CARGANDO

Escribir para buscar

Cultura y comunicación

Magallibres, el sueño humanista: libros para todos

Compartir

Belén Gómez, almacenista de libros solidarios

Una entrevista realizada por Fernando Bellón

Belén Gómez ha realizado la fantasía de los humanistas progres de la generación presente, vivir entre libros, trabajar entre libros, y dedicar lo mejor de ella a sus congéneres (en este caso los niños necesitados) merced a los libros. Una fantasía palpable que se llama Magallibres, El Magatzem de Llibres Solidaris.

De martes a sábado, acude a su local de la calle Moro Zeit de Valencia, ordena y recoloca cientos de volúmenes, y espera. Espera que lleguen ciudadanos dispuestos a llevarse una bolsita de papel llena de los libros que encuentren de su gusto a cambio de un mínimo de cinco euros. En una hucha en forma de libro acumula su pequeño capital, que el curso que viene, en otoño, se convertirá en cheques escolares para familias necesitadas. Estos cheques serán cambiados por libros de texto o artículos de papelería en los negocios locales del barrio del Carmen. Belén también espera que aparezcan ciudadanos con bolsones, maletones o cajones llenos de libros, que entregan a Magallibres para el cumplimiento de su proyecto de ayuda a los necesitados del barrio.

Magallibres no hace negocio con los libros, no compite con las librerías locales, no compra ni vende. Ejerce de mediador de objetos de lectura que en su mayor parte son novelas. No toca los libros de texto, no clasifica su género al estilo de una librería de segunda mano. Belén coloca los libros en palets adosados a las paredes de un modo aleatorio o mínimamente ordenado, y espera que vengan sus lectores benefactores.

Belén Gómez es una madrileña oriunda de la Marina, nacida en 1963, y que ha ha dedicado casi toda su vida a los medios de comunicación. En ellos se ha ganado la vida como productora. Ha hecho películas, documentales, y ha trabajado en diversos programas en Canal 9, en Tele 5 y en Antena 3. Hasta que hace tres años se bajó del torbellino mediático, que alimenta su energía motriz con la sangre y el sudor de miles de siervos encantados de serlo. Belén dijo basta, aunque no para siempre. Su mayor satisfacción es haber dado a luz como productora documentales como “El Embajador Vic” y “El Sonido del Silencio”, y la película “La Dama Boba”. Dice que todavía puede volver a ese género, sin dejarse fagocitar por él.

Esta es su experiencia.

De la Historia del Arte a la limusina

Mis estudios son Historia del Arte. Empecé en la Universidad Autónoma de Madrid, y en cuarto me vine a Valencia y me matriculé en la Universidad Literaria, donde tuve que repetir cuarto, porque no me lo convalidaban. Me empecé a relacionar con compañeros de gustos parecidos a los míos, arte, literatura, exposiciones… Pero nunca acabé la carrera, me falta una asignatura, porque descubrí que yo no quería dedicarme a la docencia. Yo admiro muchísimo a los docentes, porque pienso que es una labor… Yo es que los mataría a todos, a los alumnos, digo, La docencia es una cosa para la que yo no estoy capacitada. Entonces cuando vi que en la carrera que yo estudiaba iba abocada a eso, dije, pues no.

Y entonces, es una cosa muy absurda, empieza Canal 9 a funcionar. Y entonces, viene Nina Simone a “Talk Com Show”, programa que presentaba Voro Barber. Y un compañero de la facultad, que en ese momento era productor del programa, me llama por teléfono y me pregunta, “Oye, “¿tú sabes inglés y conducir un coche grande?” Y yo dije sin dudar, “Sí”. Y me contrataron de chófer de producción. Estuve un año y pico en eso. Imagínate lo que fue para mí, irme por la noche al aeropuerto de Valencia en un Opel Omega a buscar nada menos que a Nina Simone. Un regalazo. Yo estaba emocionada. Lo hubiera hecho gratis, aunque me pagaron, me dieron de alta en la Seguridad Social y todo eso.

Un espacio funcional y acogedor (para libros y humanos) en la calle Moro Zeit de Valencia

Un espacio funcional y acogedor (para libros y humanos) en la calle Moro Zeit de Valencia

Buscadora de testimonios

Yo empecé a trabajar en televisión sin tener ni idea de absolutamente nada. Yo lo que hacía era mirar, escuchar y aprender. Estuve de chófer un año y pico, y luego me contrataron para llevar público. En el programa “De Bat a Bat”, yo llevaba testimonios a la grada. Ahora lo hacen redactores, antes, no. En un “De Bat a Bat” que estábamos haciendo sobre drogas me fui a Lian Shan Po [barrio conflictivo de Burjassot, localidad donde está instalado el Centro de Producción de Canal 9, también conocido como de las 613 viviendas] , porque querían madres de adictos que estuvieran desesperadas. Entonces yo me fui a la parroquia de Lian Shan Po. Y don Melchor, que era el cura párroco, me hizo una reunión con las madres de los adictos, que les tenían trepando por la pared en casa, las pobres mujeres. Sobre todo había abuelas, más que madres. Ese era mi trabajo en busca de testimonios. Me decían, vamos a hablar sobre Tal Cosa, necesitamos Tal y Tal. Entonces yo me buscaba, a parte del público de bulto, los testimonios. Tenía un plano de la grada, con notas de quién era tal persona y de qué podía hablar, a favor, en contra, etc. para que la presentadora, que era Lola Bañón, supiera dónde estaban.

Después de eso, hice lo mismo para un concurso. Luego empezó el programa “En Exclusiva”, presentado por Terelu Campos en Madrid, coproducido entre Telemadrid y Canal 9. La oficina y la redacción se montaron en Madrid, que es donde están los famosos, y yo me fui allí de productora. Era la primera vez que me contrataban de productora productora… Al acabar el programa me metí en otro, “Viure la Nit”, con una productora externa. No me acuerdo como se llamaba, el dueño era Hugo Stuvens, el famoso realizador de “Aplauso” de toda la vida. Yo creo que “Viure la Nit” es el programa más fuerte que se ha hecho jamás en Televisión Valenciana

¿Más que “Tómbola”?

Sí. Aquello era… estriptis lésbicos, era una barbaridad, y encima gobernando el PP, esta gente tan de la Mare de Déu, de golpes en el pecho… y estábamos emitiendo una cosa que era casi porno, o sin el casi. Una burrada. A mí me parecía un programa superdivertido. Pero en el contexto en el que estábamos, yo me decía, aquí no ve la gente la tele, porque si lo vieran… Duramos 13 programas. No sé quien llegó a la dirección de Canal 9, y dijeron que era porque les parecía inmoral; pero era mentira, era porque se había acabado el contrato.

¿Tuvo mucha audiencia?

Sí hombre. En “El Venial”, un bar de ambiente del barrio del Carmen de Valencia, cuando se emitía la grabación, aquello era… La gente se lo pasaba pipa. El programa era muy divertido, muy fresco. Pero yo alucinaba porque dudaba que alguien [”decente”] lo estuviera viendo, lo habrían quitado enseguida.

Debates absurdos

Después de aquello, me llamaron de Televisión Valenciana , y querían que hiciera un karaoke ambulante [protagonizado durante años por María Abradelo] por los pueblos, en pleno mes de julio. Y a la vez, Hugo Stuvens me propone irme con él a Madrid a hacer dos galas, una para Antena 3 y otra para Tele 5. No me lo pensé. Me fui a Madrid, hice las dos galas… Luego volví aquí. Hice un programa con Búmerang Televisión, una productora de Enrique Cerezo, que hizo en Canal 9 “Cinquanta cinquanta”, un debate absurdo entre sexos, lo que opinan los hombres, lo que opinan las mujeres. Aquello no tenía ni pies ni cabeza, no podía durar. Eran preguntas como “¡se puede querer a dos personas a la vez?” Me acuerdo de esta anécdota. Teníamos que enviar los guiones al lingüista, y nos los devolvía con las preguntas contestadas, “¿Se puede querer a dos personas a la vez?” “No”. “¿Son mejores las mujeres con los hijos o los hombres?” “Depende.” Contestaba el público. Se armaban unas trifulcas que pa qué las prisas, y al final… el programa duró tres meses.

Las estanterías son palets de almacén agrícola.

Las estanterías son palets de almacén agrícola.

Volví a Madrid con Búmerang, para hacer un programa con Ana Obregón para Antena 3. “El Patito Feo” Aquello fue otra pesadilla en Elm Street, que pa qué. Esa mujer es tremenda… Y en un momento dado, yo vivía en Madrid, en una buhardilla cerca de la Puerta del Sol. Pero yo vivía realmente en Antena 3. Había veces que llegaba y me decía, ¿que no me pondré una tienda de campaña aquí en esta rotonda tan bonita, y me quedo aquí en lugar de ir a mi casa, para volver dentro de un rato…? Me acuerdo perfectamente que ese mes dormí en mi casa dos noches. El resto lo pasé en hoteles, arrastrando un equipo de 12 personas. Dije, yo no quiero hacer esto. Y me fui.

El Sonido del Silencio

Entonces pedí una ayuda a la Generalitat para hacer un documental, y me la dieron. Se llama “El Sonido del Silencio”. Es sobre una niña sorda, que lleva un implante coclear. Yo la tengo en video doméstico [grabado por su familia], cuando ni siquiera sus padres se han dado cuenta de que es sorda… Y la tengo cuando oye por primera vez, cuando le activan el implante, algo que le sienta com un tiro. Nerea es muy temperamental, tiene un genio que…

Yo tengo una relación familiar con el mundo de los sordos. Mis abuelos paternos eran sordos, de lengua de signos. El mundo de la sordera siempre me ha interesado.

Y cuando hago el documental, trabajo unos meses para El Mundo Televisión, una de las cosas más asquerosas que he hecho en mi vida, por eso me fui. Yo le dije a Melchor Miralles [director de la productora entonces] cuando me fui, “Tú no tienes dinero para pagarme lo que estoy haciendo. Y como no lo tienes, me voy.” Estaba estresadísima. Creía que podía compaginar las dos cosas, pero no. Trabajaba con Fernando Quintela, Javier Preciado y Melchor Miralles. Era una especie de programa de testimonios, pero amarillo amarillo amarillo. He olvidado cómo se llamaba. Lo presentaba Manu Ríos, en directo, los viernes. Me acuerdo de uno que hicimos de gitanos, que tuve yo una bronca con el director, Javier Preciado, de no creerselo. Era una persona tan racista, tan dando por sentado tantos tópicos… Llegó a decirme, oye, dobla la seguridad. Y yo, ¿por qué? Porque viene uno de estos, te saca la faca… Y yo, pero, ¿de qué faca me hablas? Me fui después de ese programa. Tenían un desconocimiento, que yo flipaba. Me decían, vamos a hablar con el patriarca. Los gitanos no dicen patriarca, nunca. Es una convención paya. Son los “hombres de respeto”, los ancianos. No habían hecho ni una mínima investigación. Había dos chicas que habían apuñalado a una niña de ocho años en La Coma [barrio que recoge a muchas familias marginales y desestructuradas en el municipio de Paterna, pero más próximo al casco urbano de Burjassot]. Las dos, “livianas”, que decían las gitanas por lesbianas. Entonces, con una cámara oculta se graba a una menor, con el padre en la habitación; lleva dos puñaladas en la cabeza, no graves… la niña estaba emocionada; se levanta la camiseta y se baja las braguitas para que veamos otras heridas. A todo esto, la niña no sabe que la están grabando y el padre, menos. Así que llega Javier Preciado y me dice, abrimos con esto. Yo le digo que no. ¿Cómo que no? Y yo, lo mando ahora mismo al productor delegado de Canal 9, y ya te digo yo que, con un video de una menor enseñando las puñaladas en la cabeza y luego otra en la cadera, y obtenido con cámara oculta, ya te digo yo que con ese video no abres. Y efectivamente, no abrimos. Se llegaba a un punto en el que dices, pero vamos a ver, un poco de… No te digo yo que esto no sea un negocio determinado por la audiencia, pero … un poco de decencia. Mal está que se haya grabado a la chiquilla. Pero que encima quieras poner el video de entrada, porque a dos locas del barrio de La Coma, como podrían ser de Albacete, que vete tú a saber ahí que ha pasado, han apuñalado a una cría de ocho años. Y tú das por sentado que, claro, como son gitanos, los gitanos hacen eso. Cuando la mayoría de los gitanos son gente normal y corriente. Así que después de eso dije, se acabó, me voy.

El Embajador Vic

Mi prioridad en esos momentos era el documental. Si de algo me arrepiento en mi vida profesional es haberme rozado con esa gente; dos meses y medio duré.

Luego hice otro documental con ayuda que me dieron, sobre el embajador Vic, una historia fascinante. Poca gente sabe que él trajo el Renacimiento a la ciudad de Valencia, [como embajador en Italia de la corona de Aragón con Fernando El Católico] Cuando volvió construyó un palacio [desaparecido] y trajo pintura renacentista. Es un Renacimiento tardío que ejerce una influencia tremenda en los pintores valencianos. Es una historia superinteresante. Y yo encontré por casualidad, en “El Asilo del Libro”, una librería de lance de Valencia, un volumen con una transcripción de las cartas del embajador al rey Católico. El dueño de la librería me vendía una edición en rústica muy cara para mí, que estaba pelada, como siempre. Pero tenía dos tomos con las cartas transcritas. Me pedía 70 euros, y yo le dije que no podía. Pero me lo dejó para que lo mirara. Veo que está publicado en el año 63 por un descendiente directo del embajador Vic. Me quedo muerta. Digo, este señor está vivo. Lo localicé a él, a un primo suyo… Todas las personas que se apellidan Manglano en esta ciudad son descendientes del embajador Vic.

La idea del documental nació a raíz del escándalo del traslado de los arcos del claustro [desmontado] del palacio del embajador. Se los llevaron del Centro del Carmen [donde estaban almacenados, a los jardines de Viveros contiguos al museo de Bellas Artes]. Hicieron el traslado por la noche… una cosa tremenda. Entonces me enteré de la historia del embajador. Fuimos a Alcira, donde está el convento de los Jerónimos… Quise seguir, pero no pude. Luego, mucho después, en un viaje de vacaciones a Malta descubrí algo en la concatedral de La Valetta. Vi el escudo de los Vic en cuatro lugares. Saqué fotos y las envié al convento de los Jerónimos de Alcira. Y me dijo que, sí, que es el escudo de los Vic. Pero se me acabó el plazo para la entrega del documental, el dinero y todo, y no pude investigar más. Si ese escudo está en cuatro capillas de la concatedral de La Valetta es porque los Vic pagaron para construir eso.

Luego hay otra cosa. Un caballero de Santiago, un tal Manglano, y otro de la Orden de Malta, también Manglano. Hay una conexión muy importante entre Malta y Valencia, en ese momento. Es la época en la que Fernando El Católico se va al reino de Nápoles y las Dos Sicilias porque le querían quitar Malta, que al final se queda sin ella. El embajador Vic estuvo en Roma cuando Miguel Angel pintaba la capilla Sixtina. Y es uno de los primeros que inician la tradición de la diplomacia, que hasta entonces no existía tal y como la entendemos hoy. Para mí fue un trabajo apasionante. Me lo pasé pipa. Estuve un año.

La Dama Boba

Luego hice otro documental sobre el 25 aniversario de la Mostra de Cinema del Mediterrénao, encargado por la propia Mostra. Algo muy normalito, un trabajo alimenticio.

Y después me llamó de Madrid Edmundo Gil Casas, el productor de “Sin noticias de Dios” y de “Quién hablará de nosotras cuando hayamos muerto”. Me propuso coproducir una película en la Ciudad de la Luz, “La Dama Boba”, según la obra de Lope de Vega. Me reúno con él, hablo con él, llegamos a un acuerdo, firmamos un contrato… Y como aquí pasa lo que pasa, yo le digo, si la película se hace aquí, se hace aquí toda. Y, efectivamente, debemos de ser los únicos que hemos hecho el rodaje entero de una película en La Ciudad de la Luz. Dirigida por Manuel Iborra, con un reparto espectacular, una nominación al Goya para primeras actrices, un vestuario espectacular… Para mí aquello fue… buá. Cuando me vi en el cine Callao de Madrid en el estreno de la película no me lo podía creer.

La producción audiovisual como empresaria es muy dura, mucho. Y llegó el momento que dije, bueno, ya has hecho lo que querías. Documentales, una película muy digna, en verso, con coprodución con TVE, patrocinio de la Ciudad de la Luz, sin ayudas de la Generalitat, que quede claro… Y me digo que ya he llegado al techo y que no me quiero meter en otro jardín como empresaria… porque aquello era un horror. Me paro. Y me dan un palo con las preferentes. Es el año 2009. Cierro la empresa. Y todo mi esfuerzo es no coger un escopeta matar a todo bicho viviente en Bankia.

Magallibres

Me pude permitir estar tres años sin hacer nada, salvo leer, pasear y escribir.

De repente, veo una noticia en “El País”, de una librería en Madrid que se llama “Libros Libres”. Leo el proyecto, me entero que viene de Baltimore, en los Estados Unidos. Empiezo a mirar, librerías solidarias, y las descubro en Madrid y en Barcelona… Una cosa parecida a esta, no exactamente lo mismo… Y digo, oye, pues ahora que no estoy haciendo nada…

Empiezo a asesorarme. Me voy a Madrid, vuelvo de Madrid. Hablo con un asesor para ver cómo se monta una asociación, qué hay que hacer, qué no hay que hacer… Me lío la manta a la cabeza, constituyo una asociación y monto la librería.

Se llama Magatzem de Llibres Solidaris, abreviado, Magallibres. Desde el 5 de abril de este año funcionamos. Esto es una asociación sin ánimo de lucro. Hay dos formas de colaborar. Una donando libros, y otra hacer circular los libros. Hay muchísima gente, yo, por ejemplo, que compra libros que luego no va a volver a leer. Y que se quedan en la estantería. Entonces, dada la coyuntura actual, hay a mucha gente que le cuesta. Si tienes que comprar comida, a lo mejor no puedes comprar libros. Esta es una forma solidaria de, primero, colaborar a que la gente pueda acceder a la cultura de una forma económica. Pero sobre todo, que el ministro Montoro no se preocupe, porque el iva se ha pagado, Para que aquí llegue un libro alguien lo ha tenido que comprar, en una librería normal o en una de lance. Si es en una de lance, está pagado el iva dos veces.

A través de un donativo nosotros financiamos proyectos solidarios. El primero que tenemos en mente es cheques escolares para familias que por renta no entran en la beca oficial, pero no tienen dinero para todo. Con este cheque le proporcionamos libros de texto y material escolar. Ese cheque sólo se puede canjear en comercios de barrio del Carmen. Nosotros abonaríamos a los libreros el precio. Hay dos alianzas, por un lado con las AMPA y por otro con los libreros. El AMPA nos dice a quién le damos el cheque, y los libreros suministran los libros. Tenemos más proyectos, pero queremos centrarnos en este para no dispersarnos. Llenas una bolsa de papel de estraza y el donativo mínimo son 5 euros.

 

Deja un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Siguiente