La resurrección de los muertos de RTVV

Está perpetrándose en Valencia una de las escabechinas de talentos más escandalosas de los últimos tiempos. Más de un millar de personas cualificadas en distintos campos de la comunicación están siendo despedidas de sus trabajos en RTVV.

Fernando Bellón

Estas líneas no pretenden ser un lamento personal, y tampoco me parece el momento más oportuno para lanzar jeremiadas ideológicas sobre la perversión del capitalismo.

Se trata de actuar, no de hablar.

Estas líneas son un llamamiento a los afectados por el monstruoso ERE de RTVV para que sus talentos no se despilfarren, para incitar a todos a reunirse, coordinarse, organizarse, mantenerse en contacto, transmitirse información y conocimientos útiles para que cada cual pueda aprovechar su capacidad de trabajo en colaboración con la de los demás.

Ni el más ponderado de los optimismos permite deducir que la doliente industria audiovisual valenciana pueda absorber más allá de una fracción de los talentos desperdiciados. Es de prever que se produzcan desplazamientos geográficos, desplazamientos de sector, readaptaciones, recalificaciones. Todos somos conscientes de ello. Pero no podemos dejarnos llevar ni por el desánimo ante un futuro incierto, ni por un catastrofismo paralizante. La solución de nuestros males está en nuestras manos, mucho más que en las del Servef o la discutible iniciativa empresarial que pueda acogernos.

Estas son mis propuestas, que hago públicas para su discusión, precisión, matización, rectificación. Es decir, para que se conviertan en un instrumento de provecho y reajuste de todos esos talentos hoy inactivos.

Propongo, en primer lugar, realizar un catálogo de personas cualificadas por tipo de especialidad. Me refiero a los auxiliares de todo género, a los operadores de equipo, de sonido, de imagen, de cámara, personal de mantenimiento y de unidades móviles, realizadores, productores, documentalistas, lingüistas, recepcionistas y telefonistas, administrativos, personal de peluquería y maquillaje, guionistas y redactores.

Iniciemos un intercambio de ideas y de servicios entre nosotros, en beneficio de nuestras necesidades domésticas o de posibilidades laborales.

Organicemos y realicemos todo tipo de seminarios sectoriales dirigidos a transmitir información y formación útil.

Constituyamos cooperativas, colectivos multidisciplinares, pequeñas empresas de servicios, intercambiemos nuestras iniciativas y conocimientos técnicos.

Ofrezcamos nuestra capacidad profesional a organismos, asociaciones, instituciones cívicas, para su aprovechamiento temporal y puntual mientras nos encontramos en paro.

Demandemos a sindicatos, administraciones locales, y a todo tipo de instituciones que viven del erario público a que atiendan nuestras ofertas de trabajo, las gestionadas por nosotros mismos, y cubran nuestras necesidades físicas de organización, por ejemplo, locales donde reunirnos y ejercer como profesionales con iniciativa. Puede que a alguien se le ocurra objetar que las víctimas del ere de RTVV no tenemos ningún privilegio sobre despedidos y parados de otros sectores. Efectivamente, no los tenemos. Las iniciativas que aquí propongo no tienen por qué limitarse al sector de la comunicación. Sería estupendo que otros colectivos intentaran lo que las instituciones oficiales no saben, no pueden o no quieren ofrecerles.

¿Cómo podemos concretar todas estas propuestas? Bien a través de la Plataforma d’Afectats per l’Ero. Bien a través de la página Mil de Nou. Bien a través de los sindicatos.

No nos quedemos parados, aislados, cruzados de brazos. No nos resignemos a ser cadáveres de ese cementerio de talentos que ha sido RTVV. Hablemos y desahoguémonos. Pero también, actuemos.