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Cultura y comunicación

Periodismo de extorsión

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Por Kim Labiós (licenciado en comunicación)

Ni periodismo de investigación ni nada. Periodismo de extorsión. Es imposible escribir y tener algo que llevarse a la boca. No es la crisis, hace 10 años ocurría lo mismo. Las calles de Luces de Bohemia y el chiribiri que caía sobre los hombros mojados de Max Estrella sigue mojando nuestros traseros. Da igual si vas en moto recorriendo el mundo, si eres plumilla de peridiocucho de pueblo o Jon Sistiaga. Es muy jodido ganarse la vida como periodista y lo peor de todo es que tu madre lo sabía antes de que empezaras la carrera, pero tú no. O creías que eras el que se iba a salvar, que eras «the special one», el que iba a triunfar, el que iba a levantarse a las 5 de la mañana para ser la voz , que ibas a estar calentito en el estudio con tu potente timbre hablando un minuto con Nueva York, al siguiente con un actor y luego en la típica y simpaticona tertulia. Después te irías al restaurante de moda de la ciudad en un taxi, con «gente guapa» y famosa.
En este país los únicos negocios que funcionan son los que tienen un garrote en la puerta en los que dice claramente que no se fía. Las tiendas con mostrador en las que si no pagas no sales, y en esas además el que puede roba algo. La palabra en España no vale nada, ya te pagaré, haremos grandes  cosas, déjamelo barato que cuando esto funcione… y hostiazo limpio tras otro. Los contratos deberían poner: le voy a pagar, tarde, mal y nunca, porque usted es periodista, es lo más bajo de la sociedad, está por debajo de los funcionarios y los políticos, ya que ambos cobran. Pero existe una figura en España que supera al de periodista, el funcionario periodista. Ese ser en este país vive en el limbo, en un estado irreal, ya que se puede asimilar al ejército de paz (son términos imposibles). Y ahora tocaría hablar del mito de la BBC, de la independencia que hay allí, y si la hay me da igual porque ya estoy harto de ese mito, estoy hasta las bolas que digan que es que allí… Porque a Inglaterra nos vamos a trabajar en McDonalds o en el Zara, si tienes suerte, y a Alemania a currar a base de bien y a no ver el sol y a comerte el olor a mantequilla de las calles. Los programas de viajes son un mito, son como el mito de la caverna, vemos las sombras de lo que hay allí. Vivir en China es un infierno, hay suciedad, contaminación, una cultura radicalmente opuesta a la nuestra y una falta total de respeto por los derechos de los animales, y también de las personas. No hay español que quiera irse, otra cosa es hacer turismo, viajar mola, pero con dinero en el bolsillo.
Como anécdotas que podría contar está haber trabajado con la mujer del Bigotes, tener en mis manos contratos de la visita del Papa tirados en Canal 9 entre montones de papeles (si vas a los contenedores que hay cerca seguro que pillas alguno, pero no te los van a publicar y además nadie te va a pagar por ellos, es más igual incluso te vetan, pero bueno, da igual, si total no hay trabajo, pero puesto a trabajar gratis escribe una biografía y así alimentas tu ego…) He pasado por 2 radios (de la segunda me echaron el primer día que entré de becario por llegar tarde porque quería empalmar 2 becas y juntar con ellas dos medio sueldo), 3 periódicos locales (en 1 nos pusieron en la redacción cámaras y el otro lo fundé yo y percibí lo de siempre, que la gente teme que le corten la luz o el agua, pero no la información), y 1 periódicos digital (en la que el jefe sostiene que todas las fotos y todos los artículos que se publican en internet son libres y se pueden coger libremente), y 2 televisiones locales o regionales (la local es canal 9,  y la regional es Procono). En Canal 9 nunca pude proponer nada que yo pensara, en Procono cobrabamos si no recuerdo mal dos mil pesetas por programa y marcábamos con una raya cada programa que habíamos grabado, al final del mes nos lo pagaban, siempre que el jefe no se hubiera ido de fiesta, ya que se lo gastaba en darle gusto a la nariz y luego debía dinero a todo el mundo, en especial a los presentadores.
Más anécdotas curiosas, que envíen a un país al que hablan inglés y francés, idiomas que tú dominas a un compañero de curro que sólo habla «españó».
Que ninguno de tus jefes en Canal 9 hable ni siquiera en valenciano, cuando la ley de creación del «ente» dice  que Canal 9 está para 2 cosas: informar a los valencianos y promover nuestra lengua y bla bla bla.
En este país además hay mucho intrusismo, y lo critican personas que no tienen ni carrera ni estudios, y encima te miran por encima del hombro. A ver señores, para salir en la tele no se necesitan estudios, no es necesario en ocasiones saber ni leer ni escribir, se necesita saber comunicar. Pero para dar información de calidad se necesita cierta formación, saber leer y escribir bien y saber acudir a fuentes, un poco de derecho de la información y poco más, saber citar, y sobre todo tener ética. No haberse estudiado el código deontológico ni haber jurado con un birrete nada.
No nos engañemos, durante mucho tiempo yo decía: si me equivoco con una falta no me va a pasar como a un cirujano, no voy a matar a nadie, pero tenemos que saber que tenemos una dignidad, primero como personas y luego como periodistas. La misma que tiene el barrendero, el obrero, el funcionario, el bedel, que ahora misma es poca, porque la persona no tiene derechos, es indigna. La persona que no puede pagar su hipoteca es indigna, apestosa, el que no ingresa es indigno, porque el dinero está en el primer puesto en la sociedad en la que vivimos.Los periodistas deberían jurar lo siguiente: no voy a mentir a la gente, ni a ser holgazán, voy a acudir a fuentes, voy a pensar y a analizar antes de escribir la noticia, no voy a copiar estructuras, frases ni fotos y si lo hago citaré fuentes, y sobre todo voy a comportarme como un ser humano, teniendo en cuenta que lo que escribo puede caer en manos de niños, ancianas, banqueros y políticos, y que tengo por tanto cierta responsabilidad en lo que hago. 
Creo que algunas personas para las que trabajo desconocen que nosotros también comemos, pagamos hipotecas y se nos estropea el coche, y todo eso se paga con dinero real. Si como periodista te invitan a un café ni has comido ni puedes poner gasolina con el café, incluso aunque no te lo bebas.
Señores no engañen más a las generaciones venideras, enseñadles a conseguir agua y luz gratuita, a que puedan instalar sus paneles solares y a recoger agua de lluvia, ya que no van a poder pagar las facturas y en este país el maná viene del cielo, el que nos envía a los turistas y hace crecer las cosechas. Creen personas y no les enseñen número ni letras, la división letras ciencias es como la de izquierdas-derechas, ricos-pobres o personas-animales, somos todos seres que compartimos un mundo y que tenemos que respetarnos de igual a igual. De qué sirven el comunismo o el capitalismo que crecen explotando bosques, ríos y animales, encarcelando ganado y condenando a cadena perpetua a millones de seres que son como nosotros.
Citando al escritor y motero Miquel Silvestre, que me inspiró el otro día diciendo: «La gente no es buena ni mala, es normal». Me gustaría que llegáramos a cierta normalidad en nuestro trabajo, y supongo que eso se logra con racionalidad, con una dosis justa de racionalidad. La misma que debemos aplicar al tema de los desahucios, Se trata simplemente de que tengamos comida, agua y techo como un derecho, y que para ello no tengamos que explotar el mundo. Porque hace apenas 6 años, en mitad de la fiesta, estábamos matando nuestras playas, asfaltando las costas, contaminando el aire, destruyendo animales y plantas a marchas forzadas, comiendo 2 y 3 veces lo que necesitábamos. Vuelvo a citar a Miquel Silvestre, que en otra entrevista dice, tras visitar más de 90 países en moto que el gran problema es la basura. Que los países africanos que nos imitan están sobrellenando todo de toneladas y toneladas de basura. Pero ese es otro artículo, que trataré de ligar con el concepto clientes en Clientes Basura, mi próxima reflexión.Y si no siempre nos quedará el periodismo de extorsión, que creía yo que acababa de inventar cuando he empezado a escribir pero resulta que ya está inventado, es el que roba fotos de políticos y famosos y gente poderosa y que revende a cambio de pervertir su imagen, La forma más baja de periodismo y la más repulsiva, y al mismo tiempo la que más dinero genera, además del periodismo político, el de los lameculos, parásitos de alcaldes y presidentes, y el periodismo político (que vive del espionaje de secretos de países).
Kim Labiós (un poco cabreado)

Os dejo un cortometraje de César Sabater que explica un poco la situación, la profesión de igual, la escena es similar en las televisiones, las redacciones y otros lugares (véase en el espacio reservado para el video destacado)

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