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Agricultura y naturaleza

Experimentos, ocio y verduritas en Alcàsser

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El Huerto Urbano de Óscar y José Luís en Agrolife (Alcàsser)

La amistad es uno de los valores más preciados de la especie humana. Se encuentra en todas partes, y resiste todas las plagas. Casi siempre. En la naturaleza, este fenómeno se da en el cultivo de las plantas benéficas y saludables. Es en este ámbito donde José Luis y Óscar se encontraron, hasta que consideraron llegado el momento de fraguar su amistad con la agricultura. La agricultura ecológica, por supuesto. Mantienen un huerto de 200 metros cuadrados en el espacio de huertos urbanos de Agrolife, en Alcàsser. Experimentan con tanto éxito, que han de regalar a los amigos y familiares las cosechas que estación a estación produce la tierra.

Óscar Poveda tiene ahora 43 años. Vive en Catarroja. Y trabaja como “ingeniero de ventas” (ironiza sobre título que le han dado en su empresa a su empleo de comercial de toda la vida). Está casado con Sonia y no hace mucho fueron papás.

José Luís Martínez tiene 40 años. Vive en Alcàsser. Es conductor de camiones en una empresa del puerto de Valencia. Ha sido militar y también se ha ejercitado en la correduría de seguros de su padre. Está casado con Loli, con quien tiene dos hijos, Pau y Andrea.

Oscar, en primer plano. Tras él, José Luis. La foto de cabecera fue tomada en noviembre de 2014. Esta, el 6 de junio de 2015.

Oscar, en primer plano. Tras él, José Luis. La foto de cabecera fue tomada en noviembre de 2014. Esta, el 6 de junio de 2015.

Un reportaje y fotos de Gaspar Oliver

Este reportaje tiene tres etapas. La primera corresponde a noviembre del año pasado. La segunda a abril de 2015. Y la tercera a este mes de junio. La referencia está en los pies de foto.

Ni José Luis ni Óscar tenían experiencia agrícola, solo la genéticamente heredada de sus abuelos, labradores, el de José Luis en Silla, a un tiro de piedra de la Albufera, y el de Óscar, en Cuenca, donde todavía conserva algunos olivos en Puebla de Salvador, que cuida con eficacia y cariño un aparcero.

Su conocimiento les viene de la práctica y de los buenos libros. Mencionan los múltiples de Mariano Bueno  y las “Rotaciones de Gaspar”.  También recurren cuando lo necesitan a la vasta enciclopedia orgánica de Internet.

José Luis y Óscar el 8 de noviembre de 2014, recién construido el segundo caballón elevado. El primero, tras ellos, algo más bajo, ya había producido acelgas.

José Luis y Óscar el 8 de noviembre de 2014, recién construido el segundo caballón elevado. El primero, tras ellos, algo más bajo, ya había producido acelgas.

Llevan en los huertos Agrolife tres años, cada uno por su cuenta. José Luís empezó con un vecino, pero luego se quedó solo. En la parcela contigua se encontraba Óscar, y empezaron a intercambiar ideas y experiencias. De ahí vino la resolución de ponerse a cultivar juntos. Dicen que les unió el deseo de experimentar, porque a ambos les gustan las novedades.

Hace un año, en julio de 2014, decidieron trabajar en comandita. Se pusieron a ello en septiembre. Durante mes y medio estuvieron planeando su trabajo, y contaron con la ayuda material de Agrolife, que les allanó la tierra con un tractor.

Su objetivo era hacer un huerto sostenible al que pudieran dedicarse los fines de semana, sin agobios. Invertir su tiempo libre en investigar y disfrutar. La primera aventura fue construir bancales elevados y de alto rendimiento. Parte del alto rendimiento consiste en que tienen que agacharse menos para trabajar el bancal.

La primera y única inversión fueron 400 euros en la preparación del terreno, en barras de hierro y en bardas de ladrillo, con las que construir el bancal elevado. Para su riego, compraron mangueras exudantes y de gota a gota.

En las series de fotografías que acompañan este reportaje se puede observar la evolución del huerto.

El 6 de junio de este año. Tras ellos, el tinglado de cañas para judías y garrafones, todavía en crecimiento, para proteger el huerto de los vientos asesinos de poniente y más bajo, la construcción de pallets con fresas.

El 6 de junio de este año. Tras ellos, el tinglado de cañas para judías y garrafones, todavía en crecimiento, para proteger el huerto de los vientos asesinos de poniente y más bajo, la construcción de pallets con fresas.

200 metros cuadrados. Tres bancales elevados que se riegan por manguera exudante con llaves de paso para ahorrar agua. Agrolife proporciona riego entre dos y tres veces por semana, según las estaciones. Los bancales están cubiertos por lonas negras para preservar la humedad. Abonan con humus de lombriz y con estiércol de caballo, que compran en Agrolife. Utilizan insecticidas biológicos, como aceite de neem, extracto de ajo y purines de ortiga y de cola de caballo.

Por otro lado, han levantado una malla en un extremo del huerto, y han plantar habichuelas (judías secas), que forman un tejido tupido. También han construido un cruzado de cañas altas (unos dos metros) para los garrofons y las judías anchas de paella.

Estos elementos se añaden a algunos frutales plantados en la lindera oeste: un limonero, dos ciruelos, un melocotonero y tres papayas, en las que no tienen mucha confianza, se lo toman como prueba. El conjunto forma una pantalla que protege los cultivos del poniente de verano, que es asesino en la Huerta de Valencia.

Además, en algunos caballones sobrantes plantaron en su día alcachofas y habas, que han dado sabrosos frutos.

Esto es lo que han producido en la temporada de invierno, de octubre (prácticamente cuando empezaron con el huerto conjunto) a marzo. En uno de los bancales elevados, coles, coles de Bruselas, brócoli, lombarda, col romanescu y coliflor; y en el otro, cebollas, cebollas moradas, puerros, zanahorias, ajos e hinojo.

El 25 de abril de este año. ya habían recogido varias cosechas.

El 25 de abril de este año. ya habían recogido varias cosechas.

Volvimos a visitarles en abril. José Luis y Óscar estaban limpiando las hierbas, erradicando los sobrantes de verdura del invierno que no habían podido consumir, y preparando el terreno y haciendo las plantaciones de verano. Pimientos, berenjenas, calabacines… Y un experimento con fresas que intentan cultivar en pallets colocados verticalmente.

Los desechos (plantas secas o no recogidas a tiempo, podridas, etc) los echan a las gallinas de Agrolife, o los tiran al espacio que han dedicado al compost.

También estaban cubriendo el suelo con pinocha de pino para impedir que las malas hierbas crecieran. A pesar de todo, hay que dar repasos constantes para mantener limpio el huerto, como se ve en las fotografías.

Óscar y José Luís suelen trabajar en el huerto los sábados. Casi siempre coinciden, y si es necesario vuelven el domingo a acabar determinadas faenas imprescindibles. Pero se toman su empeño con tranquilidad. Admiten que tienen que priorizar cultivos, tras experimentarlos. Si bien esto les ocasiona dilemas. Al final se deciden por lo más corriente, por lo de mayor consumo. Un ejemplo es el de las remolachas, que no dieron el resultado esperado. Las eliminaron sin mucha pena porque a ninguno de los dos les apasionaba este tubérculo.

 

 

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Un papá se ayuda de sus retoños para preparar uno de los huertos de Agrolife. Foto tomada el 6 de junio de 2015

Un papá se ayuda de sus retoños para preparar uno de los huertos de Agrolife. Foto tomada el 6 de junio de 2015

Setenta y dos huertos en Agrolife

Óscar y José Luis cultivan uno de los setenta huertos con que hoy en día cuenta Agrolife.

Juan Solaz explica que además del terreno para el cultivo de los productos que venden en el mercado de Ruzafa y que exportan, con el sello ecolñogico correspondiente, tienen 42 hanegadas de huertos., en terrazas de 15, 20, 75 y 150 m2. Agrolife presta asesoramiento, agua y herramientas. Vende plantones, estiércol y plaguicidas naturales.

Juan se siente orgulloso de que todos son huertos ecológicos certificados.

El retrato estadístico de los cultivadores de estos huertos es: un 70 por ciento viven en Valencia, el otro 30 %, en pueblos de l’Hota Sud.

Entre el 60 y el 70 por ciento son familias de padres y madres jóvenes con niños. Es de destacar que las mujeres tienen presencia en las faenas agrícolas.

El resto de los huertos los cultivan personas de cierta edad.

También plantan aromáticas y flores, y disponen de una zona de recreo, junto a la alquería, donde suelen celebrarse actividades agrodidácticas, se difunde la ecología, y en las veladas de verano se reúnen amigos y vecinos a departir, cenar o ver una película.

En invierno, los cultivadores acuden los fines de semana. En verano, algo menos los fines de semana, y más por las tardes a la caída del sol,los días laborables.

Asueto familiar después del trabajo en otro huerto de Agrolife. Foto tomada el 6 de junio de 2015

Asueto familiar después del trabajo en otro huerto de Agrolife. Foto tomada el 6 de junio de 2015

El precio máximo de un huerto de 150 metros cuadrados es de 45 Euros.

Se permite a los arrendatarios que instalen gallineros, y pequeñas casas de cañas y de madera. Vienen a ser un sustituto útil y barato de las casas de campo en la que muchos valencianos gustan pasar los domingos. Así que estos huertos urbanos son algo mas que huertos.

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