Nadie debe llamarse a engaño cuando se justifique el mantenimiento de los monumentos públicos con la elevada misión de preservar los objetos que conforman nuestra memoria colectiva, o de proporcionar un espacio a las manifestaciones culturales. El motivo principal que les dio origen es el deseo de nuestros gobernantes de superar la mortalidad.
El escultor calpino Víktor Ferrando acaba de presentar su última creación, "Abyssal Monolith", una pieza de 33 toneladas construida con material ferroviario. Es su última, aunque no definitiva, aportación a un proyecto que ambiciona desde hace años: "Planet Ferrovia", en el que el Sistema Solar se nos muestra en masas colosales de acero. El escultor se transforma en un auténtico Demiurgo y, con sus meras fuerzas humanas, plasma el Universo.
Una proclama airada de Fernando Bellón Fotos de Angel Rosique Si alguien me pidiera una respuesta rápida y contundente sobre la naturaleza creadora de Víctor Ferrando diría que es un escultor performer. Los viajeros que transitaban el miércoles 31 de octubre por la Estación del Norte de Valencia no habrían dudado en calificarlo así, si […]