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Agricultura y naturaleza La botánica de Rafael Escrig Series

Las señas de identidad de las plantas: los frutos

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La Botánica de Rafael Escrig (18)

Este capítulo, como todos los de La Botánica de Rafael Escrig, debe leerse en el adjunto PDF, que contiene las ilustraciones necesarias para su mejor comprensión. Además, puede descargarse

DE LA FLOR AL FRUTO

El fruto es en lo que se convierte el ovario una vez fecundado y tras un periodo de madurez. En él se encuentran las semillas y su principal función es protegerlas y dispersarlas. La estructura del fruto está formada por el EXOCARPO, EL MESOCARPO Y ENDOCARPO.

El EXOCARPO es la parte externa del fruto. El MESOCARPO es a la parte media del fruto que, frecuentemente, corresponde a la parte carnosa. Y el ENDOCARPO es la parte interior del fruto, rodea a la semilla y la protege. En algunos casos, cuyo fruto es carnoso, puede ser de consistencia muy dura, formando el hueso de la fruta.

Un fruto es el ovario maduro de una angiosperma. Procede de la flor y aloja la semilla hasta que madura. Por lo tanto, el fruto nutre y protege a las semillas en su desarrollo y colabora en su difusión cuando están maduras. En muchas especies, el fruto se forma exclusivamente a partir del gineceo pero en otras especies intervienen en su formación otras estructuras como los tépalos (mora), el receptáculo (fresa), las brácteas (piña), el tubo floral (pera), o el eje dilatado de la inflorescencia (higo). En muchas angiospermas, los tejidos del fruto se desarrollan muy poco, terminan por secarse y adherirse a la semilla. Lo que llamamos “semilla” de los cereales, son realmente frutos.

Los frutos partenocárpicos son aquellos que se forman sin fecundación. De este modo, se consiguen frutos sin semillas. Algunas gimnospermas producen semillas que son rodeadas de una estructura reproductiva que parece un fruto (tejo). En estos casos, las estructuras que rodean a las semillas no derivan de los carpelos o los pistilos sino que son hojas modificadas, tallos o escamas.

Los frutos partenocárpicos, en pomo de manzana, eterio de la fresa, hesperidio del limón, en balausta del granado, seco de la almendra, en baya del tomate, en pepónide del melón y frutos compuestos de la piña y del higo, estos frutos se encuentran convenientemente ilustrados en el PDF de este capítulo.

CICLO DE LA FERTILIZACIÓN DE LA HIGUERA

Cada especie de higuera tiene su particular avispa simbiótica (en Ficus carica, es la avispa Blastophaga psenes). Esta se introduce en el higo cuando todavía no ha madurado y lo poliniza . Una vez allí, pone sus huevos en la pequeña flor femenina y muere. Los huevos eclosionan y las larvas se desarrollan. La higuera detecta la presencia del huevo y lo rodea de tejido vegetal. Eso proporciona a la larva, alimento para crecer y recomenzar el ciclo. Las avispas macho nacen primero, copulan con las avispas hembra recién nacidas y después mueren.

Mientras las larvas crecen dentro del higo, las flores macho se desarrollan y producen polen. Cuando las abejas hembra las frotan al esforzarse por salir, se cubren de este polen, lo que les permite llevarlo a otro higo inmaduro, donde a su vez ponen sus huevos

Una vez que las abejas han partido o muerto, los higos maduran. A cambio de proporcionar casa y alimento a las avispas, las higueras consiguen la polinización de sus flores y el transporte de sus semillas, completado con la fertilización.

De esa forma, sin sus diminutas avispas, los higos no madurarían, el árbol no podría procrear, y acabaría extinguiéndose tanto las higueras como las avispas.

Hasta aquí, una breve exposición mostrando las diferentes formas en que la flor se transforma en fruto. Desde las más sencillas, como las gramíneas, hasta las más elaboradas, como el higo. Espero que haya sido de interés para todos.

Decía Erich Fromm en el contexto interpersonal: “Conocer es amar. Cuando mayor es el conocimiento de alguien, mayor es la posibilidad de amarlo” A mí me gusta trasladar esta frase al terreno del conocimiento general y en este caso de la Botánica: Conocer es amar. Cuanto mejor conozcamos algo, mayor posibilidades tenemos de comprenderlo y amarlo.

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