LLIBERTAD, AMNISTÍA Y ESTATUT D'AUTONOMÍA, o CÓMO LLEVAR LA DEMOCRACIA AL DESPEÑADERO. La próxima entrega será un diálogo entre el editor de la revista y Segismundo Bombardier. La pregunta a la que responden en su diálogo es, ¿está España al borde de un abismo, de un socavón o de algo indefinible? Desde este punto de partida van recorriendo la historia y sus mitos. El Antiguo Régimen tuvo tres o cuatro siglos para ir creando su propio mito. Más o menos desde el siglo XVI. Antes, el único mito sólido era el de la Iglesia como poder espiritual y sostén del poder secular. La izquierda lleva desde finales del siglo XVIII fomentando su mito, que se basa en la revolución violenta, en los cambios totales para cambiar el poder absoluto de la realeza, el liberal, el republicano conservador, y convertirlo en una “dictadura progresista”. ¿Y el mito de la derecha? Es tan flojo que carece de definición y de fuerza persuasiva. No pueden defender la Revolución Francesa o no se sienten con argumentos para condenarla. Se agarran al liberalismo con la desesperación de un náufrago. La clave de esta incertidumbre está en que la derecha no sabe que ya no existe. La izquierda sí es consciente de que ha perdido su identidad, pero no siente vergüenza por las revoluciones que han llenado de sangre Europa.