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Cultura y comunicación

Un mural para la memoria de Renau en Valencia

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Edición y entrevista a cargo de Fernando Bellón. Fotografías del autor y de diversas procedencias.

El trabajo creativo del muralista y fotomontador José Renau, y su legado pedagógico han sido menospreciados por el establecimiento estético desde su muerte en 1982, hace 37 años. Pero la semilla estaba cuajando. De pronto ha salido de la tierra y empieza a crecer. En lo que va de año el valor artístico de Renau se ha proclamado en México, en Madrid, en Barcelona y en Valencia.

«Gráfica en el exilio: Josep Renau en el periodo mexicano», es la exposición acompañada de conferencias que ha tenido lugar en la Casa del Lago de la UNAM de México. «Renau. El combat per una nova cultura» es el título de la exposición que recorre la vida y obra del artista. Está abierta en el Mercat del Born de Barcelona hasta octubre. «Renau cineasta» es una serie de exhibiciones de los trabajos del artista relacionados con el cine, que se ha realizado en el Museo Reina Sofía de Madrid. Y last but not least, Martín Forés, muralista y artista gráfico valenciano, ha creado él solito y sin cobrar un euro un mural recordando a Renau en la fachada lateral de un edificio del barrio de Sant Marcel·lí de la ciudad de Valencia. Ha contado, eso sí con la colaboración de muchas personas y entidades: La Asociación de Vecinos del barrio, pinturas Montó y pinturas Alcarria, Grúas Rigar, falla Arquebisbe Olaechea/Sant Marcel·lí y la Unió Musical de l’Horta de Sant Marcel·lí.

Se trata de un mural de  trece por ocho metros, orientado al sur, realizado con  pintura al agua al silicato, aunque no todo él. Lleva una preparación muy potente: los pigmentos son pinturas vinílicas de larga durabilidad. El autor lo ha realizado previendo las inclemencias meteorológicas de Valencia. Luego lleva un barnizado con pintura especial que repele los rayos ultravioletas. Los colores son suaves, salvo los rojos, los azules y los amarillos, pero están barnizados, protegidos. No está realizado por capas. Martín Forés lo ha pintado desde arriba, bajando metro a metro, con un diseño previo muy riguroso y claro. 

En esta entrada de la revista publicamos una entrevista con Martín y con dos personas que constituyen el alma mater de este renacimiento jubiloso de Renau en su tierra, María Vega, fotomontadora y collagista, y Javier Parra, secretario general del PCPV y persona entregada a la cultura popular. Junto a ellos hay muchos más que contribuyen a restaurar la memoria del arte valenciano surgido al calor de la República.

Martín Fores, muralista. María Vega, fotomontadora. Javier Parra, promotor de la obra de Renau.

Martín Fores. Yo conozco la obra de Renau gracias a mi interés por el grafismo. No tengo prácticamente estudios, soy autodidacta, y empecé a trabajar rotulando. Por medio de la rotulación llego a la cartelería, y por medio de la cartelería llego a Renau. Los carteles de Renau no pasan desapercibidos. Ese fue el inicio de mi interés por la figura y la obra de Renau, desde que tenia 17 años, que empecé a pintar en discotecas. Desde que empecé lo voy detectando. Resulta que yo tengo los mismos gustos que él, desde el diseño gráfico a los murales. El taller de arte que dirijo está en parte dedicado a los murales, tanto clásicos como modernos.

Javier Parra. Yo oigo hablar de Renau a los 18 años. Soy ingeniero informático, y en mi escuela hay una sala dedicada a Josep Renau. Yo entraba a esa clase todos los días. Al acabar la carrera e iniciar mi trabajo también me impliqué en política en el partido de Renau. Y es entonces cuando descubro los escritos de Renau motivados por sus responsabilidades políticas durante le República, y también los que realizó después en el exilio. Me di cuenta de la importancia que tenía, una importancia que no le otorgó ni su propio partido. Acabó excluido del Comité Central del PCE, y desilusionado con la deriva que tomaba. Y lo digo siendo el secretario general de su partido en el País Valenciano. Entonces empecé a interesarme por la importancia de la cultura a la hora de dar la batalla ideológica. Yo no tengo formación de artes gráficas, pero empecé a dedicar tiempo a la ilustración con la humildad del aficionado. Llevo unos cuantos años intentando meter a Renau, su obra, su pensamiento, su trayectoria en todos los espacios en los que podemos. Impulsamos una revista digital llamada Nueva Cultura, como la que él fundó en el año 35. El mes pasado hicimos el primer encuentro de la Alianza Cultural Antifascista, en el que participó bastante gente, para intentar impulsar un movimiento similar al que él impulsó en los años 30. Recuperar a Renau y poner en valor a Renau es destacar su pensamiento y su forma de entender la sociedad y la cultura.

María Vega. Yo soy «collagista», y conocí a Renau hace unos años por mediación de José Pla, un artista valenciano, que entonces participaba en la exposición del IVAM «Tristes Armas», con Marta Rosler. Enseñé mis collages a José Pla, y él me habló de Renau. En la exposición vi algunos de los fotomontajes de Renau de Fata Morgana. Hasta entonces no conocía a nadie que hiciera collages, y me interesé por Renau. Me llamó mucho la atención el ostracismo al que le habían condenado fuera y dentro de España, siendo un artista tan importante. Vi injusto que no se le reconociera. Me puse a investigar sobre él. Contacté a través de las redes sociales con Marta Hofmann, su discípula, empecé a conocer gente relacionada con Renau, y me enamoré de él. Su mensaje político y artístico está muy de actualidad, y su visión del arte también.

Un fotomontaje de María Vega

¿Existe ahora en Valencia un movimiento relacionado con Renau?

María. Sí. Es un movimiento espontáneo que empezó hace tres o cuatro años. Quizá el iniciador has sido tú con tu libro. Luego, el trabajo de Marta Hofmann en las páginas de Facebook sobre Renau. La petición de salvar los murales que hay en el Palau Santángelo, en la calle Caballeros de Valencia… El documental de Eva Vizcarra sobre Renau. También Paola Uribe ha hecho una exposición muy importante en México. El trabajo de recuperación del mural de Erfurt en Alemania. Ahora en el Born de Barcelona van a hacer una exposición muy completa sobre Renau. En Madrid, en el Reina Sofía se van a visionar películas de Renau en a RDA. Todas estas actividades van uniendo a personas interesadas y encariñadas en la figura y en la obra de Renau…

Martín. En cuanto a mi trabajo, es una iniciativa por completo privada. Es verdad que está apoyada por la Asociación de Vecinos de Sant Marcel·lí, por la Falla y por la Unión Musical, y también por algunas empresas, con personas que han entendido la importancia de la figura de Renau, y la obligación de rescatarlo. Yo no he tenido el seguimiento de la figura de Renau que tenéis vosotros en su aspecto intelectual. Pero desde mi taller no dejo de tenerlo presente en el día a día. Por cómo trabajaba y por cómo era. Mi propósito es muy sencillo, no quiero que nos olvidemos de cómo era ni de lo que hizo. Y mi manera de contribuir es haciendo lo que sé hacer, pintando un mural de 13 metros por 8, con Renau como protagonista. Lo he intentado hacer de manera que la gente que no lo conocía le entienda y se interese por él. Hay muchas personas que conocen el nombre de Renau, pero no su obra. Por eso mi intención con este mural es colocarlo en un barrio obrero para que la gente disfrute sin complejos.

Javier Parra recreando un mural nunca completado de Renau, «El trabajador futuro en el Comunismo».

Javier. Ahora estoy inmerso en un proyecto que intenta hacer realidad algo que Renau no consiguió. Se trata del mural «El trabajador futuro en el Comunismo». Ahora hace 50 años que empezó a trabajar en él, en 1959. Era el mural favorito de Renau. Recoge todo lo que él había aprendido a lo largo de su vida. Fue una pena que por la propia burocracia y las dificultades con las que se encontró nunca pudiera realizarse. Ahora estoy haciendo un estudio de cómo Renau lo diseñó para intentar reunir los apoyos necesarios que faciliten su construcción en la ciudad de Valencia. Tenemos dos posibilidades, un mural interior, que es el objetivo que tuvo en su día, un mural sobre madera y pintado, dedicado al impacto de la revolución científico técnica; o un mural exterior en cerámica. Estudiamos dónde y cómo podría hacerse ese mural hoy. Intentaremos que el mural lo acoja una institución como aquella a la que estuvo dedicada. La ciudad de Valencia merece obras como esta del barrio de Sant Marcel·lí. Cosas así son las que acercan al arte a los ciudadanos, y les permiten conocer el trabajo de uno de sus mejores artistas. Renau, antes de morir dijo que quería dar su obra al pueblo valenciano, que hasta hace poco no le conocía.

¿Por qué Renau no tuvo escuela, siendo un artista muy preocupado por la formación?

Martín. Primero porque no estaba aquí. Aunque yo creo que sí ha creado escuela. Yo te hablo desde el punto de vista de cartelista. Ya solo en ese campo tuvo una escuela en su época. Ese estilo «art deco» tan bonito… Sólo fijándose en su cartelería festiva se da uno cuenta de que tuvo una escuela. Hay una serie de cartelistas de su época, como Raga, cuyos carteles van en la misma línea.

María. Yo creo que Renau abrió al puerta al diseño gráfico con sus cartelería publicitaria. Fue un innovador. Y a propósito de esto, yo quiero plantear qué se puede hacer por Renau. Su deseo fue que se continuara con su línea de trabajo, hacer realidad un proyecto Renau. Está bien admirarlo, conocerlo, pero lo que él quería era una continuidad. La base está en su archivo maravilloso custodiado en el IVAM. Hay un montón de semillas y caminos para seguir investigando, tanto en el muralismo como en el cartelismo o el fotomontaje. El quid de la cuestión sería que instituciones como el IVAM o la Fundación Renau hicieran talleres, cursos, contando con personas muy importantes como Marta Hofmann, y se pudiera hacer partícipe a las nuevas generaciones el conocimiento de la investigación de Renau.

Martín Forés, Paco Roca y Ortifus, tres reconocidos artistas valencianos.

Martín. Es que además estamos hoy en una apoteosis del street art. El arte en la calle tiene que ver con Renau. Se trata de aprovechar ese tirón tan fuerte para utilizar la teoría de Renau. Una teoría que tiene hoy plena validez. Cualquier grafitero, cualquier artista callejero te va a contar lo mismo que contaba Renau. Están en contra del mercado del arte, creen que el arte es de la gente, un cincuenta por ciento de la obra lo pone el artista, y el otro cincuenta lo pone el espectador.

Javier. Yo creo que Renau ha creado escuela. Pero ha sido incómodo siempre. Y lo ha sido porque ha predicado con el ejemplo. El vivía la forma de entender el arte que había concebido. Al observar a la sociedad desde una óptica política, era el primero que daba ejemplo, incluso hasta la intransigencia. Y quienes capitalizaban todo eso se  lo creían menos. Antes comentábamos que las obras de todos los artistas son interpretables. Cuando uno ve un mural o un cartel de Renau es obvio su significado, son potentes. Nadie va a poder vaciar de contenido ideológico esos trabajos. Renau era todo ideología. Ese ostracismo al que se le ha condenado tiene mucho que ver con esa incomodidad que produce sacar a la luz sus obras y su pensamiento. Él decía que había escrito más que pintado. Así que habría que sacar esos escritos del archivo, editarlos, publicarlos y estudiarlos. Lo que está pasando en este tiempo demuestra que Renau era un avanzado. Sus planteamientos teóricos y artísticos están hoy de más actualidad que nunca. Por eso cuando alguien conoce a Renau en 2019, se enamora de él.

Si Renau no hubiera tenido esa crisis emocional y moral tras su éxito en Madrid, ¿habría creado otra obra?

Martín. Yo creo que sí. El éxito abrumador de la época se habría convertido en dinero. Eso te cambia la vida y la manera de pensar. Si él hubiese asumido su éxito, habríamos tenido un Renau diferente. Tendríamos un gran artista, pero nos habríamos quedado sin esa figura tan cargada de teoría, de principios y de gran potencia. Habría sido un artista muy bueno, pero sin identidad.

Un fotomontaje de María Vega

María. Yo creo que Renau se habría enfrentado a los estamentos del arte, al grupillo que manejaba en Madrid el arte de la época. A lo mejor lo habría mandado todo a la porra y habría vuelto a Valencia. Habría pasado por la misma crisis, pero más tarde. Renau lo que quería era hacer publicidad de la República, utiliza el cartel para transmitir con imágenes sus ideas. Para él era una necesidad. Era un hombre muy trabajador, un hombre 24/7. Es lo que le hacía feliz.

Javier. Si Renau hubiera querido, si hubiera mirado más por él que por lo que creía, hoy el mundo del arte conocería a Renau, porque sus cualidades profesionales y técnicas eran muy grandes. Si él hubiera canalizado todo eso en su obra, en alimentar su ego estaríamos hablando de otro Renau. Nunca vendió un cuadro suyo. Cuando se exilia, en Estados Unidos le ofrecen hacer portadas de discos por muchísimo dinero. Y él decide irse a México para trabajar con Siqueiros.

Martín. Sí. Si Renau se hubiese quedado en Nueva York, habría podido ser un artista reconocido internacionalmente.

 

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