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Agricultura y naturaleza La botánica de Rafael Escrig Series

Las plantas: tejidos, órganos y sistemas

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La Botánica de Rafael Escrig (3)

ADVERTENCIA AL LECTOR

Los textos que siguen a continuación en esta entrada constituyen sólo el inicio del capítulo elaborado por nuestro botánico de cabecera. El presente tema ocupa 27 páginas ilustradas. Nos ha parecido más sencillo y práctico dividir el artículo original en dos partes, que ofrecemos en PDF. El tema requiere las ilustraciones, que en esta entrada nos es muy complicado colocar. Así que los interesados en aprovechar esta oportunidad de conocer los secretos de las plantas, tienen a su disposición los dos archivos mencionados.

Esta entrega de Las plantas: tejidos, órganos y sistemas es la tercera parte de una trilogía cuyas dos primeras son: Origen y desarrollo de la vida y Las Angiospermas (plantas con semillas), y otros conceptos biológicos . También resulta útil para el recto entendimiento de la materia el Glosario de temas científicos , último capítulo de las Treinta y dos lecciones de Botánica.

Se denomina tejido vegetal a la agrupación de células eucariotas existentes en las plantas vasculares, para cumplir diferentes funciones en la vida de la planta. Los principales tejidos vegetales son: meristemáticos, protectores, tejidos de sostén, parenquimáticos, conductores y excretores.

El tejido meristemático o de formación se encuentra en los extremos de los tallos, de las raíces y de todos los brotes y las yemas. Esto son los puntos vegetativos o de crecimiento de la planta. Estos tejidos se caracterizan porque sus células se reproducen muy rápidamente y son los responsables de formar todas las partes nuevas de la planta.

Las plantas, a diferencia de los animales, tienen un sistema abierto de crecimiento. Esto significa que la planta posee regiones embrionarias más o menos perennes, de las cuales se producen periódicamente nuevos tejidos y órganos. Estos están formados por el tejido meristemático. Hay tres tipos de tejido meristemático: Los MERISTEMAS APICALES o primarios que son los primeros que aparecen durante el desarrollo, se localizan en el extremo de los tallos y de las raíces, y producen el crecimiento del vegetal en longitud. MERISTEMAS INTERCALARES que se ubican entre los tejidos ya adultos y están formados por porciones de los meristemas apicales que se separaron del ápice durante el desarrollo del vástago. Se encargan del alargamiento de los entrenudos. MERISTEMOS SECUNDARIOS o laterales, que son el CAMBIUM y el FELÓGENO que producen el crecimiento en grosor de la planta, apareciendo después del segundo año de vida. También existen los meristemas axilares, los de inflorescencia y los florales.

Así pues, hemos visto que hay tres tipos de tejidos de formación y que estos tejidos están formados por meristemos:

El tejido PRIMARIO, el INTERCALAR y el SECUNDARIO, aunque también existe el tejido axilar y el floral, de hecho, las células meristemáticas ocupan su puesto en todos aquellos puntos donde crece la planta, o están latentes y permiten el rebrote para el caso de que una rama se rompa.

Volviendo al tejido primario, en el punto vegetativo de las raíces, se crea un tegumento formado por varias capas de células llamadas PILORRIZA, que protegen el extremo de la raíz de la erosión producida al crecer, por el rozamiento con el terreno. La pilorriza o cofia, a medida que se desgasta es renovada por nuevas células que se crean como sustitución.

¿QUÉ SON LOS MERISTEMOS?

Los meristemos están compuestos por células que se dividen activamente, también llamadas células totipotentes por su habilidad de dar lugar a todos los tejidos vegetales. Las células meristemáticas son pequeñas y el citoplasma ocupa la mayor parte, ya que las vacuolas son pequeñas. No contiene cloroplastos. La pared celular es delgada y carece de pared secundaria. (La pared secundaria es la propia de las células muertas, como las que forman el xilema).

Las células meristemáticas son homólogas en su función de las células madre que dan lugar a todos los tejidos en animales. Estas células se dividen en otras dos, con el fin de dar origen a una célula hija que continúa creciendo de forma meristemática, la cual retiene su carácter embrionario indefinidamente y en otra que se diferencia en una vía de desarrollo particular formando muchos tipos de tejidos.

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