimos años de su vida profesional. Salvador López dice que su padre era un visionario.

Salvador López.- Era un apersona que iba por delante del mundo, un visionario. Mi padre murió hace doce años, y me dejó esos campos injertados de una mandarina con royalties, “nadorcott”. Pero el injertó antes de que tuviera royalties. Tenemos papeles que lo demuestran. Mi padre se adelantaba, y también se daba porrazos. Fu el primero en Picassent en plantar kiwis de Nueva Zelanda. Pasaron cuarenta días en el puerto de Castellón. Los plantamos cuando más calor hacía, y tuvimos que pintarles el tronco con cal para que no se secaran. Luego se han plantado muchos kiwis en Picassent. Hay dos tipos de kiwis machos, uno más temprano que el otro, y mi padre, sentado y con una garrota señalaba a mi hijo, “Ese ahí, Ese allí”… De cada diez kiwis hembras se pone un macho.

Al morir su padre se hizo cargo de las fincas.

Salvador López.- Por diversas circunstancias me acabé quedando con 25 hanegadas que eran de mi padre. Enseguida las planté todas de kiwis. Yo entonces trabajaba conduciendo una furgoneta en una empresa logística de Almusafes y mi mujer era la Gerente de la empresa. Pero se cruzó una firma inglesa por el camino y la fichó, con todo su equipo. Fue la creación en España de “Walkerpack MPL S.L.”. Nos pusimos a trabajar y ampliamos nuestros servicios a Ford. Llegamos a tener sesenta empleados. Al poco tiempo vino algo que nadie se esperaba: la crisis. Pasamos de tener tres turnos de producción a uno y medio. Ford tuvo que disminuir la producción. No hay mal que por bien no venga, aproveché el tiempo sin trabajar para volver al campo, donde siempre he sido feliz. Yo estaba en la industria para mantenerme, pero lo que me gusta de verdad es el campo.

De hacer mil quinientos coches, se pasó a menos de setecientos. Estos años malos desanimaron a los propietarios británicos de Walker Pack. Y cuando vino la recuperación y las perspectivas de hacer coches nuevos, se echaron para atrás.

Salvador López.- Nos dijeron que vendían la compañía. Mi mujer y yo, éramos los gerentes, con un equipo pequeño. Eran tiempos duros, pero aun así nos decidimos Pepa y yo a comprarla. El trato fue aportar parte del capital y poco a poco ir completándolo, igual que se compra aquí en Valencia un campo. Firmamos en 2014 después de contar también con el beneplácito de Ford.

Salvador en la nave de almacenamiento y distribución de Walker Pack.

Salvador en la nave de almacenamiento y distribución de Walker Pack.

Empezamos a hacer coches, subió el volumen de producción, los bancos empezaron a confiar en las empresas automovilísticas. Pasamos de 50 a 500 empleados entre los años 2013 a 2015.

La escuela de la vida se convirtió para Salvador y su mujer en un Master de “Lean manufactoring”, producción ajustada. Elimina el despilfarro, mejora la calidad y se reducen el tiempo de producción y el coste. Salvador llama a este método economía de guerra: trabajar haciendo el mínimo gasto.

Salvador López.- La empresa fue recuperándose y estabilizándose poco a poco, pero los kiwis (dos años de cosecha ya) estaban abandonados. Al no dedicarles tiempo, no iban bien. Entonces, cuando tuvimos la oportunidad, empezamos a formar y crear un equipo de buenos profesionales que nos ayudaron a gestionar la empresa logística, lo que me permitió encontrar el tiempo que buscaba.

Me quedaba un campo de seis hanegadas, y lo planté de granadas “Wonderful”. Eran más apropiadas para zumo, pero tampoco el zumo era muy atractivo, necesitaba mucho azúcar. Empecé a buscar en Internet y a preguntar a agricultores que conocen la granada, y me hablaron de variedades que se cosechaban en octubre y noviembre, y que se podían recoger a mediados de agosto. Cogimos un campo abandonado cerca de aquí, arrancamos todos los árboles y plantamos 15.000 árboles de estas variedades.

Uno de los lemas de Salvador y Pepa es “¿Y por qué no?” Lo aprendió de Juan Roig.

Salvador López.- Hace años trabajé para Mercadona, antes de trabajar para Ford. Hay una forma de trabajo, de hacer las cosas, que cuando quieres aplicarlo al campo, te dice todo el mundo lo mismo, “Estáis locos, eso no se puede hacer”. ¿Por qué no? Este es uno de nuestros lemas ante los problemas, “¿por qué no así?” Nos hemos acostumbrado a hacer cosas que no hacen los demás.

Así fue como nos decidimos por el cultivo ecológico. Por razones profesionales, mi mujer y yo hemos tenido la oportunidad de viajar mucho a Alemania y UK. Y siempre que lo hacemos, aprovechamos para interesarnos por la costumbres del país, visitar los lugares más emblemáticos y, fruto de nuestra pasión, a visitar los mercados y supermercados donde se vende fruta y verdura. En Alemania e Inglaterra nos dimos cuenta del creciente interés por el medioambiente y por una alimentación lo más sana y natural posible. En los mercados, si hay tres puestos de verdura, uno es ecológico. Y la gente joven se va directa a lo ecológico. Sabe lo que quiere y lo pide. Y nosotros, poco a poco hemos ido comprendiendo sus beneficios y contagiándonos de esta nueva cultura.

Los valencianos lo hemos hecho toda la vida, recorrer Europa, observar y copiar. Somos los japoneses de Europa. Hay una nueva conciencia social de la que participamos y un mercado emergente que nos permite contribuir a introducirla en nuestro país. Lo hemos visto.

Salvador confiesa que es una apuesta arriesgada.

Salvador López.- Hay ahora un boom de la ecología. La sociedad en su conjunto se va dando cuenta de la importancia de respetar el medio ambiente y consumir alimentos saludables. Las administraciones públicas cada vez están más interesadas en fomentar estos nuevos valores y estamos seguros de que este auge de la ecología tendrá fuerza suficiente para mantenerse en el futuro. Apostamos por ello y queremos contribuir a ello con nuestro esfuerzo y con nuestra empresa.

Los árboles están cuidadosamente tutorados.

Los árboles están cuidadosamente tutorados.

De momento, el mayor entusiasmo de Ecológicval se centra en las granadas.

Salvador López.- Mi padre siempre buscaba cosas nuevas, nuevas variedades, cosas que se salían de la norma, porque “las cosas no tenían que ser así”. Descubrimos variedades de granada extra temprana. No es fácil para un pequeño agricultor disponer de cash, y tampoco las cooperativas, que están descapitalizadas. Llevamos años muy malos, y el labrador no tiene dinero. Antes siempre tenía dinero, porque lo sacaba de las cosechas. Ahora, el labrador se coge él mismo la naranja y por lo menos se ahorra el jornal. Otras cosas que pagaba, ahora se las hace él. Él mismo se engaña.

Las granadas extra tempranas son variedades que se puede cosechar antes, así que consideré que sería una buena oportunidad de negocio e hice todo lo posible por conseguirlas. Me costó un gran esfuerzo, pero finalmente mereció la pena.

Las dificultades no arredraron a Salvador.

Salvador López.- Salvador López.- Hoy tenemos casi 40 hectáreas de variedades extra tempranas. Este verano visité países de Oriente Medio. Me llevaron a una finca donde estaban cosechando granados. Vi la forma de como estructuran los árboles, todo emparrado, que cuesta un montón de dinero. Todo el mundo me dice que las granadas de este tipo no necesitan ser ecológicas. Pero nosotros queremos que sean ecológicas.

Confiesa que al principio tenía sus dudas en torno a lo ecológico, que veía complicado por el papeleo.

Salvador López.- Me fui a Carlet [donde está el CAECV] y registré en ecológico las doscientas hanegadas que tenía, para abrir camino. Entonces estaba prácticamente solo. Ahora cuento con gente muy bien preparada, entre ellos dos Ingenieras de reputada solvencia totalmente comprometidas con nuestros valores y nuestra idea de negocio.

Uno de los campos de verduras de Ecologicval.

Uno de los campos de verduras de Ecologicval.

Y después de resolver el plantado de granados, se le ocurrió aprovechar el espacio que dejaban entre fila y fila.

Salvador López.- La hoja del granado cae en octubre o noviembre, y deja de producir. La tierra es ecológica certificada. El sol sale todos los días. Agua hay, más o menos la de toda la vida, y la poca que tenemos la aprovechamos. Así que decidimos usar la tira entre árboles para plantar hortícolas.

La granada es un producto a más largo plazo. Durante los tres primeros años cosechas poco. Pero los productos hortícolas los recoges en cien días. Por ejemplo, hay una demanda impresionante de col china en Europa, y nosotros las producimos en noventa días. La mayoría de nuestra producción hortícola la vendemos en Perpiñán, desde donde la distribuyen por media Europa.

Desde el año pasado, Ecologicval, tiene el único puesto ecológico en la Tira de Contar de Mercavalencia.

Salvador López.- Es algo simbólico porque vendemos poco. Vamos tres días a la semana y tenemos algunos clientes fijos. Uno de ellos, por ejemplo, tiene varias tiendas, y nos ha pedido que le hagamos un punto de venta en su local de Ruzafa. Nos ha pedido que le hagamos el merchandising, un cartel con información del origen y la calidad del producto. Vende muchísimo y dice que tiene clientes que le piden producto ecológico.

Mucha gente nos pide que le llevemos cajas a casa. Pero me da algo de miedo esto, porque veo que todavía no tengo yo asegurado el producto para una servir con continuidad. Todavía no vendemos productos a distribuidores en Valencia. Estamos hablando con “Herbolario Navarro” y con “Ecorgánic”. Nos compra “Terra y Xufa”, pero también para vender fuera. El futuro de los productos hortofrutícolas es a corto plazo, porque la cosecha sale en tres meses. La venta de la granada es todavía una incógnita. Hemos recogido de momento 3.000 kilos y los hemos empleado en zumo.

La iniciativa que más satisface a Salvador y a Pepa es la que han emprendido con personas de diversidad funcional.

Salvador López.- En nuestra empresa tenemos empleados con diversidad funcional y personas en riesgo de exclusión social que necesitan un trabajo. Además, colaboramos con asociaciones y ONGs declaradas de utilidad pública como Asprona. Allí, por ejemplo, impartían un curso de jardinería y no sabían dónde hacer las prácticas. Contactaron con nosotros, y les ofrecimos nuestros campos. Luego contratamos a catorce o quince personas. Cuando no tienen un trabajo práctico inmediato hacen labores de mantenimiento. Han aprendido a tratar los granados. Son personas muy válidas que debido a sus circunstancias no pueden trabajar en un lugar cerrado, en una fábrica, y a quienes estar en el campo les viene muy bien. Ahora vamos a hacer un curso con Randstand con ayuda de la Fundación de Bankia, en la misma dirección. También tenemos un Horno Cafetería en Picassent, “Forn Raimon”, y allí hacemos el zumo de granada. Y ahora vamos a transformarlo en un horno ecológico.

Mariano Bueno es uno de los asesores de Ecologicval.

Mariano Bueno es uno de los asesores de Ecologicval.

La última línea de actuación de Ecorgánicval es la recuperación de tierras.

Salvador López.- Nosotros nos hemos criado en L´Horta Sud, cerca de la ciudad y adoramos nuestra tierra, nuestro lema es Fet en Valencia, y lo aplicamos. Si miras alrededor de este polígono encontrarás entre un 30 y un 40 por ciento de tierras abandonadas, porque los labradores se han cansado de trabajar en vano, de no sacar dinero. Nuestra idea es alquilar esa tierra.

El futuro es para Salvador una posibilidad de rentabilidad. Y para eso hay que asegurarlo, empezando por la familia.

Salvador López.- Tengo dos hijos, son dos jóvenes agricultores. Este año se han desligado de todo lo que tenían para hacerse jóvenes agricultores. Ahora están haciendo un curso de Comercio Exterior en la Cámara de Comercio de Valencia. Mi intención es que estén lo más y mejor formados posibles para poder hacerse cargo de la empresa en un futuro.

Leyenda

PEPA TORRES HA SIDO GALARDONADA CON UNO DE LOS PREMIOS DONA I DONA, de la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia (EVAP).  El proyecto de responsabilidad social de EVAP tiene como objetivo reconocer a aquellas empresas que han incorporado en su plantilla a mujeres en situación de vulnerabillidad y víctimas de la violencia de género.

 

 

 

 

 

 

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