Apuntes fotográficos y geoquímicos

El texto y las fotografías que siguen son obra de José Luís Bueno Mingallón, biólogo jubilado, que dedica el ocio pagado a plazos durante su vida laboral a retratar las curiosidades de la naturaleza. 

Imagina una partícula de arcilla loca de alegría al recuperar la movilidad que perdió hace 80 millones de años, cuando quedó sepultada por millones de otras partículas como ella a finales del Cretácico tardío. Durante miles de siglos han viajado torrente abajo en infinitas tormentas. Prevé que su alegría durará solo cuatro o cinco tormentas más, hasta quedar de nuevo inmovilizada en la presa que los hombres han construido a la mitad del barranco.

(Sierra de Armantes, paralela a la carretera de Calatayud a Soria)

Visualiza el encuentro emocionante entre unas moléculas de agua que se han filtrado por la tierra con otras moléculas de sal gestadas hace eones por precipitación en el fondo de un mar. Un mar que se fue desecando hasta desaparecer. Después todo se fue cubriendo de guijarros y barro, dejando la sal sumida en un sueño de 60 millones de años, del que se están despertando en este momento.

(Salinas del Arroyo, en el barranco de Valdehierro, en la carretera A 202 de Nuévalos a Munébrega)

Figúrate la tensión de una pareja de átomos de hierro y carbono, unidos al fabricarse hace 50 años esa lata que el pastor tiró al suelo tras la merienda. Han vivido una espera de 49 años para separarse y caer a la tierra. ¿Que les pasará ahora a cada uno?

(Pinada en las inmediaciones del pantano de La Tranquera, en el río Piedra)

​Ponte en el lugar de la hoja de chopo que cansada de estar «viéndolas venir» en el extremo de la rama en que nació hace casi 200 días, sueña con dejarse llevar por una fría ráfaga de viento, en un viaje hacia abajo donde le espera una vida que no consigue ni imaginar​.

(Chopos en Torrijo de la Cañada)

Y ahora adivina con que ímpetu corre el impulso nervioso que activa ​tus circuitos neuronales que han generado las fantasías anteriores.