La estrategia sabia de «Agrolife»
Compartir
TRES PRODUCTOS DE CALIDAD Y BUEN PRECIO, Y UN ABANICO DE VERDURAS VARIADAS
Los tres socios de Agrolife, Juan, Enrique y Paco se han forjado pocas pero potentes ideas en los seis años que llevan sacando agricultura orgánica de la huerta de Alcàsser. La principal es construir un modelo productivo ecológico que se libere de lastres arcaicos. La estrategia que llevan aplicando es una profesionalización y tecnificación al límite de sus posibilidades, afinar y mejorar cada vez más el servicio, la calidad de los productos, y normalizar en lo posible los precios, «democratizar» el mercado.
En noviembre de 2013 dábamos la primera noticia de Agrolife en estas páginas. Entonces cultivaban unas tres hectáreas de hortaliza, y una más la dedicaban a huertos familiares, una experiencia muy volátil, porque los ciudadanos se apuntan a esta barata experiencia con ganas e ilusión, pero con frecuencia se esfuma con el paso del tiempo por las obligaciones y labores físicas que conlleva. Sin embargo, el alquiler de huertos en Agrolife sigue boyante como se observa en la foto que acompaña este reportaje.
Entonces, Juan Solaz y su hermano Enrique estaban todavía reciclándose de su anterior trabajo como viticultores en Requena, y acaban de dar el salto a la huerta, donde aprendían a marchas forzadas. Hoy tanto ellos como Paco, antiguo camionero han acumulado una experiencia valiosísima. El crecimiento de Agrolife ha sido calculado y metódico, sin improvisaciones.
Hoy trabajan una superficie de 40 hanegadas de naranjos, 60 hanegadas hortícolas y 16 hanegadas de huertos de autoconsumo en alquiler. En números redondos, han doblado literalmente su campo de trabajo, y se encuentran en tratos con propietarios con tierras en Alcásser que no pueden o no desean cultivar para ampliar la tierra de trabajo. Por otra parte, tienen el ojo puesto en unos bancales de la localidad turolense de Orba para iniciar una experiencia de cereazas de calidad, con marca propia.
Esto suena a empeño febril, pero la actividad de los socios de Agrolife es paralela al ritmo de la naturaleza. Si te adaptas a él, cuando la naturaleza se acelera, tus rendimientos se aceleran, y cuando se aquieta, te relajas. Es el viejo secreto de la agricultura que Lucio Julio Moderato Columela puso por escrito en sus «Doce libros de Agricultura», hace dos mil años, trabajar con constancia y conocimiento de la tierra.
A los tres socios de Agrolife se han añadido otro Juan, un trabajador por cuenta ajena debidamente contratado, y María, que atiende el puesto abierto en el mercado de Ruzafa desde hace años y ayuda a la organización del trabajo. Cuentan con una nave de almacenamiento con cámara en Picassent, no muy lejos del huerto, y gracias a ella pueden intercambiar productos con otros labradores, y ofrecerlos en Ruzafa, en el mercado de Alcàsser y en las ventas que realizan en la masía y el reparto de cestas, muy reducido ahora.
Otra de las extensiones de su negocio es el reparto a 35 comedores escolares, con más de tres mil chavales comiendo un menú eco completo una vez al mes, y dos otros productos eco a la semana. Estos comedores se extienden en colegios de Valencia ciudad, pero también de varias localidades, que se extienden desde Sagunto por el Norte a Alborache en el interior.
Y para rematar con un broche todo este empeño, acaban de dedicar un pequeño huerto de 150 metros cuadrados al cultivo de especies de alta cocina,capuchina, acedera, flor eléctrica, oxalis, shio y otras hierbas. Iran a parar a la cocina del chef valenciano Txiku Nuévalos, propietario de “La Forastera”, en el barrio del Carmen de la capital. Txiku Nuévalos ha sido jefe de investigación y desarrollo culinario en el Guggenheim de Bilbao, es un consumado experimentador y eso que ahora se llama masterclass. Además de los productos mencionados, le suministran hortalizas de temporada.
Juan Solaz. Nuestro enfoque presente de Agrolife es especializarnos en unos pocos productos, tres o cuatro, y cultivarlos en cantidades importantes que hagan rentable y sencillo nuestro trabajo. Luego, mecanizarnos al máximo. De momento, por la falta de financiaciòn, nos tenemos que hacer nosotros mismos las herramientas, con nuestra experiencia y tomando ideas de internet. El futuro de la agricultura ecológica es producir productos bio a precios lo más asequibles posible. El camino pasa por una profesionalización y una tecnificación al máximo, y por dar un servicio muy bueno y normalizar los precios. En mi opinión, para que este trabajo produzca beneficio para todos, la responsabilidad es de los agricultores. Debemos cambiar el sistema productivo, hasta ahora es arcaico, no puede uno basarse en la distribución de cestas. Antes, los nuevos labradores eco se dedicaban solo a las cestas, cultivaban un montón de productos y los llevaban a las tiendas y los repartían. A nosotros ese sistema no nos funciona. No ofrece precios de mercado competitivos, para ampliar el mercado eco y llegar a más población. Debemos acercarnos a los consumidores de otra manera, con precios que la gente pueda asumir.
Se trata de combinar la calidad de las verduras, y su rentabilidad material y económica.
Juan. Para nosotros es importante hacernos fuertes en tres o cuatro productos con un cultivo mecanizado. No tenemos maquinaria para mecanizar todo, hay que seleccionar. Este año vamos a plantar mucha patata, mucha cebollay mucha calabaza. Estamos adaptando maquinaria antigua al tractor que tenemos.
El agricultor tiene que formar parte de los márgenes de beneficios de los precios, pero dentro de un sistema racional de mercado. Yo creo que el agricultor no puede producir, vender, distribuir, hacerlo todo. Hay gente más preparada que nosotros, los agricultores, para vender, personas especializadas en márquetin, en logística. Si vendemos la patata a 1,20 el kilo, un precio que me parece razonable, deberían entrar otras personas en el negocio de distribución, y nosotros centrarnos en mejorar nuestros cultivos, hacerlos lo más rentable posible. Estas personas son las que deben llegar al cliente final. A mí, como agricultor, el tema cestas y tiras de contar en los mercados de barrio me parece que tiene un componente algo folklórico. No estoy en contra, solo que no me resulta rentable. Un día al año nos vamos a una plaza de la ciudad y vendemos para que nos vean; bien, una buena táctica. Pero esta no es la realidad estratégica del sector. Tenemos que convertirnos en un sector donde la compra sea cómoda para el consumidor.
Pero el trabajo de producir y vender directamente a buenos precios es inseparable, ¿no?
Juan. Los agricultores debemos ser especialistas en lo nuestro. Que la gente pueda comprar un producto ecológico y de la tierra de al lado de casa, como en el mercado de Ruzafa. Nosotros fuimos la primera tienda abierta eco en ese mercado. Nos ha costado mucho, perdimos dinero durante meses. No sabíamos producir, no había hábito de compra eco. Pero ahora estamos creciendo. Tuvimos un bache cuando Terra i Xufa abrió otro puesto. Son muy buenos, muy profesionales y muy conocidos. Nos quedamos temblando. Pero desde el primer momento vimos que si no nos mataba, nos fortalecía y nos impulsaría a la profesionalización. La competencia es buena. La cuestión es aguantar y aprender. Enric Navarro [promotor de Terra i Xufa] pesa mucho, es un profesional excepcional, trabaja como un león, es inteligente, lleva mucha experiencia acumulada, es el estandarte de la agricultura eco valenciana y para mí es un referente. Estoy contento de estar junto a él.
Así que una cosa es la táctica y otra la estrategia.
Juan. Tenemos una estrategia a medio y largo plazo. Vamos a plantar sobre todo tres productos para sacar cantidades altas para vender a otros clientes, y por otro lado vamos a hacer una producción para nuestra pequeña tienda, de una gama de productos.
Hay gente trabajando eco que llevan muchos años, que sus abuelos ya vivían de la agricultura, y saben hacer las cosas casi espontáneamente, porque lo han mamado en casa. Nosotros cuando empezamos aquí veníamos de Requena, éramos especialistas en otro tipo de agricultura. Nos ha costado mucho tomar conciencia de la realidad para conseguir nuestros objetivos. Si nosotros plantamos mucha variedad de productos en pequeñas cantidades, nos sale caro y es muy difícil de organizar. Somos cuatro personas. Los tres productos fuertes que vamos a hacer nos permitirán estar en el mercado y llegar a muchas tiendas a un precio razonable. Hay que adelantarse al momento en el que la competencia llegue y se lleve por delante a los no productivos. Ahora la patata se vende carísima, 1,50 en el mercado. Nosotros queremos producir patata para nosotros y venderla a un precio razonable, y la otra parte de la producción venderla a comercializadores también a un precio razonable, para que ellos la saquen a la venta al mismo precio que la vendemos nosotros en Ruzafa.
Otro cultivo que nos interesa mucho es la naranja eco. Tiene unos precios que se pueden trabajar. Y por otro lado estamos terminando de decidir una gama de 6 ó 7 productos que completen con estos tres, para nosotros: la zanahoria, que nos sale buenísima, las hojas: lechuga, acelga, espinaca, para poder ofrecerla al día, sin pasar por cámara, una hoja fresquísima que recogeremos cada día, y coles, remolacha y puede que algún otro que nos venga bien.
Juan confiesa que todavía no sacan para garantizar un sueldo mensual, porque las ganancias van para cubrir gastos agrícolas y domésticos. Hay meses que sacan 600 euros, otros 400, y otros nada. Una de las paradojas de Agrolife es que está creciendo mucho, y por tanto las inversiones salen de lo que debería ser el sueldo de los promotores, puesto que carecen de financiación bancaria. De cero a sesenta hanegadas es un salto muy fuerte, y solo con el trabajo no se cubren los gastos, hay que emplear el dinero obtenido. El camino de Agrolife es duro, pero Juan, Enrique y Paco lo llevan sin agobios. Aceptan su responsabilidad, y se ponen a la altura de las circunstancias. La senda de la agricultura ecológica y de la agroecología está llena de este tipo de ciudadanos ejemplares.