CARGANDO

Escribir para buscar

Cultura y comunicación

Iñaki Navascués, un cámara autodidacta «enragé»

Compartir

Una entrevista realizada por Fernando Bellón. Fotos de Iñaki Navascués.
Iñaki Navascués Zamora, nacido en Cintruénigo (Navarra), en 1959, ha sido operador de cámara de Canal 9 hasta febrero de 2013. Además de operador de Cámara, Iñaki es rebelde o independiente. Estas dos vocaciones marcan su biografía. Hijo de fotógrafo, su formación básica la adquiere en casa. Y la académica o convencional, en el antiguo Instituto de RTVE, en Madrid, siendo una joven promesa. A partir de ese momento, Iñaki es un autodidacta “enragé”. Ha conocido una guerra de verdad en el Líbano, otra basada en la propaganda, en Irak. Abrió una empresa de servicios a espectáculos teatrales y operísticos, que ha trabajado para el Real de Madrid y el Reina Sofía de Valencia, entre otros. Ha sido director (y sigue siendo) de fotografía en varios proyectos cinematográficos. Y desde jovencito practica la fotografía artística con perseverancia e intensidad, aunque jamás ha expuesto. Porque Iñaki crea para él, hace lo que le motiva, lo que le viene en gana. Iñaki Navascués es un ejemplo más de una política empresarial demencial: alimentar la cualificación y la creatividad de profesionales para desprenderse de ellos en el punto álgido de su rendimiento. Iñaki pertenece a una generación de operadores gráficos que no tenía problema para encontrar trabajo, en un país donde las televisiones florecieron como hongos. Su experiencia es paralela a la de otros profesionales que han aparecido en las columnas virtuales de Perinquiets, y a la de tantos otros que todavía no se han asomado.

¿Trabajas en el medio audiovisual por vocación o por casualidad?
Es vocacional, porque si no, no hay dios que lo aguante. Nació desde crío. Yo viví 4 años en Sabadell, y un tío mío me llevó a ver los estudios de Sant Cugat cuando yo era niño; y vi que quería trabajar ahí. Y desde entonces… En casa tenía facilidades, porque mi padre era fotógrafo, y yo podía tocar máquinas, aprender… Aprendí primero a hacer cine, porque el video como luego se conoció, no existía.
Mi formación fue al principio autodidacta. Luego, estuve en el Instituto de RTVE en Madrid. Hice tres cursos. Conseguí entrar allí, que era muy difícil, por arte de magia. Esto sería alrededor del 78 ó 79. En el 81, cuando salí, sin terminar, hice los primeros reportajes del Mundial de Fútbol del 82, trabajando para el departamento de televisión de la agencia EFE, que fue la primera en establecer servicio de TV, antes que las privadas y las autonómicas. Hicimos una serie de sedes del Mundial de 20 minutos de duración. Fue mi primer trabajo serio. Luego estuve de freelance en lo que todos hemos hecho: bodas, bautizos y comuniones, más bodas que bautizos. Hacia el 82, no lo recuerdo bien, se crea la televisión vasca, como un cuarto canal [las demás radiotelevisiones autonómicas se crearon poco después de acuerdo con la llamada Ley del Tercer Canal]. Empecé trabajando como corresponsal en Navarra, yendo de un sitio para otro. Estuve así hasta el 89. También estuve menos de un año en el centro de TVE en Pamplona.
Me plantee hacer oposiciones. Las hice como cámara para ETB. Pero claro, allí el idioma lo llevaban muy estricto. El euskera escrito es muy jodido. Y suspendí. Las pruebas técnicas las saqué muy bien, pero me suspendieron, varias veces. Pero yo seguía trabajando con ellos como freelance. Entonces me enteré de unas macrooposiciones para TVE, y me las preparé muy bien. Y un mes antes de que se cerrara el plazo para presentarse a Canal 9, me enteré de esa otra posibilidad. Y me dije, me voy a presentar por si acaso. Me examiné de las dos cosas. Un día hice un examen en Valencia por la mañana, y por la tarde fui a examinarme a Zaragoza en TVE. Aprobé en los dos sitios, y opté por Canal 9 porque dije, televisión nueva, gente joven, todo nuevo, más dinámico. Y aquí me he quedado hasta febrero, que salí por el Ere.

¿Siempre has sido operador de cámara?
Siempre cámara, aunque alguna cosa he hecho de montaje. También he hecho fotografía, pero no por el placer de hacerlo, sino para transmitir un mensaje, las mías son fotografías con mensaje. No hago 300 fotos de una cosa para luego elegir una. Son fotografías preparadas, que hago por hobby. Para mí las fotografías sin mensaje son sólo papeles impresos o pantallas ilustradas, sin valor. Hay gente que pinta o hace teatro, yo hago fotos. Hago muy pocas fotos porque las ideas no abundan. Entre mis temas preferidos están los críticos. Yo me he metido mucho con la Iglesia, fotos escandalosas que si las expusiera por ahí, me pasarían por la hoguera. He hecho también mucho retrato. No he hecho exposiciones porque no me gusta exponer. El que quiera verlas, que venga a mi casa. Las exposiciones son un cuento chino; te dicen una cosa, luego vas y resulta que tienes que entrar en el mercadillo del marchante, del no se qué y del no se cuántos… Está todo tan superorganizado, que yo no quiero entrar en ese mundo tan estricto, porque en cuanto entras, te dicen, “eso no”. Yo no soy rebelde, sólo independiente. Me aparto de este Sistema que nos engaña. Yo desde joven era rebelde. Y decir verdades me ha costado amistades y alguna pasada por comisaría con cachete. Pero lo de la fotografía es o de un tema que me atraiga, o fotografía social. Sin tener que enseñar desgracias personales, ni aprovecharte de un tío que está pidiendo en una iglesia. Esas cosas no las he hecho.
Experiencias profesionales fuera Canal 9
He hecho cinco o seis cortos. Y algunos que no han visto la luz porque eran malísimos. Siempre con gente de cine independiente, de manga por hombro. Ahora estamos haciendo una cosa más seria… Y todo ha sido… no me acuerdo de algo que haya hecho [con un propósito]… lo he hecho porque, mira, porque me ha sonado. En ese momento me ha pillado inspirado, y mira… Yo cuando hago algo, tanto en fotografía como en cine, lo hago para mí; y si a mí me gusta, es buenísimo; y el que le guste a la gente o no, es que me da igual. Tengo cosas en casa que hay gente que las ve y me dice, tío, ¿por qué no lo haces público? Pues porque no me da la gana. No quiero entrar en el sistema de producir comercialmente.
Con 22 ó 23 años firmé un contrato con la Agencia EFE (yo tenía una cámara de cine) y me fui a Beirut, que estaba la cosa calentita. Sería el 78 ó 79. Yo iba con mucho espíritu aventurero y de contar todo. Iba con un periodista que era un señor mayor, y yo era un pipiolín. El contrato era para estar cinco meses, y a los quince días les dije, sacadme de aquí, que esto es… Era vivir la guerra de verdad. Era imposible trabajar. Trabajábamos en cine, y había que rodar, coger un intérprete que no sabíamos de dónde había salido, lo mandábamos a la embajada, y la embajada por valija lo enviaba a Madrid, en Madrid se revelaba, y las noticias salían una semana después. No era una televisión de actualidad. Lo pasamos muy mal porque era una guerra de verdad. Estabas en una cafetería, o comiendo pollo del que comen allá, y de repente reventaban dos edificios tres calles más allá. Estábamos siempre cámara encima, siempre. Íbamos sin sonido porque la cámara no era sonora. El periodista escribía el texto y lo grababa alguien en Madrid.
Después estuve, a principios de los 80 o por ahí, de meritorio o tiracables o traidor (tráeme esto) con Pedro Olea en “Aquelarre”. Luego también estuve, en el mismo plan de tiracables con Moncho Armendáriz, y el fotógrafo era Aguirresarobe. Ahí aprendí mucho de fotografía y de iluminación, estaba libreta en mano.

Y aquí en Valencia he hecho alguna colaboración con alguno de estos artistas independientes, y algún videoclip de grupos musicales. Con Rafa Gassent he hecho dos cosas, “No sin el diablo de Montparnasse”, una película muy friki, no la entiendo ni yo, que me limité a grabar y a montar lo que el director me pedía. Y ahora estamos haciendo una recreación sobre Vicent Andrés Estelles, un extracto de su poemario “Llibre de Meravelles”, y de momento lo que llevamos grabado está bastante bien. Últimamente he estado de director de fotografía en la serie para Internet “Sin vida propia”. Ha resultado bien. Casi todos del equipo técnico éramos de la tele, y el que no era de la tele, había estado de becario, becarios de las últimas hornadas que se buscan la vida como pueden. Ahora estoy esperando a que me venga la musa para hacer algo.
¿Qué cosas buenas has vivido y aprendido en Canal 9?
Lo que más me ha gratificado de Canal 9 fue al principio cuando era una tele de verdad, informativa, en valenciano, que nos movíamos por todo el mundo. Estuve en un viaje por todo el Magreb con Fernández Ordóñez. Entrevistamos a Gadafi, que nos volvió locos. Luego estuvimos en Viena, cuando Tarek Aziz [primer ministro del gobierno de Saddam Hussein] intentaba negociar con Baker [secretario de Estado del primer Bush], y les dijeron que les iban a dar. Esto sería en enero del 91. Y cuando estalló la primera guerra del Golfo, había equipos en Amman, en Bagdad, y nosotros nos fuimos a Jerusalén. Iba con Julià Álvaro. Nos juntamos en Jerusalén cinco equipos de Canal 9. Teníamos más presencia que la CNN. Después de seis o siete días, nos volvimos. Y al mes siguiente, cuando los americanos invaden Kuwait, nos fuimos a Ryad con un periodista, Óscar Martínez, y un productor, Paco Aura, y también una productora y una periodista de la ETB. Estuvimos 10 días. Era una guerra de mentira, contada por los americanos. Pasabas la censura previa de todo. Fue una payasada de guerra. Coincidí por allá con Pérez Reverte, y no voy a opinar sobre él.
Después, cuando la crisis del golpe de Estado en la Unión Soviética, en verano, llegamos dos días después de los disturbios, con Germà Arroyo. Allí no había ni máquinas de escribir. Los ordenadores estaban en cirílico… Pero salieron cosas interesantes. Una noche, estábamos en el hotel, y nos llamó Juli Esteve [primer director de Informativos de Canal 9] y nos dijo, acaban de ilegalizar el PCUS [Partido Comunista de la Unión Soviética]. Fuimos a la sede del partido, y éramos cuatro televisiones, una francesa, nosotros, la BBC y unos holandeses. Grabamos exteriores y enviamos las imágenes. Eran las once de la noche, que allí es de día. No podíamos hacer otra cosa, no había nadie con quien hablar. Sin embargo, al día siguiente nos encontramos a Gorbachov por la calle con un grupito de gente, sin seguridad, sin nada, y lo grabamos. Estuvimos tres días más cubriendo cosas de city, y nos volvimos.
En la Comunidad Valenciana hemos hecho cosas muy buenas. Recuerdo un “Dossier” del puerto de Valencia, cuando inauguraron la torre de control, y vimos las entrañas del puerto, cómo entran los barcos, con los prácticos, era precioso. En 23 años he hecho cosas importantes. Lo que pasa es que la tele decayó tanto a raíz del 94, el empezóse del acabóse, y la verdad es que no he hecho muchas cosas interesantes después.

¿Por qué se ha llegado a esta situación de deterioro en Canal 9?
La mayor razón ha sido la mentira. Estábamos contando cosas que no eran ni verdad. Es que se ha amontonado nieve para decir que había nevado. Y efectivamente había nevado [pero no tanto]. O en el circuito urbano de Fórmula 1 de Valencia, con un periodista sumiso…, lo inauguramos en enero. Era mentira, no había circuito todavía. Estaban Camps y Rita pegando botes y diciendo que se iba a hacer. No había nada. Un domingo por la mañana, la gente estaba paseando en bicicleta. Y era todos los fines de semana, Fórmula 1. Se estaba engañando a la gente. No existía.
También estuve cuando pusieron la primera piedra en el circuito de motos de Cheste. Era un tipo del PSOE. Luego, el circuito de paró, y lo empezaron a hacer a los seis o siete años. Y también teníamos circuito de motos. Se ha mentido una barbaridad. Y eso la gente lo nota, porque hay más medios, y Canal 9 ha bajado a los niveles de audiencia que tiene ahora, mínimos.
¿Nosotros hemos tragado? Pues, sí. Yo he tragado como todos, porque hay que comer de algo. Las críticas que he hecho me han costado disgustos. Por ejemplo, no podía hacer los directos porque no se fiaban de mí. Hemos trabajado con realizadores totalmente incompetentes, que te pedían que te movieras con la cámara en sitios donde no había nada que grabar. Pues muévete; tío, vete a la mierda, que no me muevo, que va quedar una chapuza. Te movías, salía la chapuza y luego te preguntaban que porqué te habías movido. Tonto l’haba, ¿no te he dicho que no se podía hacer nada? ¿No sabes que hay otras técnicas de realización de informativos…? Mirad los esteinman [Stand up, piezas del periodista para la cámara desde un emplazamiento lejano de la redacción] de la BBC o de Antena 3 cuando hablan desde Nueva York, el plano es fijo y cortito, con fondo desenfocado… No tenían ganas de hacerlo bien. Yo creo que lo han hecho a mala leche, para llegar a la situación en que estamos. Ha sido una operación estudiada desde que vino el PP… Ya Zaplana la quiso privatizar y no pudo, y ahora han cambiado la ley, y ya está.
¿Qué va a pasar con Canal 9?
Los que hemos salido al principio hemos sido los más conflictivos. Eso de que no había listas y tal, que se lo cuenten a Rita. Pueden pasar dos cosas, de momento los doscientos y pico que tenían que salir el 31 de julio, les han ampliado al 31 de agosto. Porque si se van todos, la tele se cierra ya. Si se van el 31 de agosto tienen que cerrar la tele el 1 de septiembre. A no ser que tengan algo bajo manga con las productoras amigas que hay por ahí, un plan de entrada a saco. Y si no, tienen que cerrar o reemitir todo el archivo, que ya están empezando. Le auguro mal futuro porque la tendrán que cerrar, y se inventarán otra.
En el resto del panorama audiovisual, ¿cómo están las cosas?
El modelo televisivo está cambiando desde que podemos ver la tele por internet y elegir lo que quieres ver. Pero las televisiones públicas son necesarias. Yo no soy nada nacionalista, pero en TV3 tienen una meta, Cataluña, el catalán, y encima son grandes profesionales, como nosotros, pero bien dirigidos. Que hay un exceso de plantilla, puede ser. ETB está marcando Euskadi. Tienen mucha producción propia en euskera, sobre todo para niños, tienen el segundo canal, que no es castellano, sino mezcla con euskera, y tienen un motivo de defensa y una televisión que la quiere la gente. Aquí, Canal 9 por las circunstancias de esta comunidad y el carácter de esta comunidad, yo no he visto… desde siempre te han montado gresca en la calle. Al principio te la montaban los del otro lado y, menos bonito, te decían cualquier cosa; y ahora, los que antes te insultaban, ahora es su televisión, y te insultan los otros. Yo creo que no es una televisión querida por los valencianos. De hecho, cuando el PP plantea, ¿ustedes qué quieren Canal 9 o Sanidad? No hay dinero para todo. Y la agente, que no es tonta, dice, para ver la mierda de tele que hacen, que la cierren. Ahora que estoy más en la calle y tengo contacto con movidillas culturales, dicen, ¿para qué?
En las otras televisiones [televisiones de autonomías históricas] se lo plantean de otra manera. TVE tiene el mismo problema de manipulación que tenemos en Canal 9. Lo que pasa es que TVE tiene que estar por unidad de país. No sé en qué quedarán las cosas. Es verdad que la tecnología ha avanzado, mucho, y lo que antes hacían cinco, ahora lo hacen dos o tres. En las privadas repercute mucho más porque les interesa el beneficio, y sí que les interesa buena producción, y series de calidad para enganchar a la gente. Tele 5 se ha decantado por los corazones y realities, Antena 3 hace series muy buenas. La 4 hace cosas muy buenas… [Se han repartido muy bien el mercado] El hombre éste de Planeta [Lara] tiene Antena 3 y la Sexta; Antena 3 se va más a la derecha, y la Sexta más a la izquierda; y las dos tienen el mismo jefe. Él sí que ha repartido bien el mercado. Pero Canal 9, la Televisión de Galicia, ¿qué beneficio pueden tener? No no he visto una película en gallego jamás, que por otro lado me da igual. Pero es que aquí, la televisión ha matado la industria del audiovisual, y la producción propia, con toda la gente y el material técnico que hay lo han ido matando, matando, matando. Y tú no sales a la calle porque no me caes bien. Cumple tu horario, y se acabó. No la veo viable.
Las otras televisiones privadas pequeñas tienen un público muy limitado. Por Ejemplo, Intereconomía, un público de una edad de 70 hacia arriba. Yo lo veo en mi casa, en mi familia. Están enganchados a Intereconomía porque les están contando lo que les contaban hace 40 años. Es un público que se extinguirá. Luego le darán la vuelta, le llamarán de otra manera. Pero tampoco son unas televisiones que hagan programas de investigación…

Ensayo

Ensayo

¿Cómo ves la posibilidad de cooperativas y uniones de profesionales del audiovisual?
Eso no tendrá salida, y menos aquí, que no hay conciencia cooperativista ni de actuar en colectivo. A los dos meses habría un montón de rencillas, tú por qué haces esto. No lo veo viable. Veo más viable el trabajar por libre, decir, sale esto y tal. Ahora tienes la posibilidad de hacerte tu página web, marcar tus precios, y quien quiera, bien, y el que no, que se busque la vida. Así de claro.
¿Cómo te planteas tu futuro?
No lo sé. El audiovisual está muy mal, y yo llevo muchos años haciendo lo mismo. No soy electricista, no puedo trabajar en cualquier empresa. Y tal como están ahora las cosas, yo tengo un futuro muy incierto. Eso nos pasa a la mayoría de la gente que llevamos 23 años haciendo televisión. Y eso que no es una cosa monótona. Yo por mí, ya me hubiera ido de Valencia. Pero tengo una hija que ya no hay quien la mueva de aquí. Es cuestión de hablar… Y probablemente terminaré fuera, pero no de España.
He sido pequeño empresario, pero la empresa se fue a la mierda. Montamos una empresa de impresión digital, decoración… Hicimos bastantes trabajos para el Teatro Real de Madrid, a través de otra empresa que nos encargaba las impresiones. Hicimos algún decorado para Canal 9, que tardamos seis o siete años en cobrar… Alguna cosa para estrenos de ópera en el Palau Reina Sofía. Y la cosa iba bien, manteniendo unos límites. Pero desde hace tres años la cosa empezó a decaer, y lo que antes era un macrodecorado, ahora se resuelve con dos columnas y tres luces. Ahora la empresa, con la que ya no tengo nada que ver, hace serigrafía industrial. Nada de producciones artísticas. El arte siempre ha vivido de las subvenciones… yo soy antisubvención, porque a ti te dan una subvención y no puedes ejercer tu derecho a crítica. Si te paga el ministerio de cultura, ¿cómo te vas a meter con él?
Pero lo han hecho…
Sí, pero les dan una, la segunda ya no se la dan. A mí me gustan Els Joglars, para quien hemos hecho cosas, porque no han recibido nunca una subvención [eso dice Boadella], y siguen haciendo cosas y llenan. El que quiera ver, que pague. La cultura es cara. No tiene que estar subvencionada, sino protegida.
No es lo mismo que te hagan un Ere con 20 ó 30 años, que te lo hagan con 53. Me estoy dando cuenta de que cuando estás en el Infierno te vuelves desconocido para todo el mundo. No quiero decir con esto que todos los que conozco te abandonen. Pero yo he conocido compañeros míos que pensaba que eran amigos, y son unas víboras. Y dices, coño… Te mueves en un mundo, no sé si es de trepas, de triunfos, de qué… pero haz tu trabajo y vive y deja vivir… y critica para no joder…

Etiquetas:

Quizá también te guste

Deja un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Related Stories