CARGANDO

Escribir para buscar

Agricultura y naturaleza La botánica de Rafael Escrig Series

Las flores verdaderas

Compartir

La Botánica de Rafael Escrig (5)

Las plantas angiospermas, que son las que tienen flor verdadera, aparecieron sobre la Tierra de forma abrupta (dentro de lo que son los tiempos geológicos) hace alrededor de 140 millones de años y se convirtieron en las más numerosas ocupando todos los espacios, excepto los casquetes polares. Evidentemente, al principio, no fueron las flores que ahora conocemos: casi imperceptibles, sin apenas color, humildes y expuestas a cualquier avatar, fueron conquistando terreno. Existen diferentes teorías sobre su aparición y se discute sobre cómo lo hicieron, aunque se barajan causas como la reducción del genoma, la modificación del floema, el concurso con los insectos o, sencillamente, la supervivencia por medio de la adaptación, que es la suma de todas esas cosas.

 

Penstemon sp

La función de las flores es atraer a los agentes polinizadores, bien por medio del color, por su forma o por las feromonas que segregan. El atractivo de la flor que presento aquí: Penstemon, sp,1 radica en su seductora corola tubular y en las manchas que, de mayor a menor, crean para el insecto un aspecto similar a las luces de una pista de aterrizaje.

Tengamos en cuenta que la visión de un insecto no es la misma que la nuestra. Los insectos voladores poseen ojos compuestos, llamados también facetados,2 además de ver con mucha más precisión y mayor ángulo que los nuestros, pueden captar los rayos ultravioleta que reflejan el color de las flores, en ese caso cambian dicho color (de rojo a azul, por ejemplo). Volviendo a la forma de la flor, observamos que la corola del Penstemon está formada por cinco pétalos que se curvan hacia fuera, los tres que se abren a la parte inferior dejan el hueco justo para que el abejorro, que es su principal polinizador, pueda entrar hasta lo más profundo del ovario, donde ocurrirá el milagro de la vida.

Ojo facetado de un insecto. Foto tomada de la página Pixabay.

El género Penstemon admite mucha hibridación, por lo que es común su diversidad de colorido: rojo, azul, blanco, amarillo y de colores combinados, con el fondo de la corola, de donde salen los estambres, casi siempre blanco.

Como hemos dicho, esta es la función fundamental de todas las flores, la misma en todas las especies de plantas angiospermas, donde éstas han evolucionado más y son más llamativas: disfrazarse para engañar al insecto que la poliniza y de esa forma perpetuarse e incluso acrecentar su hábitat. De hecho, el sentido primero de todas las plantas, además de la supervivencia, es la lucha entre ellas para ocupar el mayor espacio posible, la mayor cantidad de luz, el mejor lugar para medrar.

LAS ORQUÍDEAS

Formando parte de las plantas angiospermas (con flor verdadera), está la familia de las orquídeas (Orchidaceae), éstas son plantas monocotiledóneas, como las hierbas. En los bosques tropicales viven sobre las ramas de los árboles que le sirven de apoyo. Forman las orquídeas unos 800 géneros y más de 25.000 especies. De las que un 80% de ellas son epífitas (3). En las orquídeas epífitas, las raíces son aéreas y están muy desarrolladas, cuelgan de los árboles y son verdes, por lo que tienen la capacidad de realizar la fotosíntesis. Las raíces de las epífitas tienen una doble función, son las estructuras que se encargan de captar los nutrientes que la planta necesita y funcionan, además, como elementos de fijación.

La enorme evolución que ha sufrido la familia de las orquídeas es debida a la doble genética que experimentaron antes de la tercera extinción masiva, la misma que hizo desaparecer a los dinosaurios hace 65 millones de años. Después de la duplicación genética, la orquídea ancestral añadió un grupo de genes y sobrevivió con éxito a la extinción, llegando así hasta nuestros días. En la actualidad las orquídeas siguen hibridándose de forma artificial, de ahí las enormes diferencias de colores que podemos ver dentro de una misma especie.

Orquidea, esquema.

El problema actual de las orquídeas radica en que la gran mayoría de sus especies en la naturaleza está en peligro de extinción. Le pasa como al rinoceronte en el reino animal, que es víctima de su propia rareza. Durante el siglo XIX casi llegaron a extinguirse por la presión que se ejerció sobre ellas cuando se pusieron de moda entre los curiosos, los coleccionistas y los ricos amantes. Hoy en día, todas las orquídeas del mercado son híbridos producidos en laboratorio.

La especie que presento aquí es una “Phalaenopsis, sp”, conocida comúnmente como orquídea mariposa. La Phalaenopsis, como todas las orquídeas, consta de tres sépalos, tres pétalos, y el “gymnostemium”, donde se encuentra el aparato reproductor, con un “labelo” (pétalo muy modificado a modo de un labio inferior que la diferencia del resto de las demás flores, incluso de su misma especie, pues cada una tiene un labelo diferente) que marca la entrada a los insectos que han de polinizarla. Los colores y la forma del gymnostemium, son fundamentales para atraer engañando a los agentes polinizadores.

Orquídea violeta.

Como se dijo más arriba, el 80% de las especies de orquídeas también son epífitas, otras son terrestres y viven con sus raíces enterradas, las hay bulbosas, como la Ophrys apifera y también semi-terrestres que viven sobre piedras con musgo de donde aprovechan su humedad.

Bromelia, sp., bromelias epífitas que viven sobre los troncos y ramas de sus hospederos. Tengamos en cuenta que no todas las bromeliáceas son epífitas. Por ejemplo, la piña (Ananas comosus) es una bromelia terrestre.

1 sp, significa «especie», y se usa cuando no se habla de una especie en concreto sino de todo el género (o parte de él), o bien de una especie que no está bien definida. Se diría ssp, si estamos hablando en plural. Por ejemplo, si decimos Penstemon sp, estamos hablando de la especie de forma genérica.

2 Los ojos de los insectos pueden ser simples, llamados ocelos, y compuestos o facetados. Estos últimos son propios de los insectos voladores. El ojo compuesto, está formado por múltiples celdillas hexagonales que tienen el nombre de omatidios. Las abejas (Apis mellifera) poseen 6.300 omatidios en cada ojo y la libélula (Libellula, sp.,) 28.000

3 L.as plantas epífitas son las que viven sobre otras plantas mayores que les sirven de apoyo. Ni la planta hospedera ni la huésped sacan ningún beneficio de su mutualismo, de ahí la diferencia con las plantas parásitas que sí sacan total provecho, pues succionan el alimento del floema de la hospedera. Las plantas epífitas más conocidas son las bromelias.

Artículo siguiente

Deja un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Siguiente