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Agricultura y naturaleza La botánica de Rafael Escrig Series

El bosque

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La Botánica de Rafael Escrig (9)

El bosque es un complejo organismo vivo, fundamental para el sostenimiento de la vida en nuestro planeta.

En una primera observación, se pueden clasificar de dos formas: según su distribución horizontal y según su distribución vertical.

La distribución horizontal de los bosques atiende a la latitud en donde se encuentren y, obviamente, al clima. Así tendremos bosques tropicales, ecuatoriales, esteparios, monzónicos o glaciares.

La distribución vertical tiene que ver con la altitud, y es bien visible en la montaña donde el clima se transforma rápidamente según se asciende. Estas diferencias de temperatura y ambiente son las que crean una vegetación u otra.

Según la distribución horizontal, la vegetación va desde la selva virgen ecuatorial hasta la tundra cerca del círculo polar. Mientras que en la distribución vertical, en la montaña se pasa del bosque caducifolio en el valle, al bosque alpino de coníferas en las cumbres.

El bosque, como organismo vivo, representa un modelo de asociación en la que conviven individuos de las más variadas especies obligados a depender los unos de los otros en perfecta simbiosis y, donde la visión más bucólica de su belleza, esconde en su interior la cruda tragedia de la supervivencia. Donde las plantas, aparentemente inmóviles y pacíficas, luchan ferozmente para conseguir más espacio y más luz creando sus propias estrategias para subsistir en ese mundo egoísta, en donde la solución que todos sus miembros han descubierto estriba en lograr la adaptación más perfecta y eficiente. De esa forma es como pueden convivir los árboles más robustos con las más humildes hierbas, líquenes u orquídeas.

En un mundo en el que todos sus miembros viven y comparten el mismo territorio, la única preocupación que mueve a todas las plantas que lo habitan, se centra tercamente en conseguir más luz.

LOS NIVELES DEL BOSQUE

CAPA EMERGENTE: Es la capa superior donde asoman los árboles más grandes, los más viejos, llegando algunos de ellos a los cien metros de altura y más de cuatro de diámetro.

DOSEL: El dosel es el estrato de la selva que se extiende entre los 30 y 50 m. sobre el nivel del suelo, donde viven más del 50% de las plantas existentes. Este nivel juega un papel muy importante regulando el clima a nivel global. Es donde se produce el mayor intercambio de calor, agua, vapor y gases atmosféricos.

SOTOBOSQUE: En este nivel, el sol solo ilumina entre un 2 y un 15%. Sus árboles desarrollan grandes hojas para aprovechar la luz. En esta capa se encuentran orquídeas, líquenes y helechos.

SUELO: Es la capa más oscura de la selva, menos de un 2% de luz solar. En consecuencia existe un rápido proceso de descomposición de hojas semillas y frutos que, junto con los hongos y las bacterias del suelo, crean nuevos nutrientes.

ADAPTARSE O MORIR

El bosque ha creado una maquinaria de adaptación perfecta en todas sus partes, tanto si nos fijamos aisladamente en cada individuo, como si observamos el conjunto en todas sus partes.

En el bosque lo importante es la supervivencia. Para ello, las plantas se adaptan a las condiciones. La luz sería el elemento más trascendental para la vida del bosque, y su incidencia determina la adaptación de las especies que lo habitan, pero existen otros tipos de adaptación como: la altura, el modelo del ramaje, la disposición de las hojas, la situación de las flores, la temperatura, el agua de las precipitaciones, el viento o el suelo.

La estructura anatómica de las hojas también depende de la intensidad de luz recibida. Las hojas de las especies latifolias que están expuestas al sol durante mucho tiempo, tienen la cutícula más gruesa y una capa también más gruesa de tejido parenquimático que las hojas que están protegidas del sol. Igualmente, las flores se forman en lugares bien iluminados que permitan posteriormente la maduración de los frutos.

EL DISEÑO DEL ÁRBOL Y DEL BOSQUE

Así como las hojas se disponen en el árbol de una forma determinada según sus necesidades, el conjunto del árbol adoptará también la forma idónea en que pueda optimizar los recursos disponibles de agua y de luz. Existen diferentes formas en la copa de un árbol: piramidal, ovoide, redondeada, columnar, irregular, etc. Pero dentro de estas formas tan dispares, siempre encontraremos una tendencia hacia la esfericidad, pues esa es la forma en que la naturaleza tiende a optimizar los recursos.

La física nos enseña que el círculo, lo mismo que la esfera, son los cuerpos geométricos más perfectos. Lo vemos en las pompas de jabón, en las galaxias, en los planetas, en los botones florales, en las gotas de agua o en los copos de nieve, también en los árboles.

Los árboles y el bosque en su conjunto, dentro de la complejidad que ofrecen y de los diferentes factores que intervienen, también tienden hacia esa forma ideal.

En el diseño del árbol, como en el diseño del bosque, existe una tendencia natural hacia la bóveda. Observemos una mancha de musgo o de liquen y apreciaremos la misma tendencia.

EL BOSQUE HÚMEDO

Los suelos de los bosques húmedos son pobres en nutrientes y tienen un bajo potencial de retención, especialmente en lo referente al calcio, al potasio y al fósforo.

En estos bosques, los nutrientes no se encuentran en su mayor parte en el suelo sino en la biomasa. Lo que sucede es que el bosque tiene una alta capacidad de reabsorber los nutrientes de la materia orgánica caída y descompuesta, y controla de esta manera la pérdida de minerales.

El bajo contenido de nutrientes se debe a dos causas: a las altas temperaturas y precipitaciones, y a la historia geológica de la región que ha ido empobreciendo el suelo, lavando y removiendo sus capas a través de millones de años. De esa forma vemos que en estos bosques aparecer el epifitismo (planta que vive sobre otra planta) y otras formas de explotación.

En general, en el bosque, las estrategias que utilizan las plantas en su beneficio, discurre por diferentes caminos, desde el crecimiento en altura, la disposición y el tamaño de las hojas para maximizar la fotosíntesis, pasando por técnicas más complejas como la de crear células transparentes en las hojas, para que actúen como lentes y concentren la luz en los granos de clorofila de su interior o pigmentar de color púrpura el envés de la hoja para que ésta refleje la luz y conseguir así una doble fotosíntesis. La adaptación ha creado estos y otros mecanismos a cual más sorprendente, como ocurre con las plantas insectívoras, el epifitismo con el que llegan a estrangular a su hospedero o el parasitismo.

DIFERENTES TIPOS DE BOSQUE

EL BOSQUE TEMPLADO de HOJA PERENNE

Los bosques templados son aquellos que se encuentran en zonas de climas templados, generalmente en el hemisferio norte. Existen dos tipos de bosques templados: los bosques templados de hoja perenne, como los bosques de coníferas y los bosques caducifolios templados.

A diferencia de los bosques tropicales, estos bosques tienen un nivel más bajo en cuanto a diversidad de especies, encontrándose a veces menos de cinco especies. Sobre todo podemos ver roble, pino y haya.

Dentro de este bioma se distinguen dos formaciones: el bosque caducifolio y el de coníferas.

El desarrollo de vegetación de arbustos y de hierbas en este bioma se ve facilitado por la caída de las hojas en invierno, que permite que los rayos solares alcancen el suelo durante el resto del año. La sedimentación de hojarasca aporta sales minerales y materia orgánica, que fertilizan el suelo.

Otro componente importante lo constituyen los árboles caídos. Cuando caen los grandes árboles, crean espacios libres que permiten que la luz solar atraviese el dosel de ramas y hojas para que otros individuos puedan crecer. Al mismo tiempo, los enormes troncos caídos son vitales para el crecimiento de los árboles jóvenes fertilizando el suelo.

El bosque de hoja perenne apenas cambia de aspecto al cambio de las estaciones. Las hojas permanecen en los árboles durante todo el año. De ahí su nombre de bosque de hoja perenne (que perduran).

El encinar es el bosque de hoja perenne más representativo de las zonas mediterráneas. La encina tiene las hojas duras y brillantes (hojas coriáceas), verdes durante todo el año. Este bosque pertenece a zonas de inviernos templados, lluvias moderadas y veranos de tendencia árida.

Estas áreas forestales debido a la suavidad de sus temperaturas y a sus suelos ricos para la agricultura han sido elegidas como asentamientos humanos desde la prehistoria, transformando los bosques de manera notable. En estas zonas, los bosques primarios con importante grado de biodiversidad, han disminuido significantemente o bien han desaparecido del todo.

EL BOSQUE TEMPLADO CADUCIFOLIO

Se compone de árboles caducifolios que pierden sus hojas todos los años y se renuevan para la temporada cálida y lluviosa propia del clima continental húmedo.

Muchos tipos de árboles crecen en el bosque templado, estos incluyen: arce, roble, abetos y piceas. Muchos de estos árboles crecen muy altos, y crean una especie de toldo para las zonas bajas de la selva. Sin embargo, el dosel no es denso y espeso como en la selva tropical. Por lo tanto, la luz del sol puede brillar a través de este y otras formas de árboles y otras plantas pueden beneficiarse.

El ser humano ha colonizado en numerosas ocasiones áreas pertenecientes a este tipo de bosque. También ha utilizado estos bosques para la obtención de madera. Como resultado, quedan menos de una cuarta parte de los bosques caducifolios en el mundo.

Los 10 países con mayor riqueza forestal suman el 66% del área total de bosques. Rusia por sí sola tiene el 20% mundial.

La Reserva Natural de Surinam Central fue designada por la Unesco sitio del Patrimonio de la Humanidad en el año 2000 por su primitiva selva tropical y por la riqueza de su ecosistema.

Situada en el centro-oeste de Surinam, esta reserva abarca 1.600.000 hectáreas de bosque primario tropical. Posee una gama muy variada de relieves y ecosistemas que son de gran importancia para la conservación de la naturaleza, ya que su estado primigenio se ha conservado intacto. Sus bosques de montaña y planicie albergan una gran variedad de especies vegetales, habiéndose catalogado hasta la fecha más de 5.000 plantas vasculares.

La selva amazónica es la selva más grande de la tierra y cubre aproximadamente siete millones de km² que es el 40% del territorio sudamericano. Su territorio se enmarca principalmente en la cuenca del río Amazonas, por el sur, el Macizo brasileño y por el este, la Cordillera de los Andes.

Un 20% de las especies mundiales de plantas se halla en el bosque amazónico. No obstante, la mayoría de estas plantas aún no han sido clasificadas.

La Amazonia Peruana es una de las regiones de mayor riqueza biológica del mundo, pues la presencia de diferentes pisos en su unión con la Cordillera de los Andes, origina gran cantidad de ambientes particulares y, por lo tanto, un alto índice de endemismos.

Se calcula que la Selva Amazónica contiene un total de 390 mil millones de árboles repartidos en 16.000 especies distintas. El 1´5% del total, 227 especies, son hiperdominantes y los ejemplares más grandes corresponden a la Ceiba “Ceiba pentandra”.

La selva concentra la mayor diversidad de especies de plantas medicinales, comestibles, oleaginosas y colorantes del planeta. Una gran parte todavía no ha sido estudiada en profundidad. Se calcula, que, de los bosques tropicales, se ha extraído el 25% de todas las esencias farmacéuticas, utilizadas actualmente por la medicina.

Entre las plantas más importantes de uso farmacéutico que se dan en la selva amazónica están: el Guaraná, la Copaíba, la Andiroba, el Urucú y la Marapuama. Otra de las plantas más espectaculares que habita en sus aguas es la famosa Victoria amazónica.

LA VICTORIA AMAZÓNICA

La Victoria amazónica, es un nenúfar perteneciente a la familia de las Ninfeáceas. Es nativo de las aguas del río Amazonas (Perú y Brasil) y también se encuentra en Guyana y Colombia.

Se caracteriza por tener grandes hojas circulares de hasta 1 metro de diámetro que flotan sobre la superficie del agua sobre tallos sumergidos que alcanzan 7 a 8 m de largo. Pueden soportar hasta 40 kg de peso. La flor que mide hasta 40 cm. de diámetro, se abre al anochecer. Su polinizador es el escarabajo Cylocephala castanea.

El primer botánico en encontrar un nenúfar gigante fue Thaddeus P. Haenke (1761-1816), en Bolivia, en 1801. Las primeras semillas llegaron a Europa en agosto de 1846 a Londres, de las que se obtuvieron tan sólo dos plantas en los Reales Jardines Botánicos de Kew.

El jardinero del Duque de Devonshire, Joseph Paxton, en noviembre de 1849 fue el primero en conseguir su floración gracias a haber hecho una réplica del hábitat caluroso y pantanoso del nenúfar (esfuerzo gigantesco de lucha contra el invierno inglés con la ayuda sólo de estufas de carbón).

EL BOSQUE SECO de CONÍFERAS

El bosque de coníferas se encuentra en Europa, Asia, América del Norte, suroeste de Sudamérica, Nueva Zelanda y Tasmania.

Este es un tipo de bosque en el que predominan las coníferas. Se caracteriza por sus árboles de mucha altura como los pinos y los abetos. Estos bosques son propios de zonas templadas con veranos cálidos e inviernos fríos.

Algunas de las especies que habitan en los bosques fríos de coníferas son píceas, (árboles entre 20 y 60 metros con porte piramidal, hojas aisladas, planas y puntiagudas) abetos, pinos, abedules, además de musgos y helechos entre otros, también se pueden encontrar por lo general árboles de gran altura. Debido a la forma piramidal de estas especies, la nieve se desliza sobre las ramas y no se acumula.

EL BOSQUE LLUVIOSO TEMPLADO

Los bosques lluviosos templados se desarrollan en el clima fresco y húmedo de la costa occidental de América del Norte (Washington y Oregón y en Columbia Británica, Canadá).

Usualmente se dice que los bosques lluviosos templados salvajes (que no han sido talados), son bosques de «viejo crecimiento» debido a que los árboles son muy viejos y muy grandes. Estos árboles son, principalmente, coníferas: secuoya, abeto, cedro rojo, abeto de Douglas. Muchos tienen más de 500 años de edad.

Los gigantescos árboles coníferos de estos bosques son mantenidos por unos altos niveles de precipitación. Con frecuencia los árboles llegan a tener 1 metro o más de diámetro, y las ramas inferiores se encuentran a 15 metros sobre el nivel del suelo. Estos bosques son remanentes de los vastos bosques de coníferas que cubrían un área mucho mayor hace millones de años.

EL BOSQUE TROPICAL

Los bosques tropicales son aquellos situados en la zona intertropical y que, consecuentemente, presentan clima tropical, y cuya vegetación predominante es de hoja ancha.

El bosque tropical es propio de las zonas tropicales/ecuatoriales en las que no existe una verdadera estación seca, pues se presentan lluvias todo o casi todo el año. No hay frentes de lluvia, sino que el calor origina tormentas todas las tardes y hay un ambiente siempre saturado de humedad. Las temperaturas son altas y la radiación solar es muy intensa, aunque solo un 2% llega al suelo.

Estos bosques, también llamados selvas tropicales, se autoabastecen de agua. Las plantas liberan vapor a la atmósfera a través de la transpiración. Esta humedad ayuda a que se forme la espesa nube que cubre la mayoría de las selvas tropicales. Incluso cuando no llueve, estas nubes mantienen la selva cálida y húmeda.

Y EL BOSQUE BOREAL

El bosque boreal, también llamado taiga, es una franja de coníferas que se extiende a través de América del Norte, Europa y Asia y que antes cubría casi todas las latitudes norte del globo.

El bosque boreal o taiga forma la mayor masa forestal del planeta. Soporta condiciones climáticas de frio extremo y de bajas precipitaciones. Las principales especies son coníferas como píceas, pinos y abetos de más de 40 m. de altura. En las regiones más al norte, el bosque boreal se hace gradualmente menos denso, finalmente el bosque boreal da paso a la tundra.

Al norte el bosque contiene menor biodiversidad, con dosel abierto y en sus subsuelos predominan los líquenes. Al sur el bosque es mixto y alterna las coníferas con árboles caducifolios como el arce, el olmo y el roble, tiene dosel cerrado, el suelo cubierto de musgos y en los claros se encuentran arbustos, flores y variadas hierbas.

 LA TUNDRA

La tundra tiene una distribución circumpolar en el Hemisferio Norte pero en el Hemisferio Sur solamente se encuentra en la Península Antártica e islas adyacentes. Es tan fría que los árboles no pueden sobrevivir.

La mayoría de las plantas de la tundra crecen aplastada sobre el suelo. Parte de sus tallos, hojas, y flores, son densamente peludas para adaptarse a la desecación por los vientos secos. Las flores de algunas especies, se proyectan por encima de la alfombra vegetal para ser percibidas por los polinizadores. Algunas tienen forma de parábola para reflejar la luz solar hacia el centro donde los insectos pueden descansar y aumentar su temperatura. Algunas flores son heliotrópicas para aumentar su temperatura. En este hábitat abierto y ventoso, la mayoría de las semillas son dispersadas por el viento. También hay muchas adaptaciones a suelos pobres: las leguminosas tienen nódulos radiculares con bacterias que transforman el nitrógeno atmosférico en nitratos que pueden ser usados por las plantas. Es difícil que se establezcan las semillas por lo que la mayoría de las plantas son perennes, y el crecimiento vegetal muy lento.

Hasta aquí hemos llegado con este repaso a los bosques del mundo, como dije al principio, elementales para el sostenimiento de la vida en la Tierra.

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