Exigencias de la actualidad
Compartir
La actualidad estruendosa nos trae de cabeza. ¡Qué pena que España se haya convertido en una película de risa! Por mantener algo la dignidad, ofrecemos otra reflexión sobre la democracia realmente existente, con fondo de Bombero Torero y banda del Empastre.
Fernando Bellón
En estos días de circo oprobioso domina la frustración y el humor negro. Frustración porque uno se ve como un vil gusano impotente. Y humor negro porque se tiene la inclinación de hacer gracietas sórdidas a base de Sánchez y de Puigdemón.
La realidad en la que convivimos está por encima (o por debajo) de la rabia, la ira y el sarcasmo. No es tiempo de soflamas sino de reflexión y exigencias al poder que nos somete.
Empiezo con una pregunta a quien tiene la obligación de responderla: ¿qué proyectos tiene la oposición, PP y Vox, para cuando la ciudadanía les arrime al gobierno? No me refiero a una coalición, si fuera necesario, eso va de suyo. Estoy preguntándome qué programa tienen uno y otro partido para reconstruir lo que han dinamitado los que todavía gobiernan, empezando por el respeto a la ley y a la Constitución, y siguiendo con independizar de una vez al poder judicial (extraño sueño), devolver el imperio de la ley a Cataluña (imponer el español en las escuelas, entrar a saco en los Moços, y un largo etcétera); poner orden en empresas estatales al borde de la ruina y la incompetencia, como Renfe y Correos; plantear una política sobre inmigración que ponga dificultades insalvables a las mafias de las pateras y cayucos; devolver la sanidad a su dimensión más eficaz, la estatal; definir con claridad y firmeza las normas de una educación española universal…
L a lista es larga y requerirá esfuerzos hercúleos.
¿Serán capaces de hacerlo? Creo que las oscuras circunstancias y la negligencia de los políticos españoles lo impedirá.
En el sistema político en el que opera Occidente, la democracia representativa, no representa más que a los representantes, y sólo en apariencia. Las dificultades que van surgiendo en el planeta, cada vez mayores porque afectan a más personas y cada vez más complicadas, son objeto de tratamiento de una minoría ni siquiera parlamentaria.
Vale decir: “Eso ha ocurrido desde que la democracia parlamentaria existe realmente”. De acuerdo. También vale decir, “¿Con qué sistema nuevo y eficaz propone usted sustituirla?”
Yo no propongo nada, porque no me siento capaz de hacerlo, y no quiero caer en la retórica sociológica. Lo que tengo claro, como muchísimas personas, es que el sistema que practicamos en Europa Occidental desde el final de la Segunda Guerra Mundial se ha vuelto una máquina vieja que no funciona ni mucho ni poco ni bien, alimentada por las fantasías de sufragistas, dirigida por políticos fogoneros, y que sólo favorece y beneficia a unos pocos que viajan en Primera clase, cuyos intereses no coinciden con los nuestros, con los de la mayoría de la población, que clama en foros mediáticos con voces dispares y con frecuencia disparatadas.
¿Qué hay que hacer para que nuestros valores y necesidades básicas sean escuchadas?
Cosa difícil porque son tantos los remedios enarbolados como las ideologías, utopías y fantasías que flotan en la atmósfera. Además, los amortiguadores del sistema, desactivan el malestar social con pericia y presupuestos.
Es difícil ser práctico. Pero al menos hay que intentarlo. Y una forma de empezar es discernir las averías, buscar soluciones y proponerlas a voz en grito. Si el fracaso es absoluto, queda abierta la puerta al repuesto, a la búsqueda de un nuevo sistema de gobierno acorde con las necesidades de los tiempos.
Temo que ciertos portavoces de la verdad académica y política dirán: ¿qué derecho tiene un ciudadano vulgar a hacer semejantes propuestas? Si hay individuos que piensan así, esos son los primeros a los que hay que desterrar de la política.
La principal avería es la forzada división de la sociedad en dos facciones en todos los Estados llamados democráticos: la supuesta derecha y la supuesta izquierda, división obsoleta y fantasmal, y que persistirá nominalmente mientras no se expulse la mentira que supone.
El resto de las averías tienen que ver con el funcionamiento deficiente del aparato construido sobre la idea de democracia moderna. Las más graves son las producidas por la OTAN y por la Unión Europea. La OTAN sirve para lo contrario que se supone fue construida: en los últimos decenios no ha hecho más que avivar guerras y provocar matanzas. Y la Unión Europea es un laberinto de leyes y de reglamentos aprobados por decreto, que afectan pesadamente a nuestras vidas con el cinismo de obrar por nuestro bien al margen de nuestro deseo. El recochineo es que los voceros dicen que son dos instrumentos para mantener la paz y la prosperidad.
Son organismos globalizadores, un funcionariado universal de soldados y oficinistas de postín cuyo objeto es segar a la sociedad de sus cabezas más eminentes, y volverla un rebaño de estatura uniforme dominado por poderosos pastores; cuentan con un aparato para perpetuarse seleccionando su repuesto entre los ciudadanos más domesticados.
¿Cómo se arregla esto? Esto no tiene más arreglo que el colapso. No dudo que se producirá tarde o temprano, con guerra nuclear o sin ella. Pero llegará ese momento.
Otras averías del aparato “democrático” son las relacionadas con la representación. Es evidente que alguna representación debe de haber, porque la asamblea ciudadana y el contrato de cada individuo con el resto de los seres humanos para construir una sociedad libre son extravagancias peligrosas.
Además, el censo universal de votantes tiene tal variedad de puntos de vista ideológicos que resulta también peligroso dar juego a la controversia política. Ha habido y hay bastantes variedades de democracia, casi todas probadas.
También está la costumbre hecha ya norma de favorecer a colectivos y minorías que son excepcionales, desde la homosexualidad a la ridícula clasificación de sexos y de géneros (todo mezclado), y su efecto venenoso en instituciones tan importantes como la enseñanza.
Item más. La entrada de emigrantes ilegales, a quienes una vez en territorio nacional se les protege un tiempo hasta que se les suelta como a animales feroces, que no lo son, son tan humanos como los nacionales, pero tienen sus mismas necesidades vitales, y se ven obligados a satisfacerlas. Darles trabajo ilegal solo sirve para esclavizarlos mejor, y para separarlos más de quienes gozamos de ciudadanía.
¿Qué programa político ejecuta el gobierno y qué programa político tiene previsto la oposición para abordar estos problemas, incluido el de la natalidad próxima a cero y el trabajo cualificado?
Me detengo en este número de necesidades pendientes de solución por no abrumar al lector.
¡Pero si todos las conocemos, todos lo sabemos! ¡Dejémonos de cuentos! El secreto estridente es el consumo, facilitar el acceso a los bienes a todo el mundo, incluidos los que no poseen nada, para que nadie se subleve. En eso consiste el milagro de la política en Occidente.
El dominio de la partitocracia en todos los Estados occidentales y en otras latitudes ha construido un embudo por el que los ciudadanos mejor preparados, más notables, han de pasar, dejando la mochila de su capacidad de mejorar las cosas en el perchero de la entrada. La inercia es formidable, muy fuerte, como un huracán o un alud, y nos arrastra a todos. La multitud de personas valiosas que pueblan el planeta hacen bien en no manifestarse y evitar que se los traguen o les lobotomicen.
Como acabo de decir, tarde o temprano habrá elecciones generales. Al menos es lo previsible, aunque lo imprevisible se hace cada día más previsible. Si vivo para participar en el momento, hoy tengo claro que introduciría en la urna un voto nulo; es decir, votaría, porque es lo único que puedo hacer en la zarzuela democrática de nuestro presente, pero dejando claro que votar sirve para poco. No sé si cambiaré de opinión. Todo es posible. Depende de cómo me sienta.
Dado que comentas el tema del voto nulo, me parece oportuno hacer una precisión, por si alguien que lee el artículo no lo sabe.
El voto nulo no es válido y no se cuenta, pero el voto en blanco sí es válido y penaliza a los partidos más pequeños, ya que cuenta a la hora de establecer la barrera electoral para conseguir representación.
La abstención incide en el índice de participación y puede computar la desafeccion ante el sistema, pero a efectos prácticos no influye en el reparto de escaños.
Quizás es de perogrullo, pero por si acaso.
Un saludo.
La situación actual de España es de vergüenza. Esto también podría parecer una perogrullada, porque es tan evidente que sólo los afectos al «régimen» son los únicos que no lo ven. Sobre que si un nuevo partido salido de las urnas y de signo contrario al actual podría revertir el estado actual, mucho me temo que imposible. Como diría el vulgo: esto no lo arregla ni Dios. La sociedad española, hoy, lo mismo que antes de ayer, parece que le gusta la dictadura. No es posible avenirse a un entendimiento. Todo lo que ha hecho y sigue haciendo este gobierno es contrario a los intereses generales, contrarios a la supervivencia de España como nación, que ya es decir y todo con una desfachatez y una chulería que dan pábulo. Sin embargo todos aguantamos. Lo más deplorable la actitud cobarde de los barones del PSOE. ¿Salir de esta? imposible. ¿Devolver las cosas a la razón y a la justicia? Imposible. La izquierda española que tanto ha criticado la dictadura franquista, se abraza ahora a la dictadura sanchista, que es la misma que la otra, pero sin moral. España está a la deriva y en manos de un puñado de hipócritas incontrolados y dogmáticos. La izquierda española no quiere dictaduras ni religión,pero acepta la de Sánchez y comulga con su religión todos los días en cada telediario y en cada editorial de El País.