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Bitácora y apuntes

Baroja y la teoría de la novela

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Hércules en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles

Una entrevista a Pío Moa sobre sus novelas Sonaron gritos y golpes a la puerta y Cuatro perros verdes. La hemos tomado de su página «Más España y más democracia«. La entrevista no tiene autor firmado, así que puede ser cualquiera. Pero las respuestas no cabe duda que son de Pío Moa. El final del texto es desconcertante, porque aparece una pregunta sin respuesta y una referencia a cierta tercera persona no citada con anterioridad. La explicación más razonable la da el propio Pío Moa en una de sus notas: tiene tanto que contar, que escribir, que le faltan horas. Observa la realidad presente, indaga en la historia, vapulea a diestro y siniestro y escribe libros, participa en programas de radio, además de su bitácora. Es inevitable que a veces pierda el hilo de todo cuanto hace porque, que yo sepa, no tiene ni secretario/secretaria.

Pío Moa, además de ser amigo mío desde hace casi cincuenta años (con largos periodos de desconexión), es uno de los mejores historiadores y novelistas españoles del presente. Por desgracia, la fidelidad a sus convicciones le hace insoportable para quienes basan su vida y su condumio en la incoherencia.

(Nota del editor, Fernando Bellón)

–Tus novelas, por cierto, no tienen final feliz, ni sus aventuras resultan muy amables. ¿Es que son por eso más profundas? ¿Lo has planteado así?

–No he planteado mis novelas de ningún modo particular. Por ejemplo, Sonaron gritos y golpes a la puerta partió de una información que me dio un amigo sobre un suceso concreto en la Barcelona de la guerra civil. Me pareció que sería un buen inicio para un relato. A partir de ahí, empecé a trabajar como quien va explorando un terreno que no conoce previamente, y así salieron los personajes y situaciones. Estoy de acuerdo con Baroja en que no hay reglas para la novela, y si las hay no sirven.
–¿Estás también de acuerdo en esto? “La novela desorganizada es como la corriente de la historia; no tiene principio ni fin; empieza y acaba donde se quiera. Algo parecido le pasa al poema épico. A Don Quijote y a la Odisea, al Romancero o a Pickwick; sus respectivos autores podían lo mismo añadir que quitarle capítulos” A Baroja, las novelas “bien construidas” le aburrían. Sin embargo las tuyas me parecen bastante bien construidas.
–Bueno, Cuatro perros verdes, según Fernando Bellón, carece de planteamiento nudo y desenlace. Yo creo que no, solo que no se enfocan como se suele. Según Baroja, los escritores imaginan un personaje principal, pero los secundarios apenas los imaginan, los copian de la realidad. Empezar con cuatro muy distintos y otros poco secundarios, es complicado… Sin embargo todos ellos están sacados de la realidad estudiantil de aquellos años, exceptuando el “ruso”. Ninguno corresponde a un personaje real, porque combinan caracteres diversos. Son inventados, pero no del todo.
–Baroja trata mucho la teoría de la novela, para concluir que no es posible ninguna teoría, porque la novela es demasiado variopinta y proteica en sus temas, sus técnicas, etc. Yo creo que es verdad.
–Lo que Baroja expone como un mérito, es decir, la novela desorganizada, casi todo el mundo lo ve como un defecto. Y opino que lo es, el defecto que se ha señalado siempre a Baroja, pero si tú crees que sigue siendo el mejor novelista español…
–¿Qué otro lo compararíamos ? Me extraña que medio contemporáneos suyos como Galdós, o Clarín, o Blasco Ibáñez, o Palacio Valdés, no se le puedan comparar y hasta con ventaja. O la Pardo Bazán… Baroja los tacha de mediocres y de poco interés, pero la opinión más general hoy es que no le son inferiores. Debe de haber ahí las envidias típicas entre escritores. Baroja no tiene una gran novela, aunque tenga pocas malas.
–¿Gran novela? Según él, toda la literatura del siglo XX es mediocre y no hacía más que imitar y empeorar la de los genios del XIX. Se incluye a sí mismo en esa mediocridad, pero no debía de ser muy sincero en eso.
–¿Qué entendía él por personajes vivos? Para él, los de la Ilíada y la Odisea no eran hombres, sino estatuas de dioses. Leo: ” Los héroes antiguos clásicos, Aquiles, Ulises o Eneas, eran, indudablemente, sanos, limitados y mediocres; los héroes modernos, desde Don Quijote y Hamlet hasta Raskólnikov, son inspirados y locos. Toda la gran literatura moderna está hecha a base de perturbaciones mentales”. ¿Qué os parece?
– A veces, Baroja desbarra. La Ilíada y la Odisea tratan de personajes sometidos a la tensión máxima de la vida y la muerte. Y los personajes de su admirado Dickens no son perturbados, ni tampoco los de Guerra y paz. Aunque la perturbación haya alumbrado grandes obras literarias.
–Los personajes de tus dos novelas no son perturbados, tampoco demasiado normales. Dos cosas: no me has contestado a si la falta de final feliz en tus novelas y la dureza de la aventura previa suponen o persiguen una mayor profundidad. También quería hablar de los caracteres femeninos: según él, es imposible que un varón pueda pintarlos adecuadamente: “Yo no he pretendido nunca hacer mujeres miradas desde dentro de ellas, estilo Bourget, Houssaye, Prévost; Eso me parece una mistificación; las he dibujado como desde fuera, desde la orilla lejana que es un sexo para el otro”.

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