Un diario personal puede cambiar una biografía. Los apuntes íntimos de Manolita Ballester

Un artículo de Fernando Bellón

En 2009 se publicó mi biografía Renau. La abrumadora responsabilidad del arte. Me costó tres años de investigación y de entrevistas. Pase muchas mañanas y tardes en la biblioteca del Instituto Valenciano de Arte Moderno revisando los archivos de la Fundación Renau allí depositados. Realicé decenas de entrevistas en Valencia, Madrid y Berlín con personas que habían conocido, tratado y trabajado con Renau, la más valiosa con Marta Hofmann, que fue su discípula durante años. Mantuve correspondencia electrónica con Ruy Renau, hoy difunto, entonces residente en México. Ruy y su hermana Teresa, en Berlín, me ilustraron mucho sobre el carácter de su padre y las singulares relaciones de éste con la familia, empezando por su mujer, Manolita Ballester. Consulté y hablé con especialistas que habían conocido y escrito sobre Renau antes que yo; y con viejos amigos del artista que seguían con vida en Valencia.

El resultado fue un volumen de 800 páginas, 110 de las cuales de apéndices que iluminan la tenacidad e inteligencia de Renau. Todos los capítulos de este libro se encuentran en la Serie José Renau, publicada on line en la revista Agroicultura-Perinquiets.

Cuando la Fundación Alfons el Magnànim publicó el libro, Ricardo Bellveser, su director entonces, dijo que Renau. La abrumadora responsabilidad del arte era una biografía canónica, mientras no se escribiera otra que la superara. De hecho ha servido a muchas personas interesadas en la vida y obra de Renau, que han investigado en España, en México y en Alemania, escrito ensayos y realizado documentales.

Algunos autores con mayor autoridad que la mía sobre el arte español del siglo XX se lo tomaron como el desafío de un periodista intruso, y juraron que no tardarían en escribir las suyas. No conozco ninguna.

Pues bien, ahora tienen la oportunidad. Están a punto de publicarse los diarios de Manolita Ballester, la esposa de Renau, artista multidiciplinar como él, y sin la cual él no habría podido realizar los murales mexicanos.

En la presentación de la exposición del IVAM «Los exilios de Renau», Carlos Renau, hijo de Alejandro Renau, hermano de José y munificente de la familia gracias a su habilidad como empresario en México, anunció esta publicación. Dijo que contiene multitud de anécdotas sabrosas de las que ilustran con sus colores algunas biografías-ladrillo. También aseguró que conoceremos intimidades matrimoniales y familiares (nada que ver con las obscenidades o basuras televisivas) que van a arrojar una luz nueva sobre Renau, su carácter, su capacidad creadora y su obra.

Así que, señoras y señores, ha llegado el momento. Mi biografía de Renau va a quedar desfasada en cuestión de semanas o meses. Yo me siento incapaz de reelaborarla, estoy bastante harto de Renau como objeto de estudio. Pero hay personas valiosas capacitadas para este trabajo. Por citar una, Javier Parra, autor de la reproducción literal y a «dimensiones naturales» del mural (5×8 metros, El trabajador futuro en el comunismo) que jamás acabó (ni empezó) Renau en Berlin, destinado al Palast der Republik.

Esto no es un desafío, es un estímulo a las personas preparadas y nobles como Javier, que no deben nada a instituciones y practican la colaboración frente a la competencia desleal.